Las reformas del gobierno de Raúl Castro llegan a la enseñanza. Desde hace un par de meses, rumores difundidos por voceros del régimen, sobre la presunta reducción a una sola sesión de clases en los niveles de primaria y secundaria, provocó un encendido debate en la población.
Como siempre sucede en Cuba, la orden vino de arriba. En un seminario de preparación del curso escolar 2014-2015, celebrado en mayo, Miguel Díaz-Canel, vicepresidente y probable delfín del General Castro, fue el portavoz.
Díaz-Canel habló de flexibilizar el "proceso docente-educativo" y "hacer la escuela más atractiva para los educandos". Luego, una nota de la oficial Agencia de Información Nacional, firmada en Santiago de Cuba, a unos 900 kilómetros al este de La Habana, aportó otros detalles.
En el Seminario, concluido el 30 de mayo, directivos y maestros locales intercambiaron sobre "la necesidad de aumentar la instrucción de profesores y maestros, y la atención diferenciada al alumno, así como mantener una adecuada higiene escolar".
Francisco Ojeda, subdirector provincial de Educación en Santiago de Cuba, informó que las actividades teóricas se efectuarán en las mañanas, y las prácticas, como Educación Física, Laboral, Artes Plásticas, Informática e Inglés, por las tardes.
Ojeda puntualizó que a partir del mes septiembre, los estudiantes tendrán hora y media para ir a sus casas en el horario de almuerzo, pues se elimina un turno de clases y los alumnos saldrán más temprano de los planteles.
Maestros y funcionarios municipales del Ministerio de Educación en La Habana venían ya comentando sobre la eliminación del almuerzo en escuelas primarias y la merienda escolar en secundarias.
En reuniones de padres, a profesores y directivos se les preguntó el alcance y veracidad de los nuevos cambios. Según la directora de un colegio primario, algo se cocinaba, pero todavía no se podía confirmar.
Hasta que el 8 de julio el diario Granma, órgano del Partido Comunista, en su habitual estilo macarrónico informaba de “las nuevas vías de perfeccionamiento en la enseñanza”.
En una conferencia de prensa, Ena Elsa Velázquez, ministra de Educación, precisó que “esos ajustes son el resultado de encuentros con cientos de maestros, presidentes de consejo de escuela, alumnos y directivos a todos los niveles”
Velázquez reveló que “no se elimina la doble sesión ni la merienda escolar en primaria y secundaria, aunque atendiendo a las inquietudes de los familiares, se autorizará que los alumnos almuercen en sus casas, previo consentimiento de los padres”.
La ministra incurrió en un ligero gazapo: desde hace más de 20 años, en las escuelas primarias no se ofrece merienda escolar a los alumnos. Por ello, desde hace tiempo, muchos padres deben reservar un dinero para que sus hijos puedan merendar. Es el caso de Antonio y Liudmila, quienes al mes gastan 750 pesos -30 dólares- en la merienda de su única hija (recuerden que el salario promedio en Cuba es de 20 dólares).
Según transcendió, en el curso escolar 2014-2015, los centros escolares tendrán mayor autonomía para organizar los horarios de clases.
Se recuperará el ciento por ciento de los laboratorios para clases de biología, química y física en preuniversitario. Y más de 800 en secundaria básica.
Los profesores tendrán un día a la semana para su preparación metodológica. Y podrán participar en cursos de postgrado, diplomado y maestría, con el objetivo de elevar el deficiente nivel pedagógico actual. En el próximo curso, señaló Margarita McPherson, viceministra de Educación, habrá un mayor rigor académico y se hará hincapié en el buen uso de la ortografía.
Daniela, maestra de cuarto grado, se quedó esperando que la ministra de Educación abordara temas que lastran la calidad del magisterio como las condiciones de trabajo y los bajos salarios.
“Es una falta de respeto lidiar al toro y no cogerlo por los cuernos. Sí, hay problemas graves en la formación de los alumnos, pero no se menciona ni una palabra que miles de maestros desertan de su profesión por los salarios miserables. A veces tenemos que vivir de la caridad de los padres de nuestros alumnos, que nos traen hojas, sacan información de internet, compran ventiladores y detergente o frazadas para limpiar las aulas. Es una vergüenza que en las escuelas cubanas, ya sean primarias, secundarias o preuniversitarias, no exista conexión a internet”, comenta Daniela.
Varios profesores señalaron que un salario que ronda entre los 15 y 22 dólares no incentiva a los jóvenes a las carreras pedagógicas. Hace dos años, en La Habana había un déficit de 5 mil maestros.
Renato, maestro de sexto grado, opina que si se quiere mejorar la calidad de la enseñanza primaria y secundaria, el Estado debiera alistar a los profesores más capacitados, graduados de institutos técnicos y universidades.
“Es en la primera enseñanza donde se forman los futuros profesionales. Se debe invertir la pirámide. Los mejores profesores deben dar clases en primaria y secundaria”, alega Renato.
Otro tema ignorado por las autoridades de Educación es la metodología utilizada actualmente. Norberto, maestro jubilado, considera que “los métodos de corta y pega a la hora de hacer un trabajo de equipo en el aula, y la tendencia a que los alumnos memoricen el contenido como si fuesen robots, siempre nos va a llevar al fracaso. Hay que darle un vuelco a la metodología. Debemos incentivar a los estudiantes con clases amenas, sin tanto contenido ideológico y que ellos mismo saquen sus propias conclusiones”.
Dudo que la propuesta de Norberto se materialice. La ministra de Educación dijo que es muy importante el vínculo de la escuela con la Asociación de Combatientes de la Revolución, una institución paramilitar en la sombra, que suele participar en tareas de vigilancia, linchamientos verbales y actos de repudio contra los disidentes.
Hasta nuevo aviso, en los matutinos se seguirá coreando el lema de los alumnos de primaria y secundaria en Cuba: “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”.
Iván García
Foto: Tomada de El Mundo, España.
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