Todos los días, de lunes a domingo y también los feriados, en el Paseo del Prado, a tres cuadras antes de llegar al malecón de La Habana, funciona una bolsa inmobiliaria de corretaje.
Bueno, no exageremos. Lo más parecido. Porque quienes proponen ventas de casas no radican en una oficina. Tampoco hay un ejército de abogados o hipotecas bancarias para comprar una vivienda.
Los 'corredores' no van trajeados con cuello y corbata. Ni siquiera te invitan a sentarte o brindan café al futuro cliente. No es por ausencia de cortesía: simplemente el negocio es el aire libre.
Si la charla se extiende, lo más cómodo y cercano es un banco de frío mármol escoltado por leones de bronce. A pesar de la informalidad, los precios asustan y tienen poco que envidiar a una transacción inmobiliaria en Madrid o Barcelona.
Llamémosle Elena. Su hija, que reside en Estados Unidos, poco a poco, en billetes de a 100, le hizo llegar un total de 70 mil dólares. Para que su madre se comprara una vivienda confortable en un barrio tranquilo de La Habana.
“Pensé que no sería complicado. La primera dificultad radica que algunos sitios digitales de venta y compra como Revolico están censurados por el gobierno. Pero el cubano, que se le escapó al diablo por debajo de la falda, ha resuelto esa dificultad, insertando ofertas de ventas de Revolico en los paquetes de seriales, programación deportiva, novelas y filmes que los particulares venden a 50 pesos”, cuenta Elena.
Otra opción era recurrir a una de las cientos de personas que trabajan como 'corredores' de casas. Elena la desechó. “No digo que no haya gente seria. Pero en ese negocio hay muchos estafadores. Además de las webs dedicadas a la compraventa de casas, lo habitual es venir aquí al Paseo del Prado y analizar las diferentes ofertas”.
Si se tiene suerte y dinero en mano, se puede cerrar el negocio en menos de un mes. El procedimiento es simple. El vendedor o su intermediario, se ponen de acuerdo en el precio y un día a una hora señalada visitan la vivienda en venta.
Luego, si el comprador acepta, una persona que trabaja o tiene contactos en una notaría, se encarga de gestionar un turno. Llegado el día, comprador y vendedor firman el acta notarial de traspaso y cada cual paga el 4% de impuesto acordado por las normas aprobadas en 2011.
“Existen muchos vericuetos y trampas financieras, para que los involucrados en el negocio declaren la menor cantidad de dinero posible y paguen un impuesto menor”, apunta una abogada habanera.
Pero el gran problema es encontrar una casa acorde al precio a pagar. “Yo quiero comprar una casa de tres cuartos en el Reparto Sevillano, Casino Deportivo o Víbora Park. Ni pensar en el Vedado o Miramar, ahí las casas no bajan de 100 mil dólares”, dice Elena.
A pesar de saber que el salario promedio en la isla ronda los 20 dólares mensuales, sin sonrojarse, el dueño de una vivienda te puede pedir 150 mil o 500 mil dólares. Incluso más. Hay varias residencias en venta en sitios digitales cercanas al millón de dólares.
Cuba es un país atípico. Aquí lo normal es anormal y viceversa. Aunque las calles están repletas de baches y los salarios son miserables, el Estado vende una hora de internet en cinco dólares y oferta coches ordinarios a precios de alta gama.
Al menos en la venta y compra de inmuebles se puede encontrar un registro amplio de precios. Los peor valorados son los apartamentos construidos por la revolución, después de 1959.
“Debido a su mala calidad constructiva, muchos tienen salideros de agua y filtraciones, su acabado es chapucero y están lejos del centro de la ciudad. Solo gente desesperada, de las provincias orientales, los suelen comprar. Un piso en Alamar -barriada-dormitorio al este de La Habana- no llega a 14 mil dólares. Si está ubicado en La Siberia, la parte más alejada de Alamar, se vende en menos de 10 mil”, explica Reinier, un arquitecto venido a menos que desde hace siete años se dedica a la compraventa de casas.
“Lo esencial es que la vivienda tenga paredes y techo sólido. Que el suelo no sea irregular y bueno el estado constructivo. Si en la zona o el edificio escasea el agua, baja el precio. Si es un barrio como Pogolotti o Mantilla, donde las broncas con arma blanca y la violencia crecen, se sufre para vender. De cualquier manera, los precios son desquiciantes. El 80% de los domicilios que ahora mismo están en venta necesitan pasarle la mano”, señala Reinier.
Elena ha visitado cuatro casas y opina que los precios son abusivos. “ Porque, además, tienes que invertir entre 10 y 20 mil dólares en su reparación. En otros países son caras, pero se pueden pagar a plazos y algunas están amuebladas. Lo de Cuba es una locura. Creen que los billetes verdes andan regados por las calles”.
Pese a los precios inflados y que el 60% está en regular o mal estado técnico, según fuentes oficiales, en 2013 se registraron 80 mil operaciones de venta de casas.
En Cuba, el 85% de las viviendas son de propiedad individual. Pero comprar a precio justo es una tarea que puede demorar meses. Pregúntenle a Elena.
Iván García
Foto: Sentado en un banco del Paseo del Prado, un 'corredor' de casas espera por algún cliente. Tomada de la web Vívelo hoy.
ResponderEliminarYoani Sánchez ✔ @yoanisanchez
#Cuba ¡El desabastecimiento es tremendo! La gente se pregunta ¿dónde encontraste papel sanitario? y otros tantos productos...
en el periodico gramma es el papelsanitario de los cubano
jajajaja
si como ella compra en le tienda diplomatica de cuba
y es parte de la tirania
cuidate ivan que te hecha palante