Podría mencionar varios ejemplos. Pero me voy a concretar al de mi hijo, Iván García Quintero, quien entre 2008 y 2010 ha sido parado, registrado y hasta detenido por la policía. Al parecer, más por pertenecer a la raza negra que por ser periodista independiente.
En octubre de 2008, luego de ser esposado e introducido en una patrulla policial, permaneció once horas en un calabozo. Relató lo ocurrido en Estado de sitio.
En junio de 2010, en Ser negro en Cuba, contó uno de esos registros a cubanos negros y mestizos sin decir que fue uno de los protagonistas.
Cuatro meses después, lo escribió en primera persona, en No tengo ni televisor y para la policía 'soy un sujeto con alto nivel de vida'.
A estos incidentes, hay que sumar la citación y entrevista con oficiales de la Contrainteligencia Militar y el Departamento de Seguridad del Estado, el lunes 9 de agosto de 2010.
En Cuba, de cada 10 hombres que la policía manda a parar, pide identificación y registra en la vía pública, por lo menos 8 son negros o mulatos.
Esas arbitrariedades tal vez son "justificadas" por esta realidad: el porcentaje de delincuentes entre los negros es más alto que entre los blancos.
A pesar de no publicarse datos oficiales al respecto, se calcula que el 80 por ciento o más de la población penal -estimada en más de 100 mil reos- pertenecen a la etnia negra o mestiza.
Claro, también los negros suelen vivir mucho peor que los blancos y tienen menos oportunidades. Siguen destacándose en lo de siempre: música, deportes, santería, jineterismo...
En los altos cargos políticos y estatales son pocos los negros. En la disidencia y el periodismo independiente, han aumentado, pero no demasiado.
Entre los blogueros son minoría. Excepcionalmente, los opositores negros y mulatos aparecen en las listas de los millones de dólares que los americanos destinan para 'ayudar a la democracia' en la isla.
No todas los núcleos familiares donde la mayoría de sus miembros son negros o mulatos, son problemáticos. Algunos han sido un modelo a seguir.
Es el caso de los Pérez-López, la familia de Marco Antonio, el administrador de este blog. Hijo de un obrero y de una ama de casa, mestizos los dos, sus dos hermanos y él terminaron carreras universitarias y desde adolescentes aprendieron el inglés.
Igual que la familia de Marco Antonio, la mía, además de ser también mestizos, éramos pobres. Pero honestos. Puntualmente se pagaba el alquiler y la luz, y se guardaban los comprobantes (en los 35 años que vivimos en El Cerro cocinábamos con carbón y el agua entonces no había que pagarla).
Volviendo al presente. Si supuestamente la policía no tiene "tarjeteado" a Iván como disidente, ¿por qué lo paran y registran en la calle? Mientras no me convenzan de lo contrario, digo que es por el color de su piel.
Tania Quintero
Versión de un trabajo publicado en 2010 en el blog Desde La Habana.
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