lunes, 24 de diciembre de 2018

Frituras de malanga



Con esta receta cubana, Iván García, Tania Quintero y Marco A. Pérez, los realizadores del blog, queremos desearle a nuestros lectores unos felices días de Navidad y un esperanzador año 2019.

Ingredientes

3 malangas medianas
2 huevos
2 cucharadas de cebollino fresco finamente picado
5 dientes de ajo
Sal y pimienta a gusto
Aceite de girasol

Modo de preparación

Lave con un cepillo las malangas y despues de secarlas con un paño, pélelas cuidadosamente (tienden a resbalar a medida que se va retirando la cáscara). Ya peladas, ralle las malangas con un guayo o rallador fino. El resultado será una pasta muy blanca. Pele los dientes de ajo, retire el nervio central, póngalos en un mortero con una pizca de sal y macháquelos bien. Incorpore el ajo machacado al recipiente con la pasta de malanga, que debe ser hondo para poder mezclar bien todos los ingredientes. Aparte, bata los huevos y viértalos en el recipiente con la malanga y el ajo. Añádale el cebollino picadito, agreguéle sal y pimienta a gusto y mezcle todo bien. Con una cuchara vaya cogiendo de la masa y échelas a freír en el aceite caliente. A medida que vaya sacando las frituras, las va poniendo sobre papel de cocina para que absorban la grasa. Después las coloca en una fuente.

Si las frituras de malanga se prefieren como postre, échele solo huevos y sal. Se comen con almíbar, melao de caña o miel de abejas. La malanga puede ser sustiuida por el ñame. En Costa Rica también comen frituras de malanga y en República Dominicana a la malanga le dicen yautía y con ella preparan tortitas rellenas con queso.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Cuba: ¿armas para qué?



En la antigua terminal de ómnibus reconvertida en cooperativa de taxis, en la barriada habanera de La Víbora, la flotilla de autos sudcoreanos, algunos con miles de kilómetros recorridos, no tienen piezas de repuesto. A dos kilómetros de allí, en el taller de reparaciones de transportes de ETECSA, empresa de telecomunicaciones que provee con cientos de millones de dólares a las empobrecidas arcas estatales, sus mecánicos se las ingenian para mantener rodando los vehículos que piden a gritos renovación.

Recorra cualquier paradero de ómnibus urbanos, centro de servicios comunales o base de taxis y observará el mismo panorama. Escasean los neumáticos, acumuladores e incluso herramientas de trabajo. En La Habana y otras provincias, las calles agujereadas de baches necesitan ser asfaltadas y muchos edificios requieren urgente mantenimiento.

La respuesta rutinaria de las autoridades comunistas es siempre la misma: “No tenemos recursos financieros. Debido al bloqueo, se nos dificulta comprar artículos prioritarios destinados a la población”.

En una nación empobrecida, mantener un mastodóntico ejército es un disparate. Julio, ex teniente de las fuerzas armadas y hoy jefe de taller en la cooperativa de taxis, recuerda que “hace treinta años, las FAR contaban con un ejército impresionante: más de tres mil tanques de guerra entre ellos T-55 y T-62, miles de vehículos blindados de transporte, cientos de helicópteros MI, aviones de caza MIG y en Camagüey radicaba una fábrica de fusiles AK. Todos los años nos movilizaban cinco o seis veces, con el pretexto de que se esperaba una invasión yanqui. A diferencia de las bases de transporte civil, que no tienen ni un tornillo y los propios choferes deben comprar en el mercado negro las piezas de repuesto, en las unidades militares se respetaba el programa de mantenimiento y sobraban las piezas”.

Cuando se le pregunta si tiene lógica sostener un ejército en las duras condiciones de Cuba, Julio responde:

“Antes podía tener sentido, debido a los planes agresivos de Estados Unidos, pero no en estos momentos. Las FAR se redujeron notablemente en los años 90, durante el período especial. En la actualidad, la mayoría de los generales dirigen la economía, el turismo y otros negocios lucrativos. Con las armas que tenemos no podemos enfrentar ninguna guerra, tampoco somos una amenaza ni peligro para nadie. Lo ideal sería tener un cuerpo militar que combata el tráfico de drogas en las costas cubanas, una defensa civil eficaz para enfrentar huracanes y desastres naturales y órganos de inteligencia y contrainteligencia especializados en la lucha contra el terrorismo y amenazas a la seguridad nacional. Es mejor invertir el dinero en salud pública, transporte y educación, que están en el piso”.

Doce de catorce encuestados por Diario Las Américas opinan que el servicio militar no es necesario en Cuba. “Con el grave problema de envejecimiento poblacional que tenemos, es una estupidez que a miles de jóvenes los enrolen en la vida militar. Se debe cambiar la concepción de la defensa. Deberíamos apostar por el modelo de Costa Rica, no tener ejército, solamente cuerpos policiales y marítimos altamente profesionales”, expresa Mirta, licenciada en historia.

Alberto, obrero jubilado, opina lo contrario. Cree que además del servicio militar, “Cuba necesita tener un ejército lo más poderoso y moderno posible para disuadir al enemigo imperialista de una agresión”. Por su parte, Yoel, teniente coronel retirado, manifiesta que “el presupuesto de las FAR y el MININT -que el gobierno no revela- se traga entre el 15 y 20 por ciento del PIB, tal vez más. Derogar 50 millones de dólares a Rusia en comprar helicópteros, tanques y otras armas, no tiene sentido. Lo que Cuba necesita son inversiones extranjeras, elevar las producciones agrícolas y mejorar la caótica infraestructura pública. Con esa plata mejor se compran guaguas, que mucha falta nos hacen”.

En su reciente visita a Moscú, el presidente designado Miguel Díaz-Canel, firmó un acuerdo de cooperación militar con Rusia que incluye un crédito de 50 millones de dólares para la adquisición de armamento.

Carlos, sociólogo, ve en este convenio un retroceso estratégico. “Los viejos nostálgicos del partido comunista tienen que despertar de su sueño. Rusia ya no es la antigua URSS. Putin ha criticado abiertamente el comunismo. Jugar a ser un aliado de Moscú no me parece inteligente. Después de la caída del Muro de Berlín, la política exterior cubana pudo ser totalmente independiente. Si criticamos al imperialismo estadounidense, por sus acciones injustificables, entonces también debemos condenar la rapacidad y agresividad rusa por la ocupación de Crimea y su interferencia en las elecciones democráticas de Estados Unidos y otros países europeos. Rusia los está utilizando”.

Según un ex oficial de la inteligencia, “el único enemigo que tiene el gobierno es la disidencia y aunque sus estrategias son pacíficas, las autoridades no le van conceder espacio. En el ejercicio Bastión 2016, entre los juegos de guerra, habían acciones de cómo enfrentar una manifestación opositora y contener a los periodistas independientes, a quienes los servicios especiales ven como una amenaza por su capacidad de crear un estado de opinión internacional”.

Mientras el régimen neocastrista considera una prioridad comprar armas a Rusia, Julio, ex militar y jefe de taller en la cooperativa de taxis, tiene que ser muy creativo a la hora de reparar la flota de automóviles parados. “Cuando un país adquiere armas es porque se siente amenazado”, supone Julio. Habría que preguntarse de dónde viene el peligro.

Iván García
Foto: Tomada de Cubanos por el Mundo.
Leer también: Rusia rearma a Cuba, ¿Qué armamento puede comprar el castrismo? y ¿Un ejército para el siglo XXI?.

lunes, 17 de diciembre de 2018

Cañones con mensajes domésticos



La escasez de alimentos para los grandes sectores de la población y la falta de medicamentos importantes para los enfermos en Cuba dura ya sesenta años y tiene un porvenir oficial garantizado: los generales que dirigen la dictadura y siguen viendo afligidos y nostálgicos a la Unión Soviética, deciden comprarle a Rusia 50 millones de dólares en cachivaches para renovar la chatarra de guerra, llevar nuevos tanques al territorio así como otras máquinas militares, adquirir armas de fuego y poner a volar sobre la isla nuevos helicópteros.

Informaciones publicadas en la prensa rusa sobre el tema, aseguran que la burocracia militar podrá seleccionar qué tipo de armamento comprará dentro de la estructura de un programa de cooperación que incluye el período de 2016 a 2020. El acuerdo se firmó en La Habana por Yuri Borísov, viceministro de Defensa de Rusia y su compadre Ricardo Cabrisas Ruíz, vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba.

Ya el año pasado, el director de la agencia estatal rusa de importación y exportación de material de defensa, Alexander Mijeev, había anunciado que la Isla quería modernizar su obsoleto arsenal y dejó entrever que se podrían firmar otros contratos.

Como debe suponerse, no hay detalles de los documentos suscritos ahora en la capital cubana, pero el periódico Komersant aseguró que se firmarán al menos 60 proyectos de cooperación, mientras la revista Sputnik deja bien claro que la gestión comercial se hacía mediante un nuevo crédito otorgado por los rusos a sus colegas antillanos.

Un acuerdo de este tipo no se firmaba desde 2009, que después se renovó por los años siguientes y en 2016 los dos gobiernos hicieron una negociación para reparar y reconstruir helicópteros soviéticos que ya operaban en el Caribe.

Los avispados jefes de verde olivo saben muy bien que nadie invadirá ni atacará la nación, pero los nuevos chirimbolos, por pocos que sean, engrasados y relucientes, reiteran el recado de que son ellos los que tienen el poder y los recursos, las armas, los cañones y las metralletas para reprimir y mantenerse en sus palacetes sin necesidad de mover un mueble o bajar una cortina.

Raúl Rivero
Blog de la FNCA, 30 de octubre de 2018.
Foto: Tomada de Cuba modifica sus BTR-60 para portar un cañón de 115 mm.

jueves, 13 de diciembre de 2018

Che Guevara: Mito, ideología y negocio


A una cuadra del mausoleo donde reposan los restos de Ernesto Guevara en la ciudad de Santa Clara, 280 kilómetros al este de La Habana, hay una ciudadela de chozas de ladrillos sin repellar y tejas acanaladas de zinc.

Mientras los ómnibus de turistas hacen una escala antes de continuar su viaje a los hoteles ubicados en Cayo Santamaría, vecinos del barrio marginal ofertan ropas piratas y quesos caseros, en un improvisado pulguero desde donde se divisa la efigie de bronce del guerrillero argentino.

El régimen verde olivo fundado por Fidel Castro denomina a Santa Clara como ‘la Ciudad del Che’. Por toda la localidad se ven vallas publicitarias con imágenes y frases de Guevara.

Cuando usted le pregunta a cualquier cubano una valoración de Ernesto Guevara, la mayoría responde con frases trilladas. Hiram, residente en la ciudadela a tiro de piedra del monumento a Guevara, critica abiertamente el desempeño del gobierno y confiesa tener planes de emigrar a Uruguay.

Pero cuando habla del Che, se quita su gorra azul prusia de los Yankees de Nueva York y comenta que “el tipo tenía huevos. Pudo vivir del cuento, pero prefirió luchar por lo que creía. Y eso merece respeto”.

Richel, joven de complexión atlética y amante del reguetón de Chocolate y el Micha, no se considera revolucionario, pero en su hombro derecho tiene un tatuaje del Che Guevara. “Me costó 30 fulas (cuc). Si el Che estuviera vivo, esa partía de descarados que ahora nos gobiernan estuvieran presos. Es la única figura de la revolución que aprecio. Fidel no me cuadra. Fue un manipulador y prometió un montón de cosas que nunca cumplió”.

Disidentes y ciudadanos que discrepan del sistema de ordeno y mando imperante en la Isla, califican al Che Guevara como un 'comunista extremista y desalmado asesino'. Apoyan su tesis con los más de 500 fusilamientos en juicios sumarísimos que instauró Guevara en la fortaleza La Cabaña, al este de La Habana, cuando fue su jefe militar.

El Che estaba convencido de que se necesitaba una maquinaria brutal para exterminar al enemigo ideológico. No tenía remordimiento ni compasión con el oponente. El 11 de diciembre de 1964 en un discurso en la ONU expuso públicamente su opinión sobre los paredones de fusilamientos:

“Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado; fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte. Nosotros sabemos cuál sería el resultado de una batalla perdida y también tienen que saber los 'gusanos' cuál es el resultado de la batalla perdida hoy en Cuba”.

Su radicalismo, que rozaba en lo criminal, no fue óbice para que la autocracia castrista lo convirtiera en un ícono. Todas las mañanas, alumnos entre 5 y 14 años, en los patios de sus escuelas corean el lema ‘Pioneros por el comunismo, seremos como el Che’.

Ernesto Guevara ha pasado de símbolo revolucionario a mercadotecnia publicitaria. En comercios por divisas de cualquier provincia y en las tiendas de los hoteles, usted puede comprar mercaderías con la imagen del Che. Desde afiches y libros hasta ceniceros y camisetas. Esa estrategia comercial no es gratuita. Si alguien le ha sacado dinero a la figura del Che es Aleida Guevara March, su hija mayor, quien creó una fundación con el nombre del padre.

Rubén, una persona que conoce al dedillo los chanchullos de la Fundación Che Guevara, cuenta que “a la gorda (Aleida) no se le escapa una. Hace cinco años, una editorial sudamericana de izquierda publicó un libro sobre el pensamiento de su padre y ella la demandó para que pagaran la coima. El Che habrá sido muy honesto, pero a sus descendientes les deslumbra el dinero”.

Daniel, fan a las motos Harley-Davidson, recuerda que ellos teníamos un club de Harley y los fines de semanas se reunían. "Después de muchísima burocracia pudimos organizar un festival de motos Harley-Davidson en Varadero a donde acudieron motoristas de otros países. Dos hijos del Che, Camilo y Ernesto, vieron el filón del negocio y se apropiaron del mismo. Apadrinados por la firma Gaviota, abrieron un bar en divisas en La Habana y alquilan motos de la famosa marca, compradas nuevas, para realizar tours por Cuba. Cobran de 2,500 a 3 mil dólares. Han adulterado la historia, porque el recorrido que hizo el Che por Sudamérica fue en una moto Norton 500 de 1939”.

Carlos, sociólogo, destaca “que se van creando reflejos condicionados que terminan beatificando a personajes de la revolución que luego en la adultez uno reconoce como culpables del desastre nacional. Con el Che pasa eso. Sus errores como ministro son minimizados”.

La propaganda castrista celebra el 14 de junio de 1928 como natalicio de Ernesto Guevara. Pero el biógrafo estadounidense John Lee Anderson señala que ese certificado de nacimiento es falso y que el Che nació un mes antes. Según Anderson la razón habría sido ocultar el estado de embarazo de Celia de la Serna, madre del Che, al momento de casarse con Ernesto Guevara Lynch, el 10 de diciembre de 1927 ,cuando tenía 3 meses de gestación.

En las escuelas primarias de Cuba se cuenta que Guevara murió asesinado el 8 de octubre de 1967 en el caserío boliviano de La Higuera. Los textos escolares destacan que pudo ser capturado en Quebrada del Yuro, luego de ser herido en una pierna, porque su fusil automático se averió. La historia real es otra.

Uno de sus captores vive en Estados Unidos y se llama Félix Rodríguez. En el otoño de 1967 era un agente de la CIA que instruía a los soldados bolivianos en tácticas contra insurgencia. En un chalet sin grandes pretensiones arquitectónicas, en la Pequeña Habana de Miami, un museo de la Brigada 2506 honra a la tropa de cubanos que enfrentaron en Bahía de Cochinos al ejército de Fidel Castro.

En ese chalet, Félix Rodríguez cuenta que el Che estaba herido, andrajoso, con su fusil inutilizado y muy decepcionado por no tener comunicación con La Habana. Aún le quedaban balas en su pistola y cuando se entregó a sus enemigos les dijo: “Valgo más vivo que muerto”.

Rodríguez así también lo creía. Pero las órdenes superiores era ejecutarlo, lo que ocurrió el 9 de octubre de 1967 y no el 8, como conmemora el régimen cubano, y posteriormente enterrarlo en la pista del aeropuerto de Vallegrande.

Pero se ha construido un mito. Y es que el Che Guevara funciona mejor como negocio que como ideología.

Iván García
Foto: Tomada de NBC News.

lunes, 10 de diciembre de 2018

El affair Soros y Radio y TV Martí


El reportaje televisivo presentado el pasado mes de mayo por TV Martí, sobre George Soros y en el cual el magnate y filántropo es identificado como un "multimillonario judío" y "artífice del colapso financiero de 2008" es el último escándalo que sacude a una empresa periodística gubernamental que a lo largo de sus décadas de existencia, una y otra vez, nunca ha logrado librarse de la controversia y encontrar el rumbo adecuado.

Aunque es de temer que, tras la denuncia de dos senadores sobre el hecho -uno republicano y otro demócrata- al final todo se resuelva con la sanción (¿expulsión?) de los empleados de la empresa responsables por el programa, bajo la dualidad de culpables y chivos expiatorios; el socorrido entrenamiento a los empleados de las estaciones sobre cuestiones de diversidad y el error se centre en considerar que la información no tuvo “el balance adecuado”.

No es que dichas culpas no existieran, sino que limitarse a ellas elude la raíz del problema: la incapacidad, durante la mayor parte de su existencia, de ambas emisoras de tener como único objetivo el ofrecer una información exacta y no caer en el activismo político, la tergiversación e incluso la falsedad.

Como suele ocurrir, el embrollo no puede analizarse sin tener en cuenta tanto al hombre como las circunstancias.

El hombre: Soros, una especie de bestia negra de la ultraderecha actual -ha quedado olvidada la época en que Ronald Reagan declaró públicamente su admiración por él-, fue recientemente una de las figuras a las que le enviaron un paquete conteniendo un aparente artefacto explosivo.

Las circunstancias: el tiroteo en una sinagoga en Pittsburgh, el sábado 27 de octubre, en medio de la celebración del sabbat por un antisemita partidario de la supremacía blanca que dejó once muertos, uno de ellos un policía, y seis heridos. La masacre ha llamado de nuevo la atención sobre el aumento del antisemitismo en este país.

En el reportaje de TV Martí algunos comentarios que pueden caracterizarse como antisemitas han sido el detonante del revuelo. Debe aclararse que más que la identificación de Soros como judío, que es válida, se trata más bien de la caracterización del “judío” millonario como artífice de colapsos financieros y crisis políticas para su beneficio personal lo que justifica esta acusación.

Sin embargo, más allá del énfasis justificado en el antisemitismo, hay otros factores en el material televisivo que deben provocar igual alarma. En una carta enviada por el senador demócrata Bob Menéndez, se califica el contenido del programa como “retórica descaradamente antisemita, venenosa y propagandística”.

Y aquí hay que valorar por igual todas las palabras: además de antisemita, el programa es una propaganda venenosa en contra de Soros, donde se mezclan datos falsos, se manipulan las imágenes y se ofrecen juicios tergiversados. Las explicaciones que hasta el momento ha presentado el director de las dos emisoras, Tomás Regalado, son insuficientes y la interpretación que ha hecho sobre lo ocurrido resulta no solo incompleto sino inadecuado (el reportaje fue hecho y transmitido unos días antes de la llegada de Regalado a los Martí).

El mejor análisis de lo sucedido, y de las respuestas de Regalado, lo presenta Phil Peters, director del Cuban Research Center y consultor de compañías con intereses en invertir en Cuba, en su blog The Cuban Triangle.

“El programa presenta alegaciones incendiarias sobre un ciudadano estadounidense sin mostrar pruebas que las sustenten y sin expresión alguna de juicio editorial, como si Radio Televisión Martí las considerara creíbles. Ni brinda una refutación por parte de Soros y sus asociados, o indicación de que se les ofreció tal oportunidad. Son 15 minutos dedicados a denigrar, no al periodismo”, escribe Peters, quien agrega:

“Las palabras e imágenes dejan claro lo que Radio/TV Marti quiere que su audiencia cubana y latinoamericana piensen sobre Soros: que es un judío que causó la crisis financiera de 2008; que él habla de democracia y sociedades abiertas, pero que su real motivo es hacer dinero y “saquear” los países o que persigue otros objetivos ocultos. que es un hombre de una “influencia letal” que disemina el caos y la inestabilidad en el mundo”

Por su parte, Regalado, en un email le dijo a Mother Jones que “Judicial Watch es una buena fuente, pero señalando esto, no debió haber sido la única fuente. La serie en dos partes no fue precisa y no tuvo otras fuentes grabadas para balancear el contenido”.

Sin embargo, Judicial Watch no es una fuente objetiva de información sino una organización de activismo político, que en la actualidad se empeña en una campaña contra Soros como viene realizando desde hace tiempo con el caso de los emails de Hillary Clinton, lo hizo durante la nominación del juez Brett M. Kavanaugh para la Corte Suprema o lo hace actualmente con la caravana de migrantes centroamericanos.

No es dejar de leer los envíos o las indagaciones de Judicial Watch (yo lo hago casi a diario y me entero así del total de gastos del Servicio Secreto en los viajes presidenciales alrededor del país, desde sus estancias en Mar-a-Lago y su club de golf en Bedminster hasta sus mítines de campaña: $17.224.938,46). No es tampoco dejar de señalar lo que dice o publica Judicial Watch. De lo que se trata es dejar en claro, para el lector y televidente, la tendencia ideológica o política que define a la fuente).

Por su parte, Peters aclara que Fox News desestimó como invitado de su programa de negocios al director de Judicial Watch por las declaraciones sobre el supuesto control secreto de Soros del Departamento de Estado durante el Gobierno de Obama. Pero para el director de Radio y TV Martí, Judicial Watch es una “buena fuente”.

“La idea de que el programa carecía de balance, fuentes adicionales y declaraciones on-the-record yerra sobre la esencia del problema. Lo que estuvo ausente fue información verdadera y confiable que apoyara afirmaciones infundadas. Por ejemplo, que Soros era el ‘arquitecto’ de la crisis financiera de 2008 y de que él hacía dinero con su activismo político. O, se cita en la transmisión, que financió a Gorbachov, ha desestabilizado naciones y busca socavar democracias y convertir a los países latinoamericanos en satélites de Cuba. Reportar una serie de mentiras flagrantes no se remedia con un balance”, afirma Peters.

Los problemas de Radio y Martí no se resolverán con un “adiestramiento” de una o varias sesiones. Tienen que ver con la aplicación de las reglas elementales del periodismo -dos fuentes diferentes para cada información, por ejemplo- y con una práctica donde quede fuera el activismo político.

Por supuesto, en el clima de Miami, eso resulta muy difícil, aunque no imposible. Mientras ello no ocurra, las emisoras gubernamentales continuarán dando tumbos y acumulando escándalos.

Alejandro Armengol
Cubaencuentro, 3 de noviembre de 2018.
Foto: Tomada del artículo Radio Martí quiere pasar página del anticastrismo, publicado en El País en noviembre de 2015.
Leer también: El escándalo de Radio y TV Martí. El reportaje realizado por Nora Gámez, Sarah Blaskey y Mario J. Pentón, que con el título En polarizado clima político, TV Martí bajo escrutinio tras reporte controversial, suspensión de empleados, fue publicado el 31 de octubre de 2018 en El Nuevo Herald no está disponible, a modo de constancia ponemos el Twitter del periodista Mario J. Pentón. En el reportaje se informaba que "a dos trabajadores de Martí (Isabel Cuervo y Wilfredo Cancio Isla) se los llevaron con seguridad y todo, muy triste. En parte refleja el mal ambiente que se respira en la oficina", dijo un empleado. "Si hacen una investigación en profundidad podrían cerrar los Martí, porque se han apartado mucho de los principios de la VOA (Voz de América) y están haciendo propaganda política en vez de información veraz y objetiva".

jueves, 6 de diciembre de 2018

El pulpo de GAESA (II y final)


En abril de 2016, Raúl Castro afirmó que "el discreto desempeño de la economía no ha permitido avanzar sustancialmente en la implementación de los Lineamientos vinculados a la eliminación paulatina de las gratuidades indebidas y los subsidios excesivos".

Durante el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), en 2011, Castro insistía en erradicar las gratuidades, una política de recompensas materiales que eran otorgadas a los trabajadores según se desempeñaran. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), por el contrario, han mantenido la estimulación a sus efectivos: invitaciones a centros gastronómicos y recreativos, casas de descanso en las playas, alimentos, muebles y electrodomésticos subsidiados a precios en moneda CUP que, comparados con los del mercado interior en divisa, son una nota discordante.

Cuanta más jerarquía, mejores dádivas. Los capitanes no veranean al nivel de los generales. En el sitio web de Cubadefensa puede leerse: "(El MINFAR) Hoy acomete nuevas tareas. Esto se debe, en primer lugar, al desvelo y las enseñanzas recibidas del Comandante en Jefe y el ministro de las FAR desde 1959 hasta 2008. Ellos han sido maestros y educadores de varias generaciones de combatientes revolucionarios".

La actividad económica actual de Cuba se centra en el sector del turismo, en el que se emplea a fondo la empresa Gaviota SA de las FAR, creada hacia 1988. Demostrando prácticamente poderes ministeriales, la empresa ha crecido hasta fundar recientemente una escuela de formación en el polo de la enseñanza media al oeste de La Habana, por la seductora, pero apenas iluminada, Quinta Avenida de Miramar. En septiembre de 2017 se inició el tercer año lectivo de esa escuela para carpinteros, elaboradores de alimentos y carpeteros.

Esto, que es un factor de la cantera de Gaviota, se les oferta a los estudiantes de secundaria. Que ellos accedan no depende de su rendimiento académico, sino de los resultados que arroje un test psicométrico y un proceso de verificaciones, el cual analiza si la familia es o no "integrada". Es decir, si de la familia del adolescente y del adolescente mismo, y con quiénes se relacionan dentro y fuera del país, existe una buena opinión en el Comité de Defensa de la Revolución (CDR) del barrio.

En un artículo, el investigador sueco Claes Brundenius declaraba que, con 27 hoteles en 2001 (cuatro de ellos cinco estrellas y 12, de cuatro), Gaviota ya era la compañía turística o corporación que más rápido se expandía en Cuba: "Gaviota tenía el 10% de participación en el mercado".

La copiosa llegada de turistas después del restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos en diciembre de 2014, fue la señal esperada para proyectar alojamientos a destajo: funciones que cumpliría pronto la empresa constructora e inversionista inmobiliaria Almest, un acrónimo que resulta de la fusión del nombre de Juan Almeida Bosque y Armando Mestre, expedicionarios del yate Granma.

En el Informe Central al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, presentado por Raúl Castro se afirmaba que "cada hotel que se inaugura es una fábrica más que genera dentro de nuestras fronteras ingresos de exportación muy necesarios para el país"

Al fundarse, la empresa Gaviota contaba 164 habitaciones. Actualmente explota 62 instalaciones hoteleras con 26.752 habitaciones, que significan más de un tercio de la capacidad del país, según Frank País Oltuski, vicepresidente de Mercadotecnia del grupo, quien agregaba que el plan era que La Habana figurara entre los principales destinos urbanos del Caribe. En 30 años, Gaviota creció 158 veces.

Carlos M. Latuff, presidente ejecutivo del grupo, declaraba que la empresa mantenía trato con diez cadenas hoteleras foráneas. Se trata de las españolas Iberostar y Meliá; Sheraton (primera norteamericana asentada en el archipiélago luego de 1959); el grupo Pestana; y Dhawa, entre otras. Solo una séptima parte de sus instalaciones funcionan bajo gestión cubana exclusiva. Gaviota se reafirma como la organización con la mayor dinámica de crecimiento en el mundo de la industria turística doméstica, según Latuff.

Una edición de 2014 de la revista Hotels la situaba en el lugar 55 del ranking de las 300 mayores cadenas hoteleras a nivel universal. Del diario online Reportur, la Agencia Cubana de Noticias se hizo eco de una lista donde se enumeraban las 25 cadenas más grandes en capacidades de la región latinoamericana. Gaviota la encabezaba. Sus 21.665 habitaciones prevalecían sobre las 18.000 del Grupo Posadas, de México. En esa lista, las coterráneas Cubanacán (7.678) y Hoteles Islazul (5.546), asumían el séptimo y duodécimo puestos.

En 2014, mientras Gaviota se extendía, de acuerdo a cifras oficiales, en La Habana más de 132 personas se encontraban viviendo en albergues. Posteriormente se inaugurarían más de 800 habitaciones de lujo del Premium Gold Bella Vista Varadero y las 246 del Hotel Kempinski en la Manzana de Gómez.

La página oficial de Gaviota anuncia la puesta en funcionamiento en 2019 de varios hoteles, los Parcela Oasis 1 y 2, el Parcela Salinas Noreste; así como otros dos en los años 2020 y 2021, en Calle 70 entre 1ra y 3ra, Miramar, Playa, sumando otras 1.000 habitaciones. Estos últimos hoteles estarán divididos por una galería de dos pisos con tiendas, casas de cambio de moneda y telepuntos de ETECSA, según dijera a la Agencia Cubana de Noticias, Daysi Malvares Moret, directora de Desarrollo de la inmobiliaria Almest, el equipo que se encarga de las obras.

En esta temporada, se esperan cinco millones de vacacionistas. Más de 25 mil habitaciones, en los últimos 22 años, tienen la participación de Almest como inversionista, publicaba Cubadebate el 16 de octubre de 2016. Siendo una de las de mayor experiencia de su tipo, Almest ha estado en diferentes polos turísticos cubanos: Varadero, Cayo Santa María, Cayo Coco, Cayo Guillermo y el norte de Holguín. Está asociada, desde la década de los 90, con la empresa constructora francesa Bouygues.

En el reportaje Sacudir la palanca de las inversiones turísticas, publicado en en octubre de 2016 en el periódico Juventud Rebelde, se afirmaba que tal alianza aceleraría las inversiones turísticas y transmitiría el know-how de métodos novedosos en la organización y sincronización de las fases constructivas, así como que incrementaría la calidad de las terminaciones y ampliaría el mercado potencial internacional.

Almest preparó el terreno del Kempinski en la Manzana de Gómez, inmueble que antes del triunfo revolucionario pertenecía a la acaudalada familia Gómez-Mena. El edificio, que antes de 1959 acogió bancos, despachos de abogados y oficinas mercantiles y después sería sede de comercios, cafeterías y de escuelas de segunda enseñanza e idiomas extranjeros, en estados lamentables por la insolvencia del Ministerio de Educación, ahora es un lujoso hotel hecho por GAESA para ser administrado por Gaviota (en otras palabras, por el mismo GAESA).

"Cuando se quieren justificar los privilegios de empresas como Gaviota, se escucha que se deben a que son unidades bien gestionadas y de baja corrupción. Bien gestionadas sí son, debido al propio proceso que emprendieron de perfeccionamiento. Los inversionistas extranjeros con los cuales he conversado, comentan que prefieren negociar con Gaviota antes que con otro grupo", reconoce un investigador económico, quien tras pedir el anonimato añadió:

"Sus representantes se muestran más enfocados, preparados y conocedores del negocio y saben claramente qué quieren lograr de un acuerdo. Las empresas de las FAR han venido operando desde hace más de tres décadas bajo reglas que no se aplican a otros sectores de la economía cubana. En términos de marketing y de otras gestiones presentan técnicas avanzadas con respecto a sus pares que administra el Estado. Además, las superiores ofertas de alimentación, comodidad, transporte y salario les permiten emplear con mayor facilidad a personal más calificado. Si las mismas reglas y principios del perfeccionamiento se hubieran aplicado también en el ámbito civil, muchas de las empresas no militares hubieran sido mejores, y con trabajadores más motivados".

Según el investigador, el control social no existe sobre las empresas militares, y esto se opone claramente a un modelo socialista. "La lógica de la propiedad pública dicta que el pueblo, que sería el dueño de los medios, delega responsabilidades en el Gobierno y los administradores. Sin embargo, dado que nunca se le cede información ni se le rinde cuentas al pueblo, este no ejerce nunca un control real, ni toma decisiones ni se le consulta. Y habría que preguntarse por qué si Raúl Castro o su familia o los altos oficiales no están recogiendo ganancias de esas operaciones (que es la hipótesis que abunda fuera de Cuba), se evita el tema y no se dan explicaciones."

El economista Omar Everleny expresa su contrariedad con que el país siga mostrando bajas tasas de crecimiento económico y, a la vez, implemente un programa de desarrollo a largo plazo, hasta 2030. Mientras tanto, el sector privado no puede importar ni exportar, no cuenta con un mercado mayorista, no tiene acceso a los bienes de capital que necesitan, y, en medio de esto, se plantea que no haya concentración de la riqueza, cuando todavía no se crea el capital que se demanda por todos los agentes económicos.

"Aún no hay evidencia de que el predominio del sector militar empresarial entre en contradicción con el proyecto estatal socialista. Lo que sí es complicado, para cualquier economía, es sostener la vigencia de dos sistemas con las dimensiones de los que observamos, uno más rígido en la organización del trabajo, orientado por personal del ejército, y otro que abarca también actividades productivas cardinales, dirigido por el orden civil", sostiene Everleny.

Ovidio de Ángelo, del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), comenta que el tema le parece contestar a una medida que no se ha clarificado en la sociedad, y que viene respaldada por el hecho de que las empresas militares tengan la potestad legitimada de decidir lo que se haga público o no. Y argumenta: "No sabemos adónde se dirigen los fondos de ingresos, su distribución, cómo esos ingresos se articulan con el PIB o si no lo hacen. No creo que sea muy complicado, al menos en documentos, transferir esa administración militar a lo civil, quitarles la subordinación, y habría una transparencia mayor en el sentido de los fondos".

"¿Por qué una militarización de la economía?", pregunta De Ángelo. "Al contrario, debían cederse administraciones a la sociedad en el sentido más amplio e inclusivo. Hoy el sector privado se extiende. El de las cooperativas debería hacerlo y la empresa estatal debería abandonar sus estructuras más rígidas y jerárquicas a cambio de una expresión más autónoma. Todo esto se vería frenado mientras abunde un principio escalonado de ordene y mande. La sociedad necesita de una mayor sintonía con los sistemas económicos mundiales que promueven la difusión social de sus formas de gestión".

Alexis Tubau Deas, director de Recursos Humanos de Almest, en el reportaje de Juventud Rebelde, reconoció que se estudiaba un nuevo sistema salarial por desempeños para su aplicación. Bladimir Ayra Estrada, vicepresidente de la Asociación Económica Internacional Arcos BBI, había admitido que existían problemas con la retención de la fuerza laboral, porque los salarios todavía no eran competitivos con respecto a los mismos oficios en formas no estatales de gestión (pequeña propiedad privada). Tubau interpretó que no bastaba subir el pago si no se elevaban también la exigencia y la severidad de la disciplina laboral, sin mencionar robos de materiales, corrupción ni otros lastres.

En ese mismo reportaje se describían las condiciones de vida de los obreros: "Se les asegura contenido de trabajo constantemente, cuentan con transportación desde los albergues hasta el sitio donde laboran; la alimentación que se les ofrece es buena, como las condiciones donde pernoctan, pues muchos no residen en el territorio donde se acometen las construcciones".

Almest era prácticamente una desconocida hasta convertirse en noticia por la escandalosa contratación de obreros de la India, a quienes se pagaban salarios que excedían varias veces los de sus homólogos cubanos. Explicando la presencia de trabajadores indios, Juventud Rebelde alegó "la necesidad de recuperar los atrasos en la ruta crítica del cronograma constructivo", y añadió que eran "operarios de la construcción de alta calificación y destreza, con experiencias en otras latitudes".

Al filo de la mañana de un domingo, buscamos en Varadero albergues de constructores. Tomamos la Autopista Sur. El puente de la Calle 17 tiene debajo un río que arrastra un cardumen de peces agujones peleándose contra la corriente y la suciedad. Al fondo, todo se ramifica para conducir a lo que fueran parcelas propiedad de artistas como Enrique Santiesteban, Rosita Fornés y Armando Bianchi, nos explica un hombre que es vecino de la zona desde hace cuatro décadas.

En uno de los albergues, el guardia de seguridad dice que aquí no vienen muchos Geely (marca china de auto asociada en Cuba a los altos oficiales). El guardia da por descontado que haya obreros extranjeros por esas áreas. De haberlos, los jefes vendrían de visita más a menudo. Los cinco albergues de constructores cubanos que avistamos forman una ciudadela fantasma. Vistas desde fuera, las condiciones son de malas a regulares. No hay bloques climatizados que amortigüen la brutalidad del calor. Y, sin embargo, Juventud Rebelde aducía que con la meta de recuperar los recursos humanos emigrados a otros sectores,se había puesto en práctica una "permanente mejora" de la atención a los obreros.

En Santa Marta, poblado próximo a Varadero, encontramos técnicos indios en Villa Artística. En apartamentos con balcones y albergues con aire acondicionado. No son los indios que vende Bollywood. Ni altos, ni musculosos con la tableta del abdomen rayada, ni ojos esmeralda, ni bien parecidos. Son de aspecto humilde, camisas descoloridas de tejido grueso, holgadas y largas; calzan sandalias y se sacuden la quisquilla de la arena en los patios. La piel atezada, los bigotes y el pelo azabachados. Con ellos tendremos un primer diálogo, cuando menos, preocupante.

-¿El jefe de ustedes quién es?

-Sí, sí, sí.

Poco antes de que llegaran los trabajadores indios, a un puestecito local que vendía bebidas alcohólicas en pesos cubanos en Santa Marta, lo transformaron en un kiosco de la cadena Panamericana (perteneciente a GAESA), oferta cervezas nacionales e importadas frías, ron, Pellys de Papas&Co, Pringles y chocolates revestidos Chubi. Al kiosco GAESA lo provee de aseguramiento complementario y genera ingresos del mismo salario que les pagan.

Otro recinto donde toparse con los técnicos extranjeros es la hamburguesera, El Rápido. La empleada de turno dice que ahí los indios compran poco. Piden una media botella de ron Havana Club (que es como llaman a las canecas) y se dan la vuelta sin ordenar hamburguesas de carne condimentadas, que cuestan de un peso convertible en adelante. Ella piensa que no las consumen porque en sus albergues tienen la comida que necesitan, al gusto suyo, tal vez llena de curry.

En Santa Marta logramos hablar con un jefe de grupo de los trabajadores indios.

-¿Cuántos trabajadores son?
- Como cien.
-¿Qué tipo de trabajos hacen?
-Electricidad, plomería, pintura de paredes…
-¿Cuánto les pagan?
-400.
Escribimos el número en el teléfono.
-¿400 dólares?
-Sí, 400 dólares
-Háblenos de sus condiciones aquí.
-Mucho no good.
-¿Problemas?
-Eating material problems.
-¿Comida?
-Comida.
-¿De qué partes de la India vienen?
-Delhi, Bombay, Lucknow (de donde es el entrevistado).
-¿Qué empresa les paga?
No entiende.
-¿Cómo se llama usted? ¿Puede escribirnos su nombre?

Siendo de un país con índices tecnológicos superiores a los cubanos, lo cual no es ningún mérito, el jefe del grupo de indios en Santa Marta se tarda excesivamente pulsando en el iPhone.

B... h... b.. h... .a... ñ... u.

Según los directivos de la inversora, los obreros indios, que tienen más de 1.500 dialectos, fueron traídos para eliminar las fluctuaciones de la fuerza de trabajo dentro del sector constructivo y para superar la "baja calificación" y "malos rendimientos" de los cubanos.

Una fuente experimentada en obras desarrolladas a lo largo y ancho de Varadero, dice que los obreros cubanos ganan solamente el equivalente de 50 dólares mensuales en moneda nacional. Además de injusta, la diferencia de sueldo con la que colabora GAESA viola la vigente Constitución de la República.

El artículo 43 de la Constitución reza: "El Estado consagra el derecho conquistado por la Revolución de que los ciudadanos, sin distinción de raza, color de la piel, sexo, creencias religiosas, origen nacional (…) perciben salario igual por trabajo igual". Mientras que el Código Penal, en el artículo 295.1 del capítulo VIII del título IX (que se refiere al delito contra la libertad personal) dicta que quien "discrimine a otra persona o promueva o incite a la discriminación sea con manifestaciones de ánimo ofensivo a su sexo, raza, color u origen nacional o con acciones para obstaculizarle o impedirle por motivos de sexo, raza, color u origen nacional el ejercicio o disfrute de los derechos de igualdad establecidos en la Constitución, incurre en sanción de privación de libertad de seis meses a dos años o multa de doscientas a quinientas cuotas o ambas".

Ante el velado atropello pudiera presentarse con tono justificativo el argumento de Juventud Rebelde en el reportaje Sacudir la palanca de las inversiones turísticas: "El rendimiento de los trabajadores de la India en las obras es tres o cuatro veces superior al registrado como media en el país". Pero en los términos vigentes, aun triplicando el esfuerzo, los obreros cubanos cobrarían a duras penas la mitad del salario de Bhbhañu.

"Vinimos a ver el edificio y hablamos con Gaviota, grupo operador cubano, sobre la idea que ellos tenían de hacer la mejor instalación de las Américas y del mundo y creo que eso lo hemos logrado", dijo a la televisión cubana Xavier Destribats, director general del Gran Hotel Manzana Kempinski.

Un trabajador de Emproye con quien tuvimos una charla informal nos comentó que, al pedírsele a un especialista de la francesa Bouygues que contrastara la calidad del trabajo de los indios con los cubanos en la Manzana de Gómez (donde los asiáticos cobran 1.500 dólares mensuales, según Reuters), este contestó: "Con honestidad, no les sacan mucha ventaja".

Habría que imaginar si los cubanos hubiesen cobrado su trabajo como los indios, qué resultaba. ¿No robarían materiales como acostumbran? ¿Cumplirían con los calendarios?

Otro proyectista dice que la obra del Kempinski se inauguró con un trabajo de plomería lamentable, como muestra la tienda de cámaras fotógraficas en los bajos del hotel, que abrió al público con una gotera cayendo del techo.

M.G.Vivero, Y. Suárez y R. Camilo
Texto y dibujo: Diario de Cuba, 31 de octubre de 2018.

lunes, 3 de diciembre de 2018

El pulpo de GAESA (I)



Pocos países cuentan con una relación económica con el ejército como la de Cuba.

Empecemos imaginando que un emigrante vuelve a la Isla y quiere tener atenciones con su familia. Una cena, digamos, algo a tono con la ocasión: el regreso transitorio del pariente con los suyos, después de su larga temporada afuera.

Tendrá, primero, que ir por la vitualla: la nevera de casa, suele pasar, es un terreno yermo, lagrimeando hielo. El pariente se aprovisiona en una TRD (tienda recuperadora de divisas), consigue el postre en una dulcería Doña Neli, añade a la bolsa helados Bim Bom, de CIMEX. Al rato estaciona el auto rentado frente a un quiosco de la cadena Panamericana y compra ron, un asiduo de los festejos.

Presumamos que le atrajo una prenda de la joyería Coral Negro, porque hace buen juego con el vestido favorito de su madre. Enseguida se dirige a comprarla, pero se quedó sin combustible en el depósito. Reposta en una gasolinera Oro Negro. De ahí mismo, llama a Fincimex para renovar un contrato de remesas. La semana próxima, ya fuera del país, mandará también por Cuba Pack International los regalos que se olvidó de traer a este viaje.

Como otros millones de visitantes anuales, nuestro personaje no sospecha que los fondos que ha ido depositando en cada uno de sus actos, del auto rentado a las golosinas y joyas, irán al monto inextricable de GAESA. Y si estuviera enterado, no alteraría nada. Ni él, ni otro cubano o extranjero reales, tienen salida.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) ejercen un control monopólico en el país. Con la absorción de la empresa CIMEX, GAESA administra todas las estaciones Oro Negro, y los servicentros CUPET-CIMEX, de los cuales solo en la provincia de Camagüey, la más grande del país, una fuente administrativa afirma que funcionan más de 100. Algunos se encuentran en extensas carreteras o avenidas transitadas, junto a oficinas de FINCIMEX o cafeterías El Rápido, y no les falta la camaradería de una tienda Panamericana, asistida por una flota automotriz propia: TRANSCIMEX.

Además de su presencia notable en la vía pública, CIMEX instala televisión satelital a través de la compañía Telecable; su división inmobiliaria administra oficinas y espacios de renta para negocios y hospedaje; y ofrece ventas por catálogo online a este sector. Su gran negocio, en cambio, depende del transeúnte cubano. Entre marzo de 2014 y enero de 2015, la red de comercio interior vendió 32,4 millones de cuc (peso convertible), lo cual es solo una décima parte de las ventas de ese plazo.

Suele manejarse el criterio de que GAESA controla el 60% de la economía cubana, una cifra naturalmente especulativa y sin asiento. Un economista, a cuyo pedido de anonimato respondemos de aquí en adelante, explica: "Tampoco hay que caer en las trampas de los datos. Cuando se menciona que los militares se han apropiado del 5% o del 60% de la economía cubana, no se sabe a qué exactamente se refieren. Para hacer esta medición hay muchos indicadores a considerar: PIB, empleo, exportaciones, inversiones o activos fijos, y ninguno de ellos se refleja. Es la imprecisión más grande que se puede cometer. No existe manera de medir tales indicadores por la falta de transparencia. La información no es pública ni accesible, detrás del argumento de que lo manejado ahí dentro podría ser secreto de Estado".

Omar Everleny, investigador cubano de Economía, asegura que el grupo empresarial de las FAR tiene hoy una hegemonía, porque, aunque sus fuerzas se expresen más, solo en el turismo y en las tiendas recuperadoras de divisas (TRD), su mayor presencia radica justamente en esas actividades estratégicas. Everleny estima que controlan cerca del 50% de la actividad turística del país, enfatizando en el segmento de sol y playa, pero están aumentando sus cifras en el circuito de ciudad, con atención especial a La Habana. Y añade que más del 95% del mercado minorista en divisas son administrados por ellos, sumado al Banco Financiero Internacional.

"Existe, por el peso económico que tienen las actividades en la que están involucrados, una elevada jerarquización del sector empresarial militar, ya que una gran parte del circuito en divisas extranjeras es controlada por ellos, y es el más importante para el desarrollo de la economía cubana", dice Everleny.

Ovidio de Ángelo, del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), entiende que los procedimientos empresariales de las FAR le resultan incoherentes con un modelo económico de sociedad en el que deba prevalecer el acceso de la población y el ejercicio de la ciudadanía. El hecho de que la economía responda a las restricciones propias del ámbito militar complica una acción más intensiva y participativa.

"No es habitual internacionalmente que el sector militar sea el que coordine, dirija o realice la actividad empresarial en una serie de sectores, en el caso nuestro con mayor presencia en el circuito del turismo. Cuál es la razón de que un grupo de empresas del ejército administre la economía civil. Es una pregunta que debería esclarecer la dirección del país", dice el investigador del CIPS.

Las FAR se reservan tantos datos como puedan: ni los censos del país están autorizados a recoger el número real de militares en activo. Dentro de estas influencias políticas, surgió GAESA (Grupo de Administración Empresarial SA). Es el más joven de los grupos nacidos al calor del sistema empresarial del ejército y tiene a sus espaldas tres consanguíneos. Según la Cámara de Comercio, se supeditan directamente a las FAR la Unión Agropecuaria Militar (UAM), el Grupo Empresarial Geocuba -único que tasa y mide el país-, y la Unión de Industria Militar (UIM).

Fuera de los cuatro mencionados, en la siderurgia, opera la camagüeyana Empresa Mixta de Tecnologías Alternativas SA. Y toda compañía que trabaja en Cuba compra explosivos en la Finca La Campana, de Manicaragua, a la Unión Latinoamericana de Explosivos SA (ULAEX, fundada en 1995 y co-operada por Orica Mining Services), de donde son igualmente los fuegos artificiales que animan el cielo nocturno en los carnavales.

GAESA ha sabido mostrarse ubicuo, pero siempre tenuemente. Los medios y documentos oficiales no presentan a GAESA, sino a GAE. Como un Pedro que en su casa es Pedro a secas y, a la hora de los negocios, es Mr. Peter. Si se suprimen las dos últimas letras (SA) se encubren normas por las que se rige una Sociedad Anónima. Por ejemplo, el capital se divide en acciones, de manera que el número de estas es lo que determina el peso político a la hora de tomar decisiones en la sociedad, en lugar de la cantidad de afiliados que suscriban una u otra propuesta. Las acciones son nominativas, además, y se pueden ceder libremente cuando el accionista quiera y a quien quiera.

A la cabeza del monopolio sobresale el nombre de su presidente ejecutivo, el general de brigada Luis Alberto Rodríguez López-Calleja quien es, también, miembro del Comité Central del Partido Comunista (PCC), exyerno de Raúl Castro, y padre de su nieto y controvertido escolta personal, Raúl Guillermo. De otros directivos que sea posible exponer, hace cinco años apenas, la prensa cubana hace mención de la coronel Ania Lastre Morera como su vicepresidenta primera.

A fines de los años 80, Fidel Castro quiso entregar armas a un millón de soldados, para salvaguardar a la Isla de una posible agresión bélica por parte de Estados Unidos. El gobierno cubano pidió a Corea del Norte 100 mil fusiles AK, pero necesitaba además generar ingresos que aseguraran la permanencia del ejército.

La citada fuente anónima nos amplía el contexto en que aparece el conglomerado: "Ronald Reagan gobernaba EEUU, revelándose a menudo con una política exterior muy agresiva, de naturaleza anticomunista radical. Se conocía que la URSS estaba agotada económicamente y cabía la posibilidad de que ya no intervinieran con el ejército si EEUU nos agredía. El costo de la defensa del país se traslada, en consecuencia, a las capacidades internas. La doctrina de guerra de todo el pueblo tiene sus derivaciones económicas. Una de ellas, con un elevado costo, fue la construcción de túneles y refugios a lo largo del país, no solo para uso y seguridad de la población, sino también del armamento".

Esto se tradujo en destinar una cantidad importante de recursos con una economía adversa. Raúl Castro, por entonces ministro de las FAR, decide iniciar el conocido proceso de perfeccionamiento empresarial, que adoptaba las técnicas de administración más modernas del mundo, con estudios de operaciones, contabilidad, recursos humanos, etcétera. Durante el llamado Período Especial, fundan la UAM (Unión Agropecuaria Militar), que produce alimentos para unidades y personal en un momento de aguda escasez de comida.

Gaviota, la mayor empresa hotelera cubana, empieza como una empresa menor. Los resultados de estas primeras experiencias de entidades militares fueron tan positivos que en el Congreso del PCC de 1997 se propone extender el perfeccionamiento empresarial al ámbito civil. "Es una economía en que los salarios estaban dictados por decreto, una administración no podía pagar más que lo que se estipulaba, aunque poseyera los recursos para hacerlo, y los trabajadores de estas empresas militares recibirían con el tiempo mayores salarios por resultados o bonos y otras estimulaciones. Hubo varias transformaciones y, en lo civil, las empresas quedan en desventaja. Por el lado de los militares, comienzan a manifestarse concesiones, crecimiento y expansión en polos que presentaban las mejores perspectivas de inversión. GAESA aparece como una especie de holding, que administra los volúmenes crecientes de operaciones de lo que es un conglomerado", explica la fuente.

GAESA irrumpió quizá bajo el innoble sintagma de Sistema Empresarial de las Fuerzas Armadas, creado y organizado por Raúl Castro. En 2009, estando Cuba bajo el mandato de este, GAESA -ya bajo esas siglas- atomiza Cubalse y absorbe a CIMEX, que, junto al Grupo Palco, eran grandes sociedades con navieras, fábricas de alimento y consignatarias. Solo el Grupo Palco se mantiene hasta hoy separado del control militar directo.

Así vendrían, junto con Gaviota SA, la cadena de mercados (conocidos popularmente como shoppings) TRD Caribe, que brota por la Resolución 889 del Consejo de Ministros; la constructora ALMEST, Producciones Trimagen, Almacenes Universales (que por sus siglas AUSA, la base de datos de ETECSA 2017, devuelve 901 resultados), entre otras que fueron posicionándose. Para la década de los 90, el país había redistribuido prioridades: decae el apoyo internacional a la lucha armada y se concentran los esfuerzos en la guerra doméstica de la subsistencia.

Sin tener que disputarse los acres con coterráneos de su envergadura, GAESA controlaría, de lejos, el mercado interior en divisas -el principal de carácter minorista cubano- por medio de las TRD Caribe y Panamericana. En 1997, las FAR atendían una rebanada pequeña del mercado minorista en dólares. Veinte años después, el ejército se adueña de los centros de Cubalse y CIMEX.

Desde el comienzo, era apostarle al caballo vencedor, un negocio redondo: el ritmo de ventas, hacia 1994, año más crítico del Periodo Especial, sumó más de 200 millones de dólares. En 1995, unos 500 y en 1996, unos 600. En 1997, un año más tarde ,superaba los 800 millones (Hiram Marquetti, "La economía del dólar: balance y perspectivas", Revista Temas No. 11, julio-septiembre 1997). Su tendencia ha sido, fijo, a subir.

GAESA no se restringió solamente a las tiendas recaudadoras de divisas, fue insertándose en el bojeo de la industria turística, el "motor de Cuba", donde es arrolladora su participación a través del Grupo de Turismo Gaviota SA, al que pertenecen la línea de transporte AeroGaviota que conecta los vuelos entre los cayos y la Isla, la empresa importadora/exportadora AT Comercial SA, TransGaviota (transporte terrestre), una turoperadora, y Marinas Gaviota, especializada en servicios y alquiler de transporte acuático.

De acuerdo con lo que declaraba a la televisión nacional el profesor José Luis Perelló, durante el primer trimestre de 2017, la llegada de estadounidenses había crecido un 118%, comparándolas con cifras de igual período en 2016.

La exportación de servicios de personal altamente calificado ha sido en la Cuba de las últimas décadas otra cosecha fecunda. Ante la Asamblea Nacional del Poder Popular en 2008, Raúl Castro exigió "garantizar una mayor y mejor oferta de servicios a personas de otros países que, como el turismo y la salud", aportaban "considerables ingresos".

Una parte de esos ingresos comenzarían a manejarse por Antillana de Exportación SA (Antex), de GAESA, que vende mano de obra científica y académica a Angola y otros países, y disfruta de privilegios en el panorama empresarial cubano: está entre las pocas autorizadas a enviar al extranjero profesionales y técnicos de cualquier sector.

Es 2009 un año en que GAESA se agranda significativamente. Fidel Castro le había entregado el timón a su octogenario hermano menor, porque su salud no le permitía continuar. Raúl Castro tendría que lidiar en lo adelante con un país socavado económica y moralmente, resistiendo entre el diezmo, la corrupción a todas las escalas y un embargo estadounidense que viene a justificar lo anterior. Es como si Fidel le hubiera dicho a Raúl: "Arréglatelas como puedas". El nuevo presidente tenía enfrente un siniestro panorama, resultante, entre otros motivos, de despilfarros que nunca se harían públicos, como la Batalla de Ideas y la Revolución Energética.

El 26 de mayo, llevando la batuta Raúl Castro, el Consejo de Ministros decidió extinguir el grupo Cubalse y repartirlo. De ahí se beneficiarían distintas empresas al transferírseles, además de otros activos, unas 80 estaciones de gas Oro Negro, arrendadoras de autos, y una naviera con destinos regulares a Centroamérica y el Caribe.

Wikileaks lo resume de esta forma: el Grupo Palco quedaría al mando de las responsabilidades diplomáticas de Cubalse y sus posesiones inmobiliarias; CUPET tomaría las estaciones de combustible; CIMEX, la más poderosa empresa cubana de entonces, se beneficiaría con distribuidoras de autos Peugeot y Fiat, restaurantes, lavanderías, clínicas veterinarias, plantas de helado, y propiedades en el balneario de Tarará, en La Habana.

GAESA adquiere tiendas y talleres automotrices, que serían administrados por Servicios Automotores SA (SASA), la cual importa accesorios desde Almacenes in Bond, y cobra el mantenimiento a empresas durante la garantía. El conglomerado incorpora las oficinas en el extranjero de Cubalse, incluyendo las de negocios inmobiliarios con representaciones en China, Venezuela y Panamá. Mientras que Almacenes Universales SA se quedaría con la venta mayorista y los depósitos. TRD Caribe asume unas 200 tiendas minoristas, la "principal fuente de ingresos" de Cubalse, según el cable expuesto por Wikileaks. La base de datos de ETECSA 2017, respondiendo a una búsqueda de las siglas TRD, brinda 3.163 resultados.

Para el primer trimestre de 2016, la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) reporta que el MINFAR controlaba 92 empresas y 42 sociedades mercantiles. A veces, el conglomerado progresa como un estricto monopolio de empresas y, otras, escala en autoridad y autonomía como decisora de la alta política económica nacional.

El Directorio Comercial de la República 2015-2017, refiere a GAESA como una Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE). Significa total libertad para aprobar formas de pago por rendimiento y decretar su propia proyección estratégica. Ser una OSDE implica, en el nuevo modelo económico cubano, una oportunidad de "dotar a la empresa estatal socialista de más autonomía y facultades".

Al mismo tiempo, GAESA es considerado, a la par de los 19 ministerios existentes, un organismo de la Administración Central del Estado, la única empresa con esa categoría, que la sitúa al nivel de los no ministeriales Banco Central, Asociación Nacional de Economistas, los Consejos de la Administración Provincial, Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos e Instituto Cubano de Radio y Televisión.

Los permisos de importación y exportación son fundamentales para un negocio. En un archipiélago pobre, lo son todavía más. El registro de Empresas Cubanas de Comercio Exterior señala 125 con una o ambas capacidades. De ellas, 12 son controladas por las Fuerzas Armadas. La misma cifra que exhibe el Ministerio de Comercio Exterior (MINCEX).

En la Avenida del Puerto de La Habana se alzan los siete pisos del Edificio de la Marina. Donde antes de 1959 radicara el mando de los buques cubanos, y ahora se abre al desfile de Peugeots rotulados con los logos de ANTEX, Gaviota o Tecnotex y, en resumen, de GAESA, que se parapeta detrás de sectores variopintos: la Empresa de Explotación y Extracción de Petróleo y Gas, la importadora y exportadora de productos técnicos (Tecnoimport), la comercializadora de Productos Agropecuarios y Agroindustriales (Cubagro).

En el mercado nacional, se cita a Ecasol, que concentra la comercialización de aceites para cocinar, uno de los productos de mayor demanda en las TRD. Tecnotext, por otro lado, a partir de 1983, facilita la entrada de madera, barcos, resinas, minibares, carros eléctricos; y llama la atención que la misma empresa ofrece servicios aduanales.

Otro gesto avispado de GAESA es que tiene su propia firma que controla su mercancía: Servicios de Auditoría SA. Quiere decir que las comprobaciones de los estados económicos se las aplica él mismo, quedando los resultados tras puertas cerradas. Del barrio habanero de Miramar salen los evaluadores que autochequean cada año las inversiones de la constructora ALMEST, según el diario oficialista Juventud Rebelde.

Fiscalizar la empresa con más vástagos en Cuba a la luz de la opinión pública no es nada simple, como es de imaginarse. Además, el Código Penal pide en su artículo 95.1 de cuatro a diez años de cárcel para quien revele información que concierne a la seguridad estatal, incluidos los campos económico y militar.

GAESA tiene miles de empleados que agrupa el Sindicato Nacional de Trabajadores Civiles de la Defensa. La Ley de Procedimiento Penal, en su artículo 5 (modificado en 1994 para ampliar la jurisdicción militar a los delitos cometidos por civiles en zonas militares) dice que las empresas de las FAR son consideradas zonas militares, así como sus trabajadores son empleados civiles de las FAR. Cualquier delito cometido en una de esas entidades supone la competencia de los Tribunales Militares: "La autoridad actuante, cuando tenga conocimiento de un hecho punible, comprendido en alguno de los casos señalados en el párrafo anterior, dará cuenta con las actuaciones preliminares, al Fiscal Militar que corresponda, sin perjuicio de continuar practicando las diligencias de instrucción pertinentes".

Una posible justificación del crecimiento de GAESA sería su carácter militar, su recia compostura frente a los desmanes, y el temor que esto impone. Pero esa aparente integridad no es garantía de orden, y Yunet es la prueba. Extrabajadora de la tienda de 5ta y 42, una de las más grandes y mejor surtidas de la División Habana de TRD Caribe, Yunet tiene los dedos llenos de estridentes sortijas y con ellos frota su dije de oro de Santa Bárbara como a una lámpara maravillosa. A esta misma imagen, quizás, haya pedido amparo para sus fechorías.

En la práctica, la fechoría cubana es el oxígeno social. Si no robas, simplemente te ahogas: el salario nunca alcanza. Un dependiente o un cajero ganan un sueldo básico de poco más de diez dólares mensuales. Lo primero que aprendió Yunet fue a sacar provecho de la merma, como paquetes de detergente rasgados, bolsitas de aceite abiertas, botellas de vino rotas. "Nunca tuve que comprarme buenos perfumes, solo una vez pagué un Antonio Banderas. Cuando se me acababan, rompía el frasco contra el suelo y me llevaba otro. Para despistar solo tenía que variar de marca", dice examinando sus uñas postizas.

Mensualmente, al kiosco de Yunet le entregaban cinco paquetes con 5 mil jabas o bolsas de plástico en cada uno, que no pasaban por los controles. Las 'jabitas de nailon' que deberían ser una cortesía hacia el comprador, es una de las mayores carencias hoy en los mercados cubanos. Al vender por su cuenta dos de esos paquetes, Yunet y su compañera de trabajo ganaban casi 200 cuc extras. Para que los clientes se llevaran sus compras, las dos mujeres dejaban a mano uno de los fardos, que casi siempre era de bolsas pequeñas sin asas, en el mejor de los casos. Encogiéndose de hombros, Yunet confiesa: "Ahora que trabajo en el departamento de ferretería, creo que extraño los perfumes".

El directorio telefónico conocido como Páginas Amarillas indica que La Habana cuenta con 380 tiendas mixtas entre las cadenas TRD Caribe, Panamericana, Caracol, y los Mercados Artesanales Industriales (MAI), únicos de la lista que cobran en pesos cubanos. Mientras que los MAI han reforzado la venta de artículos de primera necesidad, como los de higiene personal, todavía muchos artículos alimenticios, por mencionar uno solo de los focos de demanda, están concentrados en las tiendas que venden en pesos convertibles..

En 2010, el investigador Carmelo Mesa-Lago publicaba en la revista Temas que la mensualidad promedio que cobran jubilados y pensionados por distintas razones, había perdido su poder adquisitivo y quedaba en desventaja con los precios de las shopping. Diez años antes, una encuesta mostró cómo los precios prohibitivos del mercado minorista en divisas afectaron a un 78% de los ancianos, que veían insuficientes sus pensiones para cubrir gastos vitales y tenían "que suplementarse con ayuda familiar, ingresos adicionales por trabajo o remesas del exterior". Las fuentes de ingresos de los pensionados eran: 76% de la pensión, 26% de ayuda de los familiares dentro del país, 20% de su trabajo y 15% de remesas del exterior (ONE, Anuario 2008, 2009).

En un video filtrado, el actual presidente Miguel Díaz-Canel, durante una conferencia en la Escuela Superior de Cuadros del Partido y el Gobierno, aseguraba que el salario y la comida eran las mayores preocupaciones de la población cubana. Los 235 pesos que llegaban a los jubilados (cerca de nueve dólares o CUC) fijaban su destinatario en los mercados de TRD. Mesa-Lago estimaba que la canasta de alimentos racionados y subvencionados por el Gobierno "solo cubre los primeros diez días del mes y cuesta 30 pesos; la tarifa de electricidad mensual es 10-20 pesos, el transporte en autobús entre 12-20 pesos; las tarifas de teléfono y agua 8-10 pesos; la gran mayoría de la población es propietaria de su vivienda, pero una minoría paga un arriendo promedio de 33 pesos".

Casi 20 años después del artículo en Temas, las cuentas son las mismas. En los mercados libres agropecuarios o en las shopping, los jubilados deben comprar alimentos para los 20 días restantes del mes. "Medio kilo de carne, medio de pollo y medio de pescado, dos kilos de arroz, uno de frijoles, dos cebollas, una botella de aceite de soya y cuatro huevos cuestan unos 220 pesos por mes, casi igual a la pensión promedio", redondeaba Mesa-Lago.

Entre los servicios del bulevar de Camagüey, hay unos 15 establecimientos de GAESA, representados por TRD Caribe y Cimex, desde oficinas administrativas hasta unidades comerciales. En la Isla de la Juventud, por el bulevar de Nueva Gerona se distribuyen nueve shoppings. La tienda El Pinero, cerca de la orilla del río Las Casas y del barco que llevó a Fidel Castro y los moncadistas amnistiados a Cuba, no cierra a las 6 de la tarde, según lo establecido. Un grupo alborozado bebe cerveza adentro hasta más tarde. "Ahí se reúnen los agentes de la Seguridad del Estado a rendir informe. Por eso se extienden", dice un conocedor de la ciudad que nos acompaña, nacido y criado en ella.

Las cervezas que toman los supuestos agentes se guardan en Almacenes Universales (AUSA), la sociedad mercantil de GAESA fundada en 1994 que, según su directora, Eradis González, hacia 2014 contaba con 25 empresas, sucursales y agencias por el país. GAESA ha sabido planificarse. El grupo exporta, importa y almacena lo que necesitan para abastecer sus mercados.

AUSA, de GAESA, tiene una ganancia de más por servicios aduanales y transitorios, de agrupe, transportación multimodal, desagrupe y despacho de mercancías, como agente de embarque, consignación y flete de buques dentro y fuera de Cuba. La Zona Especial de Desarrollo de Mariel, el gran proyecto mercantil y gran inversión de los últimos años en el país, está manejada por AUSA.

Aunque sea una madeja de secretos, en 1997 se conocía que operaban en el país más de mil establecimientos en divisas. "El mayor peso lo presenta la Corporación CIMEX S.A, con más de 300; le siguen la cadena de tiendas TRD Caribe, con más de 250; Tiendas Caracol, con más de 180 instalaciones; Corporación Cubanacán y Cubalse con más de 150, el grupo Gaviota, la cadena Rumbos, la compañía Habaguanex, así como inmuebles habilitados especialmente para la venta en divisas", dice Hiram Marquetti.

Los militares controlaban a fines del siglo pasado una mínima parte del mercado interior (TRD Caribe y Gaviota). En enero de 2017, con los papeles de Cubalse y CIMEX en su portafolios, GAESA asume el control de Habaguanex, un grupo que opera un área proclive al turismo y los cruceros, el Centro Histórico de La Habana, y que pertenecía a la Oficina del Historiador de la Ciudad, con 33 boutiques y tiendas especializadas. De la lista original ofrecida por Marquetti en 1997, hoy solo escapan al control militar Caracol, Cubanacán y el endeble grupo Palmares.

La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), recibe los días 15 de cada mes las cifras detalladas del ingreso de las shopping, que figuran en una planilla disponible de su portal web. Quienes ansíen revisarlas, las van a encontrar en el cuerpo de un archivo cifrado.

M.G.Vivero, Y. Suárez y R.Camilo
Texto y dibujo: Diario de Cuba, 22 de octubre de 2018

jueves, 29 de noviembre de 2018

El negocio de las empresas militares en las prisiones cubanas



Temprano en la mañana, luego del minucioso recuento realizado por un guardia de prisiones y después del magro desayuno a base de un brebaje caliente y un trozo de pan con olor a viejo, los reclusos se alistan para salir trabajar.

Todo es ajetreo en la cárcel de máxima seguridad conocida como Combinado del Este en las afueras de La Habana. Un conjunto de tres edificios de cuatro pisos utilizados como penitenciaría con un pequeño hospital anexo, un campo de béisbol, pista de atletismo y varias canchas de cemento donde se juega voleibol o baloncesto.

La prisión, según un recluta que hace guardia en el perímetro, fue concebida para 3 mil reos y está considerada la mayor cárcel de Cuba. "Aunque siempre hay 400 o 500 reclusos por encima de su capacidad original. Casi todos trabajan en dependencias que tiene el propio Combinado, como panadería, cocina, enfermería, carpintería, taller de mecánica y otros chinchales que ha montado el MININT (Ministerio del Interior) para aprovechar la mano de obra barata de los presos".

Manuel, un mulato que roza los dos metros y alguna vez fue considerado una promesa del baloncesto cubano, tiene en las prisiones su segunda casa. Por delitos que van desde el carterismo hasta masturbarse en la vía pública, en nueve ocasiones ha estado detrás las rejas. "Mis sanciones siempre son de un año a dos. Pero siempre salgo a mitad de condena o cuando llevo cumplido un tercio de la misma, porque trabajo como un animal y eso me sirve de estímulo pa'salir del tanque antes de cumplir la sanción", cuenta en una llamada telefónica desde el Combinado del Este.

Manuel conoce el mapa penitenciario de Cuba como pocos. “Entre reclusorios y prisiones de máxima seguridad he pasado por quince dependencias, entre ellas Taco-Taco en Pinar del Río, Agüica en Matanzas, Canaleta en Ciego de Áviola y Boniato en Santiago de Cuba. En todas las provincias hay de ocho a nueve cárceles o granjas de trabajo para presos. En los últimos 30 años, además de trabajar en la construcción de obras sociales, dependencias militares o señalizar las calles, a los presos comunes también nos utilizan en la elaboración de muebles de calidad para la exportación y el turismo, el corte de caña, la siembra de vianda y la limpieza del marabú que luego se destina a la confección de carbón vegetal y el gobierno exporta a Estados Unidos y otros países".

Se calcula que en la Isla existen alrededor de 200 prisiones. Cuba es la sexta nación del planeta en per cápita de reclusos. Hace cinco años, el régimen verde olivo reconoció que la población penal rondaba los 57 mil reclusos, aunque la disidencia interna afirma que la cifra puede acercarse o superar los 70 mil.

Las cárceles cubanas son rigurosas. El maltrato corporal y los abusos de guardias penitenciarios resultan habituales. Los suicidios, mutilaciones y enajenaciones dentro de las prisiones forman parte de una estadística secreta que las autoridades del MININT manejan con pinzas. Compañías internacionales de prestigio, como la sueca Ikea, ha sido acusada de complicidad con el castrismo, por utilizar trabajo esclavo de los presos cubanos.

En la década de 1980, Liván estuvo cinco años preso por salida ilegal. En su peregrinaje por centros penitenciarios, laboró en un almacén de transporte del MININT en la barriada de Lawton, a 30 minutos del centro de La Habana. "El MININT es el principal beneficiado de la mano de obra barata de los presos. Sin apenas protección, en el Taller Uno trabajé en una línea de montaje de autos con carrocerías plásticas y motores alemanes VW, también en una tapicería donde se barnizaban muebles finos. Años después supe que eran de Ikea. Nunca me pagaron un centavo".

Mildrey estuvo siete años en la cárcel para mujeres conocida como Manto Negro, al oeste de la capital, acusada de prostitución y proxenetismo con menores de edad. "Allí hay una factoría donde confeccionan pitusas (jeans) y zapatos que después venden en las tiendas por divisas. Yo trabajaba en la máquina que ponía la tela o el cuero con el nombre de la marca. Nunca supe si esas marcas autorizaban al gobierno o eran fabricaciones piratas".

Miles de reclusos trabajan en la construcción y producción de alimentos. "Otros en oficios que nadie quiere hacer, limpiando calles, abriendo fosas o cortando marabú", dice Evelio, quien cumple una sanción de dos años fregando ómnibus urbanos.

Negocios militares como PROVARI (Empresa de Producciones Varias) están a la cabeza en explotación laboral y mano de obra cautiva. Tres años atrás, durante su participación en la XXXIII Feria Internacional de La Habana, PROVARI resaltaba sus planes vinculados con el carbón vegetal, aerosoles y artículos desechables. "Perteneciente al sistema empresarial del Ministerio del Interior, la entidad también promueve negocios para la producción de botas de PVC, altamente demandadas en la hotelería", publicaba Radio Cadena Agramonte el 20 de noviembre de 2015.

En esa información, Lázaro Aguilera, especialista comercial de PROVARI, declaraba que "el empresariado extranjero ha tenido especial interés en los proyectos, iniciados en 2009, de producción de carbón de marabú, cien por ciento natural y de gran calidad". Igualmente se conocía que otras de las líneas necesidadas de inversión foránea, para modernizar sus tecnologías, eran las relacionadas con los aerosoles, comercializado en la red de tiendas minoristas bien como ambientadores, limpia carburadores, aflojadores, repelentes, garrapaticidas y antipiojos.

En 2015, PROVARI tenía 17 unidades empresariales diseminadas por toda la Isla y se enfocaba principalmente en el mercado cubano. "Además de contribuir a la creación de empleo en la población penal, sus 120 renglones responden a los programas de carbón vegetal, desarme de vehículos y producciones varias, entre las que se destacan materiales para la construcción, pinturas, textiles, recipientes plásticos, colchones de espuma y mobiliario de madera y metal".

Para Saúl, ex recluso, “lo más preocupante es que se trabaja sin ropa adecuada para elaborar sustancias químicas. Los presos no tienen muchas opciones ni un representante legal donde quejarse y demandar al gobierno”. Y aclara que la mayoría de los reclusos laboran de manera voluntaria, porque “es una forma de coger un aire, comer mejor y escapar de los abusos de los guardias dentro de las prisiones cerradas”.

Manuel confiesa que “trabaja más de doce horas diarias en un taller de mecánica donde se reparan autos de oficiales del MININT y las FAR (fuerzas armadas). Nos pagan una miseria, de 200 a 300 pesos al mes (de 10 a 15 dólares) y de ese dinero nos descuentan el aseo, las colchas y sábanas que nos dan. El único estímulo es que nos dan pase un fin de semana al mes y la alimentación es mejor. Pero nos sacan las tiras del pellejo”.

Hasta después de cumplir su sanción, un preso común en Cuba tiene limitaciones para acceder a buenos trabajos y son controlados como presuntos delincuentes por el jefe de sector de la policía de la zona donde vivan.

Según un funcionario de prisiones ahora jubilado “la reincidencia en las cárceles cubanas es altísima. Más del treinta por ciento de los reclusos regresan a la prisión. Si el trabajo de reeducación es malo, la posterior reinserción en la sociedad es peor. Haberte estado preso en Cuba te marca de por vida”.

Los que más sufren las duras condiciones de las cárceles en la Isla son los negros y mestizos. De acuerdo a las estadísticas oficiales, el 88 por ciento de la población penal pertenecen a esas razas, suelen cometer los delitos más reprobables y siempre terminan regresando a la prisión. Como el mulato Manuel.

Iván García
Foto: Algunos de las 200 productos que en 2017 comercializaba PROVARI, todos confeccionados por presos comunes. Tomada de Juventud Rebelde.

lunes, 26 de noviembre de 2018

La portuguesa Delia y el brasileño Oswaldo



En 1959, ansiosa por trabajar, supe que en la Havana Business Academy, en Monte entre Romay y San Joaquin, al doblar de mi casa, por ocho pesos al mes se podía aprender mecanografía y taquigrafía en inglés y español.

Se lo dije a mi padre y estuvo de acuerdo, no sin antes advertirme: "Trata de aprender en un mes, porque ocho pesos es demasiado dinero". Por suerte, con un mes me bastó. Las clases se impartían cuatro horas cada día, de lunes a viernes.

La directora era una mulata china, elegante y culta. Pero su refinamiento no le impedía que se viera con un señor en uno de los dos cuartos que para esos menesteres alquilaba Delia, una portuguesa que vivía en el primer piso de nuestro edificio.

Si las "maestricas" se ganaban la vida dando clases en la escuelita que todos los veranos montaban en la cuadra donde vivíamos, en Romay entre Monte y Zequeira, Delia se buscaba los pesos con una discretísima casa de citas.

En uno de esos dos cuartos, años después, viviría Jorge Luis Piloto, famoso compositor radicado en Miami desde 1980. Jorge compartía el cuarto con Beba, su madre. Lo recuerdo alto y flaco como una vara de pescar, siempre acompanado de la guitarra con la que regresó después de pasar el servicio militar.

A la casa de Delia acudían personas cuya respetabilidad no les impedía "pegar tarros". Hombres y mujeres bien vestidos llegaban furtivamente y se encontraban dentro de la habitación con su pareja. Todos eran heterosexuales.

Uno de los asiduos visitantes se llamaba Reinaldo Castro y no estaba emparentado con los otros Castro. Cuando le conocí, era ya un "subversivo", pero yo no lo sabía. Despues del triunfo de la revolución nos enteramos que había sido uno de los asaltantes al cuartel Moncada y en Santiago de Cuba había perecido.

En La Habana existía una fábrica que llevaba su nombre y cuando pasaba por allí y veía su nombre en un letrero, me costaba creer que una fría placa representara al hombre jodedor que yo había conocido en casa de Delia la portuguesa.

En 1984 conocí en La Habana a Oswaldo França Jr., escritor brasileño ya fallecido, y cuando lo traté me recordó a Reinaldo Castro. Oswaldo también era muy alegre y jaranero, pero a diferencia de Reinaldo, no vestia de cuello y corbata.

Junto a Thiago de Mello, Frei Betto y otros intelectuales brasileños, Oswaldo integró el jurado del Premio Casa de las Américas de ese año en la categoría de lengua portuguesa. Se hospedaron en el hotel Habana Riviera, en Paseo y Malecón.

Un sábado por la tarde, junto con Oswaldo y tres o cuatro brasileños más, salimos a caminar por el Vedado. Subimos por todo Paseo y al llegar a Línea me recordé de los encuentros sabatinos en la residencia del Sr. Kuhn, embajador de los Países Bajos. Un tipo chévere, a quien le gustaba recorrer la ciudad en bicicleta.

Le propuse a los brasileños llegarnos hasta la mansión del embajador holandés, en la calle 2 entre 17 y 19. El portón estaba abierto. Entramos y a mis amigos les mostré a algunos de los artistas e intelectuales asistentes aquella tarde: el actor Mario Balmaseda, la teatrista Miriam Lezcano, el escritor Miguel Barnet, el poeta Pablo Armando Fernández, el ensayista Jose Prats Sariol y su esposa Maruchi, profesora de la escuela de ballet, entre otros. A quien sí les presenté fue a Don Ernesto, el padre del Che, que estaba acompañado por Ana María, su joven esposa.

Tania Quintero

Foto: Dibujo del escritor brasileño Oswaldo França Jr. (1936-1989). A los 17 años se hizo piloto, pero su carrera fue bruscamente interrumpida por el golpe militar de 1964, según se puede leer en Literatura & Historia, de donde tomé el dibujo.

jueves, 22 de noviembre de 2018

El reloj Poljot y el embargo


A Benito Novoa, un viejo y querido amigo de La Habana, su novia de siempre, una trigueña alta y preciosa que se llamaba Rita, repentinamente lo dejó.

El hombre, indignado, echando chispas por los cuatro costados, organizó esa misma tarde una protesta frente a la embajada de Estados Unidos en Cuba. Rompió allí, frente a la oficina extranjera, todas las cartas que le había enviado la mujer, tiró con odio contra una pared un reloj ruso Poljot que ella le regaló un día de los enamorados y metió un largo y encendido discurso contra el embargo norteamericano y todos los conflictos que, lo que él llamaba “bloqueo”, produce entre los cubanos.

Nunca supimos bien por qué Novoa le achacaba al embargo su ruptura con Rita, ni tuvo la gentileza de darle una explicación a nadie, pero la perreta se aceptó con discreción, mucho de burla y un calculado asombro. Los pocos habaneros que lo vieron, debieron creer que se trataba de un funcionario oficial que actuaba por cuenta propia.

Se sabe que en Cuba cualquier dirigente del Partido Comunista o del Gobierno, que tenga alguna dificultad, problemas, trabas, bretes y apuros le echa la culpa al embargo y dispara de inmediato una diatriba con la misma palabrería destejida y rota que se usa con saña para el caso.

Un ejemplo es la protesta de la compañía estatal Cubana de Aviación, responsable del accidente que el 18 de mayo de 2018 le costó la vida a 112 ciudadanos. Los de Cubana han escrito una nota a Naciones Unidas donde expresan que atraviesan serias dificultades para comprar o arrendar aeronaves con componentes técnicos de prácticamente cualquier tecnología “debido al bloqueo, financiero y comercial de Estados Unidos.”

Hasta el momento, Cuba no ha señalado al responsable de la catástrofe. Y la declaración de Cubana de Aviación, divulgada por la Cancillería de la Isla, asegura que el impacto de las medidas del embargo actúa sobre “la seguridad de sus vuelos, la estabilidad de la línea aérea y sus posibilidades de supervivencia.”

Ahí están, los gobernantes cubanos culpando de la inseguridad de sus vuelos al embargo norteamericano, como si la compañía no fuera de ellos y no fuera de ellos la seguridad, el bienestar y la vida de sus pasajeros.

Raúl Rivero
Blog de la Fundación Nacional Cubano Americana.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Cancún, un nuevo Eldorado para los cubanos



Apenas soplaba el viento y la humedad era insoportable. A las afueras de la Terminal 2 del aeropuerto internacional de Cancún, Juan Ernesto esperaba a su hermano que llegaba a bordo de un vuelo de Aeroméxico desde La Habana. Era la primera vez que Jonathan salía al extranjero. Su propósito: comprar artículos de primera necesidad para revenderlos en la Isla.

"Lo que más está saliendo en Cuba ahora mismo es el aseo. Productos de primera necesidad como los pañales desechables, jabones, pasta dental, champú y acondicionador", explica Juan Ernesto, quien pide omitir su apellido por temor a que las autoridades le confisquen la compra.

Viajar de 'mula' para abastecer el creciente mercado subterráneo en la Isla no es legal. La Aduana cubana ha emprendido una intensa campaña contra quienes llevan productos para revender. Sin embargo, los cubanos viajan cada vez más a países como México, Panamá, Rusia o Guyana.

Según estadísticas reveladas a este diario por el Ministerio de Turismo de México, en el primer semestre de 2018 el número de cubanos que aterrizó en ese país creció en un 60,5% con respecto al primer semestre del año anterior. Hasta julio de este año se contabilizaron en los aeropuertos mexicanos 69.105 llegadas, 26.050 más que en igual período de 2017.

En 2016, hubo un pico de más de 100.000 entradas de cubanos por la crisis migratoria. Con el fin de la política de pies secos/pies mojados decretado por Estados Unidos a inicios de 2017 el flujo bajó, pero se mantuvo por encima de los 83.000.

"Conseguir la visa mexicana es difícil", explica Juan Ernesto. Entre los requisitos que impone el Consulado de México en La Habana está disponer de una cuenta bancaria que demuestre solvencia económica, algún título de propiedad del interesado y y rellenar la solicitud de visa online. "La mayor parte de las veces el sitio web donde se conciertan las citas no funciona. Las visas nuestras costaron alrededor de 3.000 dólares. La corrupción está a la orden del día tanto en México como en Cuba".

A la salida del aeropuerto, varios taxistas ofrecen sus servicios. "¡La guaguita! ¡La guaguita de los 100 pesos!", grita uno en dirección al grupo de cubanos. Se ha desarrollado un entramado de negocios para atender a los numerosos viajeros que llegan de la Isla. Hoteles de bajo costo, tiendas donde se puede pagar en dólares, pesos mexicanos o pesos convertibles cubanos, agencias de envíos y hasta ofertas de trabajo se pueden encontrar en el municipio Benito Juárez, al que pertenece la ciudad de Cancún.

"Aquí hay una serie de tiendas que tienen dueños cubanos y donde trabaja muchísima gente de la Isla. Ahí puedes encontrar todo lo que se vende en Cuba: ropa, equipos electrodomésticos, medicinas, aseo", le dice Juan Ernesto a su hermano. "Ahora mismo, en Cuba el desodorante está perdido. Aquí compramos los tubos de Gillette en 3,50 y lo vendemos allá al doble. Las bolitas perfumadas para la ropa cuestan 255 pesos mexicanos (unos 14 dólares) y se pueden vender hasta en el triple", explica el joven.

Jonathan tiene 25 años y está terminando una carrera de ingeniería. Su viaje a México es solamente por un fin de semana. Quiere seguir los pasos de su hermano, quien gracias a los constantes viajes para revender productos y al trabajo por cuenta propia que realiza en la Isla tiene un nivel adquisitivo superior al del cubano promedio. "En Cuba el Gobierno no se da cuenta de las oportunidades que está perdiendo. Persigue a los cuentapropistas y está empeñado en un modelo que no funciona. Cada uno de los cubanos que viaja a Cancún trae por lo menos 1.000 dólares para gastar aquí. Ese es un dinero que se pierden los negocios de la Isla.

El joven lamenta que el salario de un ingeniero apenas supere los 30 dólares al mes mientras que un revendedor puede pagar un pasaje aéreo y salir del país. Pero no a todos los cuentapropistas les va tan bien. Algunos incluso optan por probar suerte en países como México donde el salario diario supera con creces lo que obtenían en Cuba al mes.

Annia es una joven cubana de 26 años que reside en Cozumel. Después de varios viajes a Cancún, donde compraba productos para llevarlos a Matanzas, decidió quedarse a trabajar como indocumentada. "En Cuba trabajaba como peluquera, pero con eso no podía salir adelante. Todo lo que ganaba se me iba en los altos costos de los productos y en pagar sobornos a los inspectores".

Cuando tuvo la oportunidad de visitar a unos familiares que viven en Cancún, la joven decidió quedarse. Desde entonces lleva tres meses residiendo en esta ciudad y ha trabajado como mesera, vendedora en tiendas para cubanos y vendedora ambulante. "Estoy tramitando mi residencia mexicana. Me ha costado varios miles de dólares, pero vale la pena".

Según Annia, los dueños del restaurante donde trabaja están encantados de que sea cubana porque está especializado en cocina criolla y además venden tabacos y ron. "No he sentido que me discriminen sino todo lo contrario. La gente aquí sabe que los cubanos trabajamos duro".

Annia gana unos ocho dólares al día en su oficio como mesera, y está contenta porque tiene más oportunidades de superarse que en Cuba. "Al principio siempre hay que sacrificarse. Trabajo en las noches y en las madrugadas para que la migra (policía migratoria) no me encuentre. Vivo con una amiga y entre las dos pagamos la renta (150 dólares)".

Confiesa estar muy ilusionada, porque "cuando tenga mis papeles podré trabajar en algún hotel como otros cubanos o montar mi propio negocio. Ya he podido mandar algo de dinero a mi familia y en un futuro espero poderlos traer a vivir conmigo".

Mario J. Pentón
14ymedio, 28 de septiembre de 2018.
Foto: Tomada de Novedades de Quintana Roo.