El jolgorio reciente del régimen castrista por las exportaciones de tabaco cubano en 2024 en la práctica fueron una cortina de humo para enmascarar el derrumbe tabacalero cubano, la pérdida de Cuba de su título de "reina mundial del tabaco" que ostentó por más de 400 años, y que ahora lo tiene República Dominicana.
La algarabía por el "éxito" tabacalero cubano la orquestó el castrismo en el XXV Festival del Habano, celebrado en La Habana a fines de febrero de 2025, organizado por Habanos S.A., con banquetes pantagruélicos, extravagancias, lujos millonarios, artistas, espectáculos musicales y derroche de gastos de todo tipo, con el pueblo pasando hambre, el país en ruinas, apagado y triste, el castrismo mostró su mala entraña, su desprecio por los cubanos.
Al comienzo del festival los vividores del monopolio tabaquero de Cuba anunciaron con bombo y platillo que en 2024 el tabaco cubano obtuvo ingresos por 827 millones de dólares. Fue una noticia tramposa, y al final, falsa. Porque si bien Habanos S.A. es la propietaria de todas las marcas de puros y cigarrillos confeccionados en Cuba para exportar, es solo cubana en un 50%. Se trata de una empresa mixta a partes iguales creada en el año 2000 por Cubatabaco y el consorcio español ITI Cigars S.L., con sede en Madrid, perteneciente al conglomerado español Tabacalera S.L.U. (con unos 5.000 empleados en todo el mundo).
Por algo Habanos S.A. tiene dos presidentes (CEO) a partes iguales, el español Luis Sánchez-Harguindey y la cubana Maritza Carrillo. En otras palabras, en 2024, Cuba se supone recibió 413 millones de dólares por poseer solo la mitad de la empresa. Por lo demás, la noticia del ingreso de 827 millones de dólares recibidos en 2024 por Habanos S.A. es una vergüenza, un bochorno. Lo que hicieron los dueños del 50% extranjero fue quitarle a Cuba 413 millones de dólares. De no haber "revolución" en Cuba sí se habrían recibido esos 827 millones con la exportación cubana directa, sin maridaje con nadie.
Que Habanos S.A. se llame así, a solas, revela la argucia extranjera de marketing para aprovechar la fama del tabaco cubano. Este matrimonio empresarial hispano-cubano cuenta con un sistema de franquicias llamadas La Casa del Habano, con 155 tiendas especializadas en 121 ciudades de 60 países.
La grotesca bulla armada por el régimen en el Festival del Habano es postizo, nada tiene que ver con la dictadura castrista, sino con las 4.707 tiendas y puntos de especializados abiertos en todo el mundo por ITI Cigars S.L. incluyendo 21 Cohiba Atmosphere, 168 Casas del Habano, 602 Habanos Terras, 1.321 Habanos Especialistas y 2.600 Habanos. Con gran presencia en China, España, Suiza, Gran Bretaña, Alemania, y otros países grandes importadores de tabaco.
Volviendo a República Dominicana, resulta que los 413 millones de dólares que se supone recibió Cuba por sus exportaciones de tabaco en 2024 representaron apenas el 31% de los 1.300 millones de dólares que obtuvo su vecina República Dominicana con sus exportaciones de tabaco, y de calidad superior. Además, ese país vecino recibe anualmente más de 11 millones de turistas, muchos de los cuales compran allí sus "habanos" dominicanos, y valga la paradoja.
Quién lo habría dicho, Cuba ya no es la reina del tabaco, sino República Dominicana, aunque fue en la isla llamada Juana por Cristóbal Colón que este descubrió asombrado que los aborígenes echaban humo por la boca luego de encender unos "mosquetes" de "una cierta hoja seca (…) por una parte del por la otra chupan o sorben". O sea, los nativos de la isla que ellos llamaban Kuba ("jardín o tierra labrada") fueron quienes descubrieron el placer de fumar. Y fue Kuba la que se convirtió en lo máximo para los fumadores de todo el mundo por la calidad única de la hoja cultivada.
Durante más de cuatro siglos Cuba fue la mayor potencia productora y exportadora del mejor tabaco del planeta debido a sus suelos, clima, variedad del tabaco y el saber hacer de los agricultores y torcedores cubanos. La palabra habano devino sinónimo de puro, y de hecho un certificado de máxima calidad. Al fumador más célebre del siglo XX, Winston Churchill, le confeccionaban en Cuba unos habanos especiales para él.
Pero le cayó comején al piano, o sea, la plaga castrista. Y cito un fragmento de un artículo publicado por la revista dominicana Cigar Country: "Para 1959 se desarrolla una inestabilidad económica y política en Cuba. Como consecuencia llevó al exilio de varias familias apoderadas (…) y por preferencia eligieron República Dominicana específicamente para el cultivo y fabricación del tabaco (…) y en 1962 se estableció el Instituto del Tabaco (INTABACO)".
Y agrego lo que dice un análisis del semanario británico The Spectator: "Los habanos cubanos ya no son los mejores del mundo, debido al creciente dominio de República Dominicana". Y en 2014 el diario The Washington Post publicó un artículo titulado "Cuban cigars aren't actually all that special" ("El tabaco cubano realmente ya no es tan especial").
Otras instituciones y medios especializados en el mercado del tabaco afirman lo mismo, e incluso la revista internacional Cigar Aficionado agrega que también Nicaragua y Honduras han aumentado mucho la calidad de su tabaco y superan en varias marcas la calidad de los habanos cubanos.
A esto agréguese que habiendo sido Cuba desde el siglo XVII la mayor potencia mundial productora y exportadora de tabaco, hoy produce menos tabaco que hace 66 años. En 1958 produjo 58.292 toneladas. Cuatro décadas después, en 2000, ya producía solo 30.000 toneladas de tabaco, y en los últimos años la cifra oscila en torno a las 20.000 toneladas, o menos.
Las causas son abrumadoras, y todas "revolucionarias". Para empezar, el Estado obliga a los vegueros a que les venda el 99% de la producción a un precio miserable (a veces por debajo del costo de producción), y luego lo exporta bien caro al mundo entero. O sea, 242 años después que el rey de España Felipe V "El Animoso" estableciera el devastador Estanco del Tabaco en Cuba, en 1717, que prohibió que los vegueros de la Isla comerciaran libremente su tabaco y solo podían venderlo al Gobierno colonial a precios miserables, su homólogo Fidel Castro hizo lo mismo.
Los agricultores cubanos de tabaco explican indignados que el Estado no les paga a tiempo lo que les debe, y muy poco; que carecen de insumos y aperos de labranza, de pesticidas para evitar el azote de plagas, gusanos y el moho azul. No hay disponible suficiente fuerza de trabajo, los apagones y la falta de combustible impiden el regadío. Va un ejemplo al azar: Lázaro Jordano Poveda, campesino pinareño en San Juan y Martínez, la meca del tabaco cubano, dijo a un periodista independiente: "El tabaco mío esta amarillo porque no dieron sal; la sal es para calentar el tabaco, para que no se te amarille, para que tenga buena calidad, y lo puedas coger bien verde".
En Cuba no solo se siembra cada vez menos tabaco y la calidad de las mejores hojas ha descendido, sino que los rendimientos de campo son bajos. En 2023 para la provincia de Pinar del Río, la mayor productora de tabaco y de mejor calidad, el rendimiento "planificado" fue de entre 1.370 y 1.400 kilogramos por hectárea, y en Sancti Spíritus fue de unos 1.360 kilogramos/ha. Y no se cumplieron a juzgar por el silencio desde entonces al respecto.
En tanto, en los demás países tabacaleros del continente los rendimientos son muy superiores. Por ejemplo, en Paraguay obtienen entre 2.500 y 3.000 kilogramos de tabaco por hectárea (el doble que en Cuba); Colombia (2.312 kg/ha), Brasil (2.250 kg/ha), Argentina (1.700 kg/ha). Pero, mucho ojo, si la calidad del tabaco cubano ya no es la mejor del mundo en forma absoluta, como antes, ello es responsabilidad única y exclusivamente del totalitarismo castrista, de la mafia que desgobierna el país. Porque los factores ya citados que hacían posible cosechar el mejor tabaco y elaborar los habanos legítimos (Made in Cuba) siguen ahí. Solo que son asfixiados y prisioneros del segundo Estanco del Tabaco, por decisión del monarca Raúl "El Cruel". Hasta un día, que todos los cubanos anhelamos, y quizás no esté tan lejos como parece a primera vista.
Roberto Álvarez Quiñones
Diario de Cuba, 7 de marzo de 2025.