El racismo en Cuba está lejos de quedar atrás. Olvídense del discurso oficial de una sola nación sin razas. La gente no vive en estancos. Blancos, negros y mestizos abordan los mismos ómnibus. Van a las mismas escuelas. Y habitan en el mismo barrio.
Pero se saben diferentes. Una de las variantes más racistas que en pleno siglo 21 persiste en Cuba es a la hora de crear una familia. Yoanna, estudiante universitaria y mulata clara, tiene un novio negro.
Su familia es negra. Y no ve con buenos ojos al novio. Le preocupa sobremanera la estabilidad y seriedad de la relación. Sobre todo el futuro. Y los probables hijos.
“A mi familia le preocupa, dice que voy a ‘atrasar’. Mi madre se casó con un blanco. Y ellos desean que ‘adelante’, teniendo hijos con blancos. No te voy engañar: yo prefiero no tener que peinar la 'pasa encendida' (cabello enredado) de una negrita. Y aunque quiero mucho a mi novio, espero formar mi familia con un blanco”, dice Yoanna.
La planificación de los hijos entre negros y mestizos es un tema importante en determinados ámbitos hogareños. 'Blanquear' la familia es el propósito. Por puro complejo, algunos negros y mestizos rehúyen de su negritud.
No voy hacerles una historia larga. Se sabe del pasado. Siglos de esclavitud. Ser ninguneados y despreciados por el color de su tez. Cuando Cuba se emancipó en el aspecto racial, sólo fue en apariencias.
En letras góticas quedaba recogida en la Constitución que todos los cubanos, no importaba cuál fuera el color de su piel, éramos iguales. No fue así. Los negros y mestizos partieron en condiciones desventajosas.
Salieron de la esclavitud con sus pertenencias en un jolongo y sin un quilo (centavo). Durante décadas, han tenido que cargar con la más fea. Peores condiciones de vida y trabajo. Esa falta de estabilidad, pésimas viviendas y poco dinero, ha reducido el número de negros que cursan estudios universitarios.
También las condiciones de marginalidad en la que viven ha impulsado la delincuencia. El 88% de los presos en Cuba son negros o mestizos. Por eso, a la hora de diseñar el futuro los jóvenes negros y mestizos sueñan en blanco.
Casarse con una blanca o blanco es el plan de muchos. O con una mulata de piel clara. Para adelantar. “Es como una escalera. Un negro prieto, que nadie mira, no puede de golpe pensar que se va empatar con una blanca de campeonato. Es paso a paso. Primero una mulata oscura. Luego, sus hijos, deben empatarse con una mulata clara, o si tienen suerte, con una blanca. Así es el cuadro para ir blanqueando gradualmente a la familia”, cuenta Yoni, mulato de 34 años.
Hay negras y mulatas a quienes no les gusta su color de piel. Se nota de golpe. Se desrizan el pelo e imitan los patrones de moda de las blancas. Miriam, negra de 22 años, va todos los meses por la peluquería para estirarse la pasa.
Gasta una fortuna en cremas peinadoras y champús. Escoge a sus amigas. Le gusta andar con blancas y mulatas claras. “Las negras sólo hablan de problemas y dificultades. Siempre se están quejando. Son una salación. Restan puntos”, señala Miriam sin rodeos.
Los medios estatales no abordan el tema en toda su extensión y complejidad. Le dan de lado. Le pasan por encima. Un amplio espectro de la sociedad cubana ve la cultura negra y su dura historia como algo folclórico.
Pero en hogares de negros y mestizos sin tabú se habla de 'blanquear' la familia. Tener hijos de piel más clara son las propuestas de los padres. Y la meta de sus hijos.
Iván García
Publicado en este blog el 17 de junio de 2012.Foto: Lartiza Diversent
Soy cubano de nacimiento. Ocurrió en uno de los barrios del centro de un poblado en Camaguey, el antiguo, llamado Nuevitas. Nuevitas es un pueblito instalado en las colinas que rodean al mar de la bahía o, mejor, el mar de la bahía rodea el pueblito en las colinas de terrazas del Sur de la bahía. Por la época en que nací, en el verano de 1951, el pueblo se sostenía, principalmente, de las actividades portuarias, pues de la provincia era la puerta principal a la exportación de azúcar a granel, en sacos y de frutas frescas, naranjas y piñas. También había muchas putas; es lógico, llegaban muchos marinos.
ResponderEliminarEn este pequeño pueblito de entonces, con sus calles en bajada hacia la bahía y sus contrapartes apuntando hacia el cementerio, instalado en la entrada principal y única del mismo en la carretera de 75 kms hacia la cabecera de la provincia, existían dos clubes llamados "El Club Martí" y el otro "La Sociedad..." de negros, pero era conocida como "la sociedad". En esta última se reunían las personas "de color", negro, por supuesto y en la otra, gente como yo.
Recuerdo que en aquellos tiempos antes de cumplir 12 años de edad no tenía ningún amigo negro, ni estudiante negro en los primeros colegios primarios que cursé. No había un solo negro que recuerde en ningún pupitre. Pero había una escuela que sí tenía muchos negros, bueno, negritos porque eran niños.
A la luz de este trabajo del bloguero, me han venido a la memoria aquellas "latitudes en el tiempo" y he descubierto que en Nuevitas encontrarse un negro era bastante difícil. Por cierto, recuerdo de tres nombres de médicos habilidosos y reconocidos por los pobladores. Martínez Caballero que tenía una clínica mutualista, que por cierto, uno de sus nietos, también médico internista o de Medicina Interna, es mi médico de cabecera hoy en Miami. Otro, Marrero, buen médico y mejor inclinado a "levantar el codo" y Terry, negro y por cierto, el más pobre de todos.
Repaso mi barrio; la calle donde vivía, Independencia # 116, de arriba a abajo en más de 6 cuadras o manzanas y excepto Gertrudis, una mulata que vivía en mi propia cuadra, entre blancos y de madre mulata, por cierto mi maestra de repaso en 2do. grado de primaria, no recuerdo ni un solo negro por ninguna parte. En la calle perpendicular, Agramonte, una cuartería albergaba a un matrimonio de negros y Punto.
De modo que se me ocurre pensar que lo contemplado en este post es absolutamente cierto, y que resulta oportuno agregar que esa "segregación" abarcaba a poblaciones enteras. En mi caso, ni en los barrios peores por su reputación social, como Cantarrana y La Gloria, recuerdo a los negros.. Caramba, hasta en las novenas de baseball brillaban por su ausencia. Dónde estaban los negros de Nuevitas ?.
Hola, Jorge. Le voy a enviar a Iván tu comentario, porque cuando va a internet el tiempo no le alcanza para responder comentarios. Además, porque los dos albañiles que le han reparado la cocina y el baño, son de Nuevitas, los dos son hermanos. Pero como además de personas serias y responsables, trabajan bien, en La Habana no les falta trabajo y lo que hacen es que alquilan y se pasan meses en la capital.
ResponderEliminarTrabajé 20 años en la revista Bohemia y una vez fui a hacer un reportaje en la fábrica de cemento, que fue montada o modernizada, no me acuerdo bien, por la antigua RDA. Eso fue en los 80, nos hospedamos en un hotelito y recuerdo que el fotógrafo, mulato como yo, le llamó la atención de que todos los entrevistados eran blancos.
Le dije que no olvidara que Nuevitas pertenecía a Camagüey, considerada la provincia más blanca de Cuba y según algunos, la más racista, aunque eso no me consta pues cuando en 1986 hice dos programas en Camagüey para la TV cubana, conversé con mucha gente negra, en Florida y en Vertientes, donde hicimos un reportaje con haitianos.
Saludos y gracias por visitas nuestros blogs. Tania Quintero
Lamento mucho no haber "entrado" antes y respondido a su generosidad de tomarse un respiro y leer mi estampita. Y aprovecho para preguntar si estaría dispuesto a evaluar algunos escritos que he hecho sobre diversos temas que abordan mi adolescencia y de actualidad; de modo que pueda contar con ellos para su blog.
ResponderEliminarSinceramente, Jorge B. Arce