Un cocuyo hace su aparición. La niña, asustada, se lo dice a la madre. "Hay un bichito con una luz".
La madre busca un pomito de cristal y lo captura. Le abre unos huecos a la tapa, para que pueda respirar.
El cocuyo, inteligente, se hace el muerto. La niña llora. "Mamá, se murió".
La madre la convence para que lo suelte. "Ningún animal, por muy pequeño que sea, debe tenerse encerrado".
La niña vira el pomo en un cubo con tierra del portal de la casa donde aún no ha florecido el marpacífico.
Oh, alegría, el cocuyo salió volando. Su lucecita se pierde en la noche veraniega.
Pasan los días y la niña vigila en la oscuridad. Quiere que vuelva su cocuyo u otro cualquiera. Ha descubierto a uno de los insectos más llamativos de la fauna cubana.
Pero lo que descubre, a la hora de irse a dormir, es otro bichito. Raro. Excéntrico. No se parece a una cucaracha. Ni a una lagartija. Es más grande que el moscón que se posó el domingo, anunciando visita.
"Mami, ¿y éste cómo se llama?". La madre duda. Hasta que el grillo se pone a cantar. Le responde con otra pregunta: "¿Recuerdas el cuento del libro que te regaló tu abuela?". La pequeña no contesta. Se ha quedado dormida.
Anécdotas reales, ocurridas en julio de 2001. La niña es mi nieta Yania, que entonces tenía 7 años y vivía en La Habana, ahora tiene 21 y vive en Lucerna.
Verídicas como la mariposa azul y blanca sobrevolando un jardín de vicarias moradas por la barriada de Santos Suárez. O el ciempiés que sin pudor salió contoneándose por el patio cementado de la tía que vive en Lawton.
Relatos que pueden parecer insignificantes en un mundo donde el hombre agrede diariamente a la naturaleza. A un ritmo tal que pudieran desaparecer mariposas, grillos, cocuyos y ciempiés.
Tania Quintero
Versión actualizada de trabajo publicado el 20 de julio de 2001 en Encuentro en la Red.Video: Ay, mariposa, interpretada por su autor, Pedro Luis Ferrer.
Escuchar también: Ay, mariposa en la voz de Miriam Ramos; Mariposas, de Silvio Rodríguez. Tres canciones infantiles: Nana de los cocuyos, de Kiki Corona; El grillo Juan y Un ciempiés.
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