Eliseo Alberto de Diego García Marruz (La Habana, 10 de septiembre de 1951), más conocido por Lichi, uno de los escritores más entrañables de cuantos han llegado a México en las últimas décadas, fallecía el 31 de julio de 2011 por una complicación cardíaca surgida tras un trasplante de riñón.
"Cercano, jaranero, jodedor en cubano, ese era Lichi, al que recordaré sentado en la mesa de casa y contándonos unas historias maravillosas, corrompiéndonos de alegría y risa. Era la broma más feliz del mundo", recordaba su paisano, el pintor Waldo Saavedra.
Víctima de la dictadura cubana, fue declarado traidor por los Castro. Residía en México desde 1988. Dos años más tarde obtuvo la nacionalidad. Sobre Informe contra mí mismo (1978) dijo en una entrevista: "Es un libro sobre Cuba, que se escribe solo una vez. A mucha gente le hizo bien, y sin ser pedante sé que si soy recordado alguna vez va a ser por esa obra".
Un libro que emprende "la búsqueda de respuestas a lo que pasó con la emoción de los años de la Revolución, no con la razón ni con la pasión. Como siempre he dicho: se trata de un libro en el que yo defendí un solo derecho: el derecho a estar equivocado, algo que poco se reconoce y menos por los políticos".
Sobre una posible apertura en la isla, en otra entrevista, aseguraba: "Mientras no se liberen los presos, mientras no se abran las puertas burocráticas a los cubanos, mientras no entre preso nadie por opinar distinto, no habrá horizontes de cambios".
Ganador en 1998 del primer Premio Alfaguara con Caracol beach, escribió también Una noche dentro de la noche (2006) y Esther (2005). Y además de escritor, periodista y editor, fue guionista de radio, televisión y cine. Colaboró con Tomás Gutiérrez Alea en la cinta Guantanamera. Dio cursos en el Sundance Film Institute, y en escuelas de cine de Cuba y México.
Cuando se encontraba luchando por su vida después de la operación, el escritor Jorge F. Hernández fue invitado por el diario Milenio a escribir en la columna que el novelista escribía todos los jueves: "Por Lichi confirmé que las crónicas pueden ser prosa perfecta salpicada de poesía pura y que cada jueves uno ha de asumir con resignación honesta que no hay nadie que cuaje una columna tan llena de vida y voces, tan docta en almas y en apuntar la cicatriz de la belleza o el engañoso guiño de la maldad como lo hace Eliseo Alberto cada semana".
En la última entrega de su columna semanal en Milenio, Lichi relataba la esperanza de que por fin pudiera recibir el riñón que le alejaría de morir y sobre la generosidad de los pocos que donan sus órganos:
"Hoy quisiera escribir sin la emoción que siempre provoca la gratitud para así (lúcido, objetivo, honrado en la martiana interpretación de la palabra) poderles contar una historia que me tocó vivir a lo largo y hondo de treinta horas de fe, mil ochocientos minutos de esperanzas, ciento ocho mil segundos de caridad...".
El escritor cubano proseguía: "El martes llamé al doctor Rossano y me confirmó que los dos trasplantes (que precedieron el suyo) resultaron exitosos: "Ya orinan", me dijo, y yo pensé, al apagar mi último cigarro, que debía brindar con agua de Jamaica por los que aceptaron, con todo el dolor del mundo, donar los órganos de su ser querido. Y brindar por los que tomarán mañana idéntica decisión, y también por mis adorables médicos y enfermeras".
"Queda prohibido no donar", escribió Eliseo Alberto al final de su crónica que él nunca quiso que fuese de despedida, pues quería ver, como muchos enfermos, "sin que nadie les contara, el sol, claro, ¿no lo ven?, salió como siempre a la mañana siguiente".
Eliseo Alberto fue intervenido el lunes siguiente, pero una complicación cardíaca terminó con su vida en el Hospital General de México. Sus amigos quieren que sus cenizas sean llevadas a Arroyo Naranjo, la barriada habanera "donde Lichi jodía de chiquito".
Sergio Camarena
Publicado el 31 de julio de 2011 en El País con el título El escritor que defendía estar equivocado.
Foto: Tomada del blog Cuban Exile Quarter.
Leer también: Ninguno como el Lichi, Con fuerza de huracán vas a salir adelante y Hoy lunes comenzó su eternidad.
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