lunes, 16 de septiembre de 2019

Crónica en balsa



Hay una categoría de cubanos que se ha ganado una definición especial dentro del rango estricto de la esfera que abarca la complejidad y la riqueza de su ciudadanía. Se la han ganado por la manera riesgosa y grave que asumieron para alcanzar la libertad y dejar en el mapa de la Isla todas las podredumbres de la dictadura, desde el hambre y la escasez, hasta la cárcel o la muerte.

Hablo de los llamados balseros, unos cuantos miles de criollos que viven ahora fundamentalmente en el sur de la Florida y otras partes del mundo y que tuvieron que salir de su patria, en cualquier tipo de embarcación y con el peligro latente y real del mar abierto y misterioso, que los separaba de las costas libres de Norteamérica.

Recientemente, ocupó espacios noticiosos el hecho de que cinco habitantes del aquella nación fueran devueltos por las autoridades de Estados Unidos al puerto de Cabañas, en la provincia de Artemisa, porque fueron sorprendidos tratando de llegar a territorio estadounidense en un bote rústico.

Ha sido noticia porque se trata de un episodio anormal y extraño, que los cubanos intenten de llegar por mar a tierra libre después que en enero de 2017, el presidente Barak Obama cerró la política de “pies secos/pies mojados” mediante la cual los ciudadanos de Cuba, apoyados por la Ley de Ajuste Cubano, podían residir de manera permanente en el país vecino.

A partir de ahora, volverá a ser mencionada cualquier propuesta de travesía de los casos aislados y puntuales de individuos que se lancen a probar su suerte. Pero la verdad es que nadie, de la Cuba de adentro ni de los que habitan en la geografía americana, pueden olvidar el fenómeno que se produjo, entre el 15 de abril y el 31 de diciembre de 1980, cuando se produjo un verdadero movimiento de masas con su origen en el puerto habanero del Mariel.

Los datos recuerdan que cerca 125 mil cubanos salieron de la Isla en aquella oportunidad, es decir, el 1,3 por ciento de la población, según un censo de la Oficina Nacional de Estadísticas. Unos años antes, se había producido otra escapada masiva de cubanos, por la zona matancera de Camarioca. En esa ocasión se fueron para Estados Unidos unas 30 mil personas, también en diversos tipos de barcos, balsas y chalanas.

No habrá más generaciones de balseros y el apelativo se perderá con el tiempo y con la riqueza del idioma, aunque haya memoria de los acontecimientos globales y haya memoria para la cifra, difícil y desconocida, de los cubanos que salieron y nunca llegaron.

Raúl Rivero
Blog de la FNCA, 22 de julio de 2019.
Foto: Una de las muchas embarcaciones que en 1980 salieron repletas de cubanos desde el puerto del Mariel. Tomada de Mariel, 30 años después.

2 comentarios:

  1. Disputa entre los Castro en Cuba por yate que se compró nieto de Raúl
    El yate, blanco, de 57 pies y que incluye dos motos acuáticas, ha generado la ira de primos y tíos del nieto del dictador e hijo de Luis Alberto Rodríguez López-Callejas



    que viva robo ilucion cubana

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  2. https://youtu.be/BXuS8Zcf7Mw

    los logro de la robo ilucion cubana

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