lunes, 28 de abril de 2025

Cuba vive una tormenta perfecta

 

El mayor enemigo de la dictadura cubana no es la administración de Donald Trump, opositores como José Daniel Ferrer o Manuel Cuesta Morúa ni la veintena de periodistas independientes que en sus notas describen esa Cuba real que los medios estatales pretenden ignorar.

Es cierto que los millones de cubanos de a pie que son más pobres cada día, sufren apagones maratónicos de treinta horas y comen poco y mal son un adversario peligroso. Asolados por la miseria y el hambre, en cualquier momento pudiera haber un estallido social en la Isla.

Pero el contendiente más temible para la autocracia verde olivo es la bomba demográfica que se les viene encima. Una combinación letal de baja natalidad, emigración intensa y el envejecimiento acelerado de la población.

De mantenerse esas tendencias, llegará un momento que el régimen no tendrá obreros en sus fábricas, campesinos que cosechen la tierra, empleados en las instituciones estatales ni seguidores que aplaudan su falaz narrativa.

La mala noticia para los jerarcas del partido comunista es que no tienen ni tiempo ni herramientas para desactivar esa bomba. El Ministerio de Salud Pública reportó que Cuba cerró 2024 con un récord en la caída de nacimientos: nacieron 71.374 bebés, 19.075 menos que en 2023. Todas esas criaturas cargadas por sus madres cabrían en el estadio de fútbol Camp Nou de Barcelona, donde caben 98 mil personas, y sobrarían 27 mil butacas.

El drama demográfico instaurado por el longevo castrismo es tan grave, que República Dominicana, nación insular que hasta 2020 tuvo una menor población, según la Junta Central Electoral, en 2024 se realizaron 142.171 declaraciones de nacimientos, el doble que en Cuba.

Hace cuatro años, la población de la Isla era de once millones de habitantes, pero entre 2021 y 2024 decreció en más dos millones. Juan Carlos Alfonso Faga, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística (ONEI), informó que la población actual es de poco más de 9 millones 700 mil ciudadanos.

Un funcionario de la ONEI, dijo a Diario Las Américas que "esos datos pueden ser imprecisos, porque no se considera emigrante definitivo a una persona hasta que pasan los dos años de estancia fuera del país que era lo establecido por las antiguas normas migratorias. El año pasado cambiaron esas normas, pero las estadísticas aun se rigen por el otro modelo. Un número indefinido de cubanos, que pasa del millón, que entran y salen del país e inclusive residen fuera por periodos de seis a nueve meses. También hay alrededor de 200 mil personas que por negocios o para poder comprar propiedades en Cuba se repatriaron, es decir volvieron a obtener residencia permanente”.

“En la práctica es una trampa legal, pues esas personas trabajan, pagan sus impuestos, cobran sus pensiones y tienen residencia en otros países. Casi todos se asientan en Estados Unidos. Otro dato que distorsiona el número real de habitantes en la Isla es que las personas cuando emigran no se dan de baja en la OFICODA (organismo que controla la libreta de racionamiento) ni del carnet de identidad, pues supuestamente es un viaje temporal, no definitivo. Por eso creo que la población actual en la Isla es inferior a 9 millones de habitantes”, concluye el funcionario.

En el verano de 2024, Juan Carlos Albizu-Campos, economista y demógrafo, estimó que la población en Cuba habría caído a 8,62 millones de habitantes, una disminución del 18% en comparación con 2022. Una auténtica estampida. Carlos, sociólogo habanero, reconoce que la realidad cubana es profundamente preocupante. "Cuando cada año comparas los mapas estadísticos, observas el decrecimiento en los sectores productivos, económicos y de natalidad. Solo crece la emigración y la barriga de los dirigentes".

"El número de fallecidos es superior al de nacidos vivos. En solo uno año en el país hay 300 mil habitantes menos. Si damos por ciertas la estadística de Albizu-Campos, notaremos que de esos 8 millones 600 mil habitantes, casi un tercio son personas mayores de 60 años. A esa cifra súmale alrededor de un millón de dirigentes, burócratas, militares y funcionarios del Estado. Y millón y medio de niños de cero a quince años. Lo que va quedando de población económicamente activa es poco más de 3 millones de los cuales, unos 800 mil laboran en negocios privados. Entonces tenemos que la empresa estatal, la principal fuerza productiva del gobierno, no cuenta con suficientes trabajadores, está totalmente descapitalizada”, expresa el sociólogo Carlos.

Gustavo, economista, considera que aunque en Cuba "no hayan reformas profundas en las estructuras políticas y productivas, el déficit de fuerza laboral impedirá el futuro desarrollo económico. ¿De dónde se sacarán los operarios para construir o modernizar las infraestructuras básicas? Habrá que abrir las puertas a la inmigración, seducir con buenos empleos y salarios para que emigrados cubanos quieran regresar o contratar trabajadores extranjeros”.

“Soluciones hay pocas. Una buena medida sería anular el servicio militar. Y mucho mejor, eliminar el ejército, como hizo Costa Rica. Con ese excedente de jóvenes más los miles de desempleados de instituciones del Estado que no cumplen ninguna función, se puede capacitar a una fuerza laboral. Pero ni con esas medidas creo que en un futuro democrático solucionemos el problema. Pero el inconveniente más grave será mantener una asistencia social apropiada para casi el 30% de la población mayor de 60 años que tendremos dentro de tres años. La emigración masiva ha acelerado el envejecimiento poblacional. El pronóstico era que para 2030 el 27% tendría más de 60 años. Se han acortado los plazos. Al no haber remplazo, con la mayoría de las mujeres que no quieren tener hijos en Cuba, la emigración, el envejecimiento poblacional y la baja natalidad, está en peligro el futuro del país”, advierte el economista.

Liudmila, funcionaria del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que atiende prevención social, señala que “las pensiones de 1.500 y 3.000 pesos devengadas por el 80 por ciento de los jubilados son una burla. También es meramente simbólico el dinero recibido por las personas y familias vulnerables, porque actualmente en Cuba, con mil o dos mil pesos no alcanza ni para comprar un cartón de huevos. Para tener una buena asistencia social, se necesita tener una economía sólida y estable. Y aqui es todo lo contrario. No se puede dar lo que no se produce. A pesar de atender a más de 350 mil personas y 189 mil familias con ayudas financieras y programas de asistencia social, ese monto de dinero es insignificante en medio de la crisis económica y la inflación que padece el país. En Cuba el 90 por ciento de la población es vulnerable”.

Cuba da miedo. La realidad es la principal oposición. El presente pinta mal, pero el futuro se vislumbra peor.

Iván García
Fotos: Ancianos en una iglesia habanera. Tomada de CNN en Español.

lunes, 21 de abril de 2025

Lo que queda del barrio donde nací

 

La lectura de dos interesantes libros, “La Habana Para un Infante Difunto”, de Guillermo Cabrera Infante, e “Ir a La Habana”, de Leonardo Padura, avivaron mis recuerdos del barrio habanero donde nací y pasé mi infancia y parte de la adolescencia.

Vi la luz primera, a las 2:10 p.m. del 19 de agosto de 1947, en una pequeña clínica llamada San Juan Bosco, sita en la calle Monte entre Fernandina y Romay, cuadra que pertenece a la barriada de Atarés. Tiempo después, aquella clínica amplió su edificación y fue denominada Fundación Martínez Corpas, El Divino Protector, por el médico y dueño de ella. La causa de que naciera en dicha clínica se debió, según me contaba mi difunta madre, a que una hermana de ella (que luego sería mi madrina) trabajaba allí.

Recién nacido me llevaron a vivir a un pasaje, al lado de una cuartería, en Zequeira 61 entre San Joaquín y Romay, en el barrio de El Pilar. Había 29 reducidos apartamentos y 11 habitaciones. Nosotros ocupábamos la número 30, la única con baño interior. Con posterioridad pasamos a la número 27.

Hay en ese barrio dos lugares trascendentales para mi vida: mi primera escuela, el Colegio Academia Alpízar, cercano a la Escuela Normal, y del cual tengo recuerdos imborrables, y el otro, la parroquia de El Pilar, regida por el sacerdote Ismael Testé, el fundador de la Ciudad de Los Niños, que fue quien me bautizó y con el que tomé la Primera Comunión.

Otro punto significativo para mí era “La Purísima”, en Atarés, una especie de albergue para personas que venían del campo y no tenían familia en La Habana. Fue allí donde se conocieron mis progenitores: mi padre, que era por entonces policía, en uno de sus recorridos por la zona, conoció a la que sería mi madre, que estaba alojada en La Purísima.

De niño iba con mis padres a las compras. Esto me permitió conocer todos los comercios de la localidad. Una esquina, históricamente famosa, La Esquina de Tejas, donde confluyen cuatro vías (las calzadas de Monte, del Cerro, Diez de Octubre e Infanta), era visitada por nosotros en muchas ocasiones, para comprar, sobre todo los domingos, sandwiches en el bar cafetería del mismo nombre, como sustituto de la comida. Era una flauta de pan completa, con jamón, queso, pepino y demás ingredientes, tostada a la plancha, todo por 1.50 pesos, dividida en tres porciones, para cada uno, a la que añadíamos una malta, que costaba 15 centavos. Era tanta cantidad que nunca podía ingerirla toda. La cena salía en 65 centavos per cápita.

En una de las esquinas estaba el cine Valentino, edificación que, por su diseño, llamaban de forma burlesca “el Palomar de Bartolo.” En aquel cine, los días entre semana, ver dos películas, comprar cinco galletas de sal y tomar un refresco costaba 20 centavos. Detrás del cine se hallaba una valla de gallos, a un lado una florería, y al frente la enorme casa colonial donde se estableció la Asamblea del Cerro al terminar la Guerra de Independencia. Sendos bares y cafeterías completaban las otras dos partes del cuadrilátero formado por La Esquina de Tejas.

En las dos primeras cuadras de Monte, desde la citada esquina encontrabas una ferretería, farmacia, joyería, tostadero de café, tintorería, sastrería, barbería, casa de empeños, dos panaderías, dos peleterías, la mueblería Casa Mimbre, tres bares-bodegas, la escuela comercial Havana Business Academy, el cine Roosevelt, y varios negocios pequeños.

En el resto de la Calzada de Monte, hasta los Cuatro Caminos, había innumerables comercios de todo tipo, entre ellos la muy nombrada Plaza o Mercado Único, La Casa de las Liquidaciones, varios almacenes de víveres, y otros negocios o servicios por sus calles paralelas. Puedo afirmar que en un radio de dos kilómetros, había todo lo imprescindible para adquirir, y solucionar problemas, sin necesidad de ir a las zonas comerciales del centro de La Habana, excepto que fuera a buscar algo muy específico.

En la actualidad, cada vez que transito por estos parajes, siento una mezcla de nostalgia y tristeza. De todos aquellos lugares que conocí, se esfumó la mayoría. Entre 1959 y 1968, la 'revolución' de Fidel Castro eliminó todos los negocios privados, fueran grandes o pequeños. Hoy, los espacios que ocupaban aquellos establecimientos están vacíos, o tienen usos diferentes.

Las construcciones presentan un alto grado de destrucción, con peligro de derrumbe. Los mercados y demás sitios solamente están en mi memoria. Lo único en pie es la clínica donde nací, que ahora lleva el nombre de Policlínico Abel Santamaría. Hay un letrero en el Ministerio de la Construcción que dice irónicamente: “Revolución es construir”. Debería decir: “Revolución es destruir”.

Jorge Luis González
Cubanet, 22 de febrero de 2025.
Foto: La Esquina de Tejas en la década de 1950. Tomada del post La Esquina de Tejas, de Zilia L. Laje.

lunes, 14 de abril de 2025

¿Por qué la reina del tabaco ya no es Cuba?

 

El jolgorio reciente del régimen castrista por las exportaciones de tabaco cubano en 2024 en la práctica fueron una cortina de humo para enmascarar el derrumbe tabacalero cubano, la pérdida de Cuba de su título de "reina mundial del tabaco" que ostentó por más de 400 años, y que ahora lo tiene República Dominicana.

La algarabía por el "éxito" tabacalero cubano la orquestó el castrismo en el XXV Festival del Habano, celebrado en La Habana a fines de febrero de 2025, organizado por Habanos S.A., con banquetes pantagruélicos, extravagancias, lujos millonarios, artistas, espectáculos musicales y derroche de gastos de todo tipo, con el pueblo pasando hambre, el país en ruinas, apagado y triste, el castrismo mostró su mala entraña, su desprecio por los cubanos.

Al comienzo del festival los vividores del monopolio tabaquero de Cuba anunciaron con bombo y platillo que en 2024 el tabaco cubano obtuvo ingresos por 827 millones de dólares. Fue una noticia tramposa, y al final, falsa. Porque si bien Habanos S.A. es la propietaria de todas las marcas de puros y cigarrillos confeccionados en Cuba para exportar, es solo cubana en un 50%. Se trata de una empresa mixta a partes iguales creada en el año 2000 por Cubatabaco y el consorcio español ITI Cigars S.L., con sede en Madrid, perteneciente al conglomerado español Tabacalera S.L.U. (con unos 5.000 empleados en todo el mundo).

Por algo Habanos S.A. tiene dos presidentes (CEO) a partes iguales, el español Luis Sánchez-Harguindey y la cubana Maritza Carrillo. En otras palabras, en 2024, Cuba se supone recibió 413 millones de dólares por poseer solo la mitad de la empresa. Por lo demás, la noticia del ingreso de 827 millones de dólares recibidos en 2024 por Habanos S.A. es una vergüenza, un bochorno. Lo que hicieron los dueños del 50% extranjero fue quitarle a Cuba 413 millones de dólares. De no haber "revolución" en Cuba sí se habrían recibido esos 827 millones con la exportación cubana directa, sin maridaje con nadie.

Que Habanos S.A. se llame así, a solas, revela la argucia extranjera de marketing para aprovechar la fama del tabaco cubano. Este matrimonio empresarial hispano-cubano cuenta con un sistema de franquicias llamadas La Casa del Habano, con 155 tiendas especializadas en 121 ciudades de 60 países.

La grotesca bulla armada por el régimen en el Festival del Habano es postizo, nada tiene que ver con la dictadura castrista, sino con las 4.707 tiendas y puntos de especializados abiertos en todo el mundo por ITI Cigars S.L. incluyendo 21 Cohiba Atmosphere, 168 Casas del Habano, 602 Habanos Terras, 1.321 Habanos Especialistas y 2.600 Habanos. Con gran presencia en China, España, Suiza, Gran Bretaña, Alemania, y otros países grandes importadores de tabaco.

Volviendo a República Dominicana, resulta que los 413 millones de dólares que se supone recibió Cuba por sus exportaciones de tabaco en 2024 representaron apenas el 31% de los 1.300 millones de dólares que obtuvo su vecina República Dominicana con sus exportaciones de tabaco, y de calidad superior. Además, ese país vecino recibe anualmente más de 11 millones de turistas, muchos de los cuales compran allí sus "habanos" dominicanos, y valga la paradoja.

Quién lo habría dicho, Cuba ya no es la reina del tabaco, sino República Dominicana, aunque fue en la isla llamada Juana por Cristóbal Colón que este descubrió asombrado que los aborígenes echaban humo por la boca luego de encender unos "mosquetes" de "una cierta hoja seca (…) por una parte del por la otra chupan o sorben". O sea, los nativos de la isla que ellos llamaban Kuba ("jardín o tierra labrada") fueron quienes descubrieron el placer de fumar. Y fue Kuba la que se convirtió en lo máximo para los fumadores de todo el mundo por la calidad única de la hoja cultivada.

Durante más de cuatro siglos Cuba fue la mayor potencia productora y exportadora del mejor tabaco del planeta debido a sus suelos, clima, variedad del tabaco y el saber hacer de los agricultores y torcedores cubanos. La palabra habano devino sinónimo de puro, y de hecho un certificado de máxima calidad. Al fumador más célebre del siglo XX, Winston Churchill, le confeccionaban en Cuba unos habanos especiales para él.

Pero le cayó comején al piano, o sea, la plaga castrista. Y cito un fragmento de un artículo publicado por la revista dominicana Cigar Country: "Para 1959 se desarrolla una inestabilidad económica y política en Cuba. Como consecuencia llevó al exilio de varias familias apoderadas (…) y por preferencia eligieron República Dominicana específicamente para el cultivo y fabricación del tabaco (…) y en 1962 se estableció el Instituto del Tabaco (INTABACO)".

Y agrego lo que dice un análisis del semanario británico The Spectator: "Los habanos cubanos ya no son los mejores del mundo, debido al creciente dominio de República Dominicana". Y en 2014 el diario The Washington Post publicó un artículo titulado "Cuban cigars aren't actually all that special" ("El tabaco cubano realmente ya no es tan especial").

Otras instituciones y medios especializados en el mercado del tabaco afirman lo mismo, e incluso la revista internacional Cigar Aficionado agrega que también Nicaragua y Honduras han aumentado mucho la calidad de su tabaco y superan en varias marcas la calidad de los habanos cubanos.

A esto agréguese que habiendo sido Cuba desde el siglo XVII la mayor potencia mundial productora y exportadora de tabaco, hoy produce menos tabaco que hace 66 años. En 1958 produjo 58.292 toneladas. Cuatro décadas después, en 2000, ya producía solo 30.000 toneladas de tabaco, y en los últimos años la cifra oscila en torno a las 20.000 toneladas, o menos.

Las causas son abrumadoras, y todas "revolucionarias". Para empezar, el Estado obliga a los vegueros a que les venda el 99% de la producción a un precio miserable (a veces por debajo del costo de producción), y luego lo exporta bien caro al mundo entero. O sea, 242 años después que el rey de España Felipe V "El Animoso" estableciera el devastador Estanco del Tabaco en Cuba, en 1717, que prohibió que los vegueros de la Isla comerciaran libremente su tabaco y solo podían venderlo al Gobierno colonial a precios miserables, su homólogo Fidel Castro hizo lo mismo.

Los agricultores cubanos de tabaco explican indignados que el Estado no les paga a tiempo lo que les debe, y muy poco; que carecen de insumos y aperos de labranza, de pesticidas para evitar el azote de plagas, gusanos y el moho azul. No hay disponible suficiente fuerza de trabajo, los apagones y la falta de combustible impiden el regadío. Va un ejemplo al azar: Lázaro Jordano Poveda, campesino pinareño en San Juan y Martínez, la meca del tabaco cubano, dijo a un periodista independiente: "El tabaco mío esta amarillo porque no dieron sal; la sal es para calentar el tabaco, para que no se te amarille, para que tenga buena calidad, y lo puedas coger bien verde".

En Cuba no solo se siembra cada vez menos tabaco y la calidad de las mejores hojas ha descendido, sino que los rendimientos de campo son bajos. En 2023 para la provincia de Pinar del Río, la mayor productora de tabaco y de mejor calidad, el rendimiento "planificado" fue de entre 1.370 y 1.400 kilogramos por hectárea, y en Sancti Spíritus fue de unos 1.360 kilogramos/ha. Y no se cumplieron a juzgar por el silencio desde entonces al respecto.

En tanto, en los demás países tabacaleros del continente los rendimientos son muy superiores. Por ejemplo, en Paraguay obtienen entre 2.500 y 3.000 kilogramos de tabaco por hectárea (el doble que en Cuba); Colombia (2.312 kg/ha), Brasil (2.250 kg/ha), Argentina (1.700 kg/ha). Pero, mucho ojo, si la calidad del tabaco cubano ya no es la mejor del mundo en forma absoluta, como antes, ello es responsabilidad única y exclusivamente del totalitarismo castrista, de la mafia que desgobierna el país. Porque los factores ya citados que hacían posible cosechar el mejor tabaco y elaborar los habanos legítimos (Made in Cuba) siguen ahí. Solo que son asfixiados y prisioneros del segundo Estanco del Tabaco, por decisión del monarca Raúl "El Cruel". Hasta un día, que todos los cubanos anhelamos, y quizás no esté tan lejos como parece a primera vista.

Roberto Álvarez Quiñones
Diario de Cuba, 7 de marzo de 2025.

lunes, 7 de abril de 2025

La Habana, lujo y pobreza

 

Pasada las nueve de la noche, Idania, 26 años, jinetera, después de darle un puré de malanga a su hijo de seis años, se maquilló, se puso un ajustado vestido negro de Shein y unos tacones de puntera fina. Antes de salir “pal’fuego”-prostituirse- pasó por la habitación donde vive su madre y le dejó el desayuno del niño y mil pesos por cuidárselo .“Estaba tomando alcohol del malo con su nuevo marido. Es mi mamá, pero me cobra por cuidar a su nieto, aunque gracias a mí tiene garantizada la comida”, dice Idania.

La joven reside en un apartamento interior en el barrio pobre de Jesús María. En noches alternas camina con dos amigas y un par de travestis por el Parque Central, el Paseo del Prado y los bares privados donde suelen ir turistas. Según Idania, cada vez es más difícil hacer dinero. "Hace nueve años comencé a jinetear y en una noche ganaba 100 dólares. Cuando Obama cuadró la caja con estos bandoleros (los gobernantes cubanos) los yanquis estaban a pululu por La Habana. Cualquiera te invitaba a comer o a un trago” .

Pero las cosas han cambiado. “Los yumas (extranjeros) escasean y los cubanoamericanos, que son los mejores clientes, cuando vienen a vacilar ya han cuadrado con sus jevitas. Si no ligaste un punto (cliente) por WhatsApp o las redes sociales, tienes que salir a 'luchar' la calle”. La prostitución en Cuba cambió su modus operandi después del acceso a internet y tras el paso de la pandemia.

“Ahora existe el sexo virtual. Tu mandas fotos y videos a un tipo y él te depostiva dinero en tu cuenta. En pesos si es cubano y en divisas si es extranjero. Tengo de las dos tarjetas. Si alguno quiere conocerte personalmente, le cobro 80 o 100 dólares, pero si se pone a regatear, acepto 40 o 50 dólares por una noche. Si logras engancharlo, te compra comida y cosas para la casa. El dinero del sexo por internet lo cojo para los gastos diarios. Por una sesión de fotos se cobra de mil a dos mil pesos. Y por los videos, si es un cuadro lésbico, de cuatro mil a cinco mil pesos”, explica Idania.

El miércoles 26 de febrero, ella, las dos jineteras y los dos travestis pensaban pasar primero por el parque El Curita, a comprar dos cigarrillos de marihuana y tres tiras del kímico, la droga sintética de moda en Cuba. Después, recorrer los hoteles Manzana Kempiski, Parque Central y Packard. “Si no cuadrábamos con un yuma, íbamos a ir a bares de la Habana Vieja. Es que hay más oferta que demanda y al final casi siempre terminas ligando a cubanos. Pero es mejor llegar a la casa con una calderilla que sin nada”, confiesa Idania.

Para su sorpresa, ese miércoles había un amplio despliegue policial por la zona. “En El Curita, los antidrogas habían montado un operativo y por el Parque Central desalojaron a las matadoras de jugadas (jineteras baratas) y los travestis del Boulevard de San Rafael. En las inmediaciones del Capitolio habían dos camiones de boinas negras, motos de la Seguridad del Estado y policías que te impedían el paso por las calles aledañas. En la escalinata del Capitolio pusieron unas alfombras negras como si estuvieran en los premios Oscar. La fachada era un derroche de luces color salmón, parecía otro país. Entonces nos enteramos que se iba a efectuar una velada por el Festival del Habano”, comenta Idania.

Uno de los travestis que dice llamarse Aitana, señala que “los invitados llegaban al Capitolio a golpe de Mercedes Benz, Audi y autos americanos con cristales oscuros. Todo el mundo vestido de etiqueta. Lo primero que pensé fue pernoctar cerca para ver si después que terminara el evento, algunos invitados buscaban sexo. Pero esa gente, evidentemente, eran de alcurnia y estaban en su mundo”.

Justo al fondo del Capitolio, sede de la monocorde Asamblea Nacional del Poder Popular, una pantomima creada por el castrismo para intentar vender al mundo de país 'democrático', Lázaro, anciano de 76 años que vive con su esposa y un nieto, apuraba un plato de sopa, acompañado por un trozo de pan y un vaso de refresco instantáneo de mango, su única comida del día. En la acera de enfrente de su vivienda, el despliegue de pompas y luces contrastaba con la oscuridad y la miseria de los alrededores. “Esta gente (el régimen) anda al berro. Ya ni siquiera cuidan las apariencias. Al igual que otros viejos mayores de 70 años, creí en el proceso. Fidel nos comió a cuentos (mentiras)”, afirma Lázaro.

Una persona que participó en el Festival del Habano en su edición 2025, cuenta que el gobierno tiró la casa por la ventana. "Para la cena en el Capitolio y para la de la clausura del Festival, celebrada al día siguiente en Pabexpo, contrataron chefs extranjeros. Había varias clases de carnes, pescados, mariscos y hasta faisán. La cata de vinos era del primer mundo. Mientras mi familia, residente en otra provincia, tiene que aguantar apagones de 23 horas seguidas, las autoridades derrochan la electricidad en eventos. Con el consumo de las cuatro jornadas del Festival del Habano se mantiene alumbrado cualquier pueblito durante diez días. Los invitados estuvieron alojados en el hotel conocido como la Torre K, recién inaugurado en el Vedado, y en casas de protocolo en el reparto Cubanacán. No faltó el combustible ni la comida. Movilizaron a medio ejército y a la policía de la capital. Contrataron músicos y grupos foráneos como Earth, Wind&Fire, una banda que ya pasó de moda, pero por un pastizal (dinero) vinieron a cantar”.

La prensa estatal, controlada por la dictadura verde olivo, no publicó sobre los gastos, la lista de invitados ni describió los platos ofrecidos en las cenas. Intentaron vender el relato de siempre: 'nos vemos obligados a practicar un poco de capitalismo y con los dólares recaudados mejoraremos el socialismo'. El lunes 24 de febrero, el mismo día que se conmemoraba el quince aniversario de la muerte por una huelga de hambre del preso político Orlando Zapata Tamayo, el diario digital Cubadebate reseñaba que el Festival del Habano 2025 se enfocaría en la innovación y la tradición.

La prensa oficial destacó la presencia de 1,300 participantes de más de un centenar de países y con un tufillo de orgullo, resaltó que en la tradicional Subasta de Humidores se recaudaron 17,9 millones de euros (más de 18 millones de dólares). Y subrayó que el dinero se utilizaría en la deteriorada salud pública de la Isla. Los aburridos presentadores del noticiero de televisión recordaron que el monopolio Habanos S.A. (empresa mixta compartida por GAESA y España), tuvo ingresos de 827 millones de dólares en 2024, 106 millones más que en 2023.

Gilberto, campesino de una plantación de tabaco en Pinar del Río, señala que “los tabacaleros pinareños se preguntan cuál es el camino que cogen las ganancias en esos Festivales del Habano, pues cada vez recibimos menos combustible, insumos y fertilizantes. Hubo un tiempo, antes de la inflación y la crisis económica, que ganábamos un buen billete. Ahora ese dinero se evapora en los gastos corrientes. Y para colmo, el gobierno le debe miles de pesos a muchos tabacaleros. El que no tiene un negocio por la izquierda pasa tremendo trabajo”.

Los medios estatales fueron muy cuidadosos a la hora de informar sobre las actividades realizadas en el Festival del Habano. “Teníamos indicaciones de no publicar ninguna nota que resaltara el lujo. Solo recalcar el dinero recolectado y su posterior uso público”, dijo un periodista oficial. Pero en las redes sociales trascendieron los derroches de luces, lujos, refinamientos y los millones de dólares en las cuentas de los invitados.

Ana Teresa Badía, profesora y periodista del régimen, criticó duramente el evento en su perfil de Facebook: “¿Qué se quiso trasmitir con este Festival del Habano? En un mundo en el cual cada vez más la construcción de la opinión pública es simbólica, esto es muy desacertado. Error grave de comunicación política que entierra la ideología que ha defendido Cuba. El lugar -el Capitolio, donde se efectuó una de las veladas- es la sede de nuestro Parlamento y ahora se utilizan imágenes que asemejan a una especie de burdel de los años cincuenta”.

Varios intelectuales también se escandalizaron con el evento. La musicóloga e investigadora Rosa Marquetti, publicó: “A ver: ¿es así o estoy equivocada? El Capitolio Nacional de Cuba es la sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que a su vez, es la sede de la soberanía nacional, según los instrumentos constitutivos de la nación. Entonces, ¿cómo hay que entender este sarao cuasi privado al pie de la estatua que representa la imagen de la Patria y junto a la Tumba del Mambí desconocido? ¿Qué nos están queriendo decir con esta obscenidad?”.

Idania, la prostituta habanera lo ve de una manera más simple: “Lo de ellos (los gobernantes) es ganar dólares. El pueblo que se joda”. Es que en la Isla existe un país bicéfalo: tiendas dolarizadas para la los que tienen divisas y miseria socializada para el resto, que es la mayoría de la población.

Iván García
Ver también: Construyendo la Torre K.