Por algo menos de 12 dólares, Jennifer, 29 años, a un vendedor callejero le compró un supuesto perfume Carolina Herrera. Creía era una ganga.
“Imagínate, en una shopping el mismo frasco cuesta casi 50 cuc (55 dólares). Pero lo peor no fue la estafa. El perfume me provocó manchas en la piel y tuve que acudir al dermatólogo. También me sucedió con un champú Head&Shoulders que compré a un ‘merolico’ (vendedor callejero) en 7 cuc, pensando que ahorraría dinero, pues en una boutique cuesta 10. Ni espuma hacía. La picazón en la cabeza era tal que en vez de un anticaspa, parecía un producto para estimularla. Desde entonces, los perfumes, aseos y cosméticos en las tiendas”, cuenta Jennifer.
Según Carlos (nombres y lugares cambiados), inspector estatal, las sustracciones en las industrias de elaboración son frecuentes. “Se roba de todo. Desde materia prima para elaborar jabones de lavar y detergente, latas de cervezas vacías hasta barriles de productos químicos y con los cuales fabrican artesanalmente perfumes y cosméticos”.
Por cada una de las factorías ilegales que decomisa la policía técnica, en La Habana surgen tres. Son pequeños talleres improvisados a la carrera en casas particulares, donde han montado cadenas de producción con artículos de alta demanda.
En un barrio de la capital, Samuel ha ido creando un pequeño imperio. “Comencé criando cerdos. El negocio dejaba plata. Pero era muy sucio y el dinero lo veía cada seis meses, cuando se realizaban las matanzas de puercos. Con un dinero ahorrado y unos socios que viajaban a Ecuador y Perú, montamos una línea de gafas plásticas y otra de zapatos y sandalias. Por la izquierda conseguimos el cuero, las suelas y las etiquetas. Cuando salen de aquí no tienen nada que envidiarle al calzado brasileño”, apunta sonriente.
En Cuba también han crecido las 'fábricas' elaboradoras de cerveza y ron de calidad, que luego se comercializan en tiendas o centros nocturnos exclusivos en moneda dura.
Joel se vanagloria de producir un ron mejor que el Havana Club. “No es porque sea el dueño, pero si tu lo pruebas, comprobarás lo que digo. Toda la materia prima sale de la fabrica en Santa Cruz del Norte, pero yo le doy el toque maestro”, señala.
Para Roberto, jefe de almacén de una discoteca, la piratería se ha convertido en un 'arte' en Cuba. “Ya es difícil distinguir entre una cerveza pirateada y una legal. A veces la fraudulenta es mejor, sobre todo la Cristal y Bucanero. Debido al actual cuello de botella en las cervecerías, en mi establecimiento hace tres meses que no entra cerveza. Esto le ha abierto el camino a las bebidas adulteradas. En el mercado subterráneo, una caja de Cristal se vende entre 21.50 y 22 cuc, la misma caja de Cristal pirata cuesta 14 o 15 cuc y deja mayores ganancias a los gerentes de centros nocturnos”.
A raíz de las tímidas reformas económicas instauradas por el régimen de Raúl Castro, casi 450 mil personas abrieron negocios gastronómicos, de hospedaje y transporte.
Otros crearon quincallas y auténticas boutiques de ropa, calzado, bisutería y perfumería, posteriormente prohibidos en las navidades de 2013. Los artículos llegaban desde Perú, Venezuela, Ecuador, Miami o comprados al bulto en un rastro del Canal de Panamá.
Una parte de esa mercancía era pirata. Noel, quien se dedica a traer productos por encargo, afirma que “casi toda la pacotilla que se compra en el extranjero es pirata. China ha montado un negocio colosal de productos falsificados que después son vendidos a bajos precios en los pulgueros de América Latina. Pero no solo los particulares venden de manera consciente o inconsciente una amplia gama de artículos falsos, las cadenas de tiendas del Estado también participan en ese juego”.
Un ex comprador de una empresa estatal asegura que “para abaratar los costos y embolsillarnos una parte del dinero, más la comisión que pagan los vendedores mayoristas, en el exterior se suele comprar pacotilla de baja calidad y luego, en las tiendas minoristas por divisas, se venden con gravámenes entre el 300 y el 500%. Es un negocio que salpica a muchos”.
La piratería es una epidemia mundial que afecta el prestigio de numerosas empresas. Cada año se pierden miles de millones de dólares. China es uno de sus bastiones. En Cuba la falsificación aumenta. Personas que venden discos compactos pirateados, relojes o equipos informáticos.
Algunos de estos artículos, como los televisores de plasma, móviles inteligentes o tabletas, llegan en el equipaje de ‘mulas’ o familiares residentes en el extranjero.
Incluso comprando en una elegante boutique del centro comercial del hotel Comodoro usted no se salva de ser engañado. Y lo peor, que paga a precio de oro una mercancía de dudosa calidad.
Iván García
Foto: Eau de Parfum Sublime, el más femenino de la diseñadora venezolana Carolina Herrera. Fue lanzado en 2013 y el 1 de junio de 2014 en Amazon, el frasco de 1.7 onzas se podía adquirir online por $59.99.
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