La música cubana y la estadounidense han tenido una nutrida historia común. Nuestro Antonio Machín fue uno de los primeros cubanos en triunfar en Nueva York. Fue en 1930, con la banda de Don Azpiazu, interpretando 'El manisero'. Antes, habían viajado el trío Matamoros y el sexteto Habanero (1928-29); y antes de eso lo había hecho Maria Teresa Vera con Ignacio Piñeiro que en 1926 actuó en el teatro Apolo en Harlem.
Antonio Machín le compró una trompeta a Mario Bauzá y éste se enroló en la orquesta de Chick Webb, al que presentó a una joven cantante llamada Ella Fitzgerald. Machín viajaba a París y luego a Barcelona y, al mismo tiempo, Bauzá protagonizaba, desde un segundo plano, la gran revolución cubana en la historia del jazz: "el cubop".
Mario Bauzá había hecho migas con otro trompetista en la orquesta de Cab Calloway, un tipo que se llamaba Dizzy Gillespie. El mundo entraba en la segunda guerra mundial y el jazz también hacía la suya: el be bop. Machito (cuñado de Bauzá), fundó los Afrocubans y Mario dirigió la orquesta. Hasta Charlie Parker llegó a tocar con ellos.
En los años 40, la rumba mandaba en los mejores salones americanos y hasta Xavier Cugat se moría por contratar al mejor cantante del momento, Miguelito Valdés, que interpretaba su música en el exclusivo salón del Hotel Waldorf Astoria. El momento de gracia se alarga durante los primeros años 50, años de mambo y el chachachá, hasta la aparición del "inquietante rock and rollo".
Pero no todos los genios triunfaron en los Estados Unidos. Arsenio Rodríguez llegó en los años 50 y, aunque grabó varios discos, murió en el anonimato.
Ni Fidel ni el Che Guevara mostraron una sensibilidad hacia la música. Y en los Estados Unidos, los cubanos se convierten en "el enemigo".
Celia Cruz se fue de Cuba para convertirse en Nueva York en la reina de la salsa en los años 70. Nunca le perdonó a Fidel que le negaran el visado para asistir al entierro de su madre. Bebo Valdés también se fue y acabó olvidado en Suecia hasta su renacimiento gracias a otro ilustre exiliado, Paquito De Rivera. Paquito abandonó Irakere en 1981 por el madrileño Paseo de La Castellana hasta que llegó a Nueva York. Un día estaba recibiendo un premio cuando descubrió en el foso de la orquesta a Israel 'Cachao' López, el histórico bajista cubano que también salió de Cuba tras la Revolución para pasar por la Gran Vía y tocar en el Biombo Chino y en la sala La Riviera con Pérez Prado.
En 1991 coincidieron en La Habana Santiago Auserón y un enviado de David Byrne con parecidos objetivos. Rastrear las viejas grabaciones. Byrne optó por realizar una recopilación de rarezas cercanas al rock que tituló 'Bailando con el enemigo' mientras que Santiago, que ya había conectado en un viaje anterior con 'El guayabero' preparaba el lanzamiento de la colección 'Semilla de son', produjo en 1995 a Compay Segundo.
Compay Segundo estaba de gira en Estados Unidos y encendió un habano. Fue avisado de que estaba justo debajo de un cartel que rezaba: "No smoking". Compay contestó con su voz cavernosa:"¡Ustedes dejan de bombardear y yo apago mi cigarro!".
El firmante se encontró en 1999 con Ry Cooder en La Habana cuando fue a presentar la película de Wim Wenders 'Buenavista Social Club'. Allí confesaba: "Estuve en La Habana en los años 70, era muy complicado entrar en Cuba para un norteamericano como yo. Aún lo es... Es verdad que tuve suerte al poder contar con Compay Segundo en el Buenavista".
Los músicos cubanos ven el mercado de Estados Unidos como la gran oportunidad para una nueva invasión. Chucho Valdés decía en las páginas de El Mundo: "Si me hubiera ido de Cuba sería un pianista más, eso me hubiera alejado de las raíces afro que estaba investigando".
De momento, los hoteles suben su cotización en bolsa. Aunque más de un turista se asombrará al saber que para ver a una parte de la vanguardia musical cubana (Alain Pérez, Melón Lewis, Pepe Rivero, Caramelo, Gelsy Heredia, Negrón y un largo etcétera) deberán viajar hasta Madrid. Pero, ésa... es otra historia.
José Manuel Gómez
El Mundo, 22 de diciembre de 2014.
Video: Negros, mulatos y blancos disfrutan bailando Agua pa' Yemayá, de Elio Revé su Charangón en el popular Callejón de Hamel, Centro Habana.
En ese escrito de El País había una errata: el periodista puso Xabier Cugat y a mí se me pasó corregirlo.
ResponderEliminarEs Xavier, con v, así se escribe ese nombre en catalán. Por cierto, hace tiempo quiero dedicarle un post en mi blog a Xavier Cugat.
También se me fue. Corregido el desliz, así como el apellido de Ella Fitzgerald, al que faltaba la "z". Gracias por señalarlo.
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