Luis Miguel Ayestarán nació en 1846 en La Habana y era descendiente de un vizcaino dueño del ingenio Amistad de Güines.
Su situación familiar propició que estudiara en Nueva York y se iniciara en la profesión de abogado en el bufete de José Morales Lemus, nido de conspiradores. En diciembre de 1868, Ayestarán marchó a los campos de Camaguey y fue “soldado antes que representante”. Luego se dedicó al trabajo legislativo.
Enviado a una misión secreta a los Estados Unidos, cayó en manos de los españoles el 18 de agosto de 1870 y el 24 de septiembre fue ejecutado en el Castillo del Príncipe.
El periódico La Quincena, mordaz enemigo del separatismo, lo contó de esta manera:
“Luis Ayestarán y Moliner, joven de 24 años de edad, perteneciente a una de las principales familias de La Habana, se dirigió en noviembre de 1868 al campo rebelde en unión de otros jóvenes de la capital. Ejerciendo distintos cargos, y entre ellos el de miembro de la Cámara de Representantes de la república de Céspedes, permaneció con los insurrectos hasta la primavera de 1870, en que se trasladó a Nassau y Nueva York.
"El 17 de septiembre se embarcó en Nassau a bordo del balandro insurrecto Guanahaní, y al distinguirlo el 18, uno de nuestros buque de guerra cuando navegaba el filibustero cerca de las costas de Cuba, abordaron los insurrectos a Cayo Romano, abandonando la embarcación. Preso Ayestarán, fue conducido a La Habana en el cañonero Centinela el día 23, donde desembarcó por la mañana, fue puesto en capilla a las doce de la noche y ejecutado al día siguiente.
"En un principio se resistió a que los ministros del catolicismo le auxiliaran, porque él era protestante, según dijo; pero exhortado por individuos de la familia, volvió al seno de la religión en que había nacido. Ayestarán fue al cadalso con completa resignación y conformidad y sufrió el irrevocable fallo de la ley con valor, mas sin ridícula jactancia”.
Tomado de la web Semillas en el tiempo.
Foto de la calle Ayestarán hecha por Juan Suárez para el fotorreportaje El barrio La Pera de La Habana, publicado en Havana Times.
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