En tiempos en los que etiquetas como "orgánico", "funcional" o "superalimento" marcan tendencia en redes sociales y negocios "gourmet", es fácil olvidar que muchos pueblos han consumido desde siempre alimentos altamente nutritivos que son parte de su acervo cultural y sus tradiciones culinarias.
La cocina cubana, por ejemplo, ofrece un abanico de ingredientes que, por sus propiedades, bien pueden ubicarse en la lista de comidas saludables. El término "superalimento" no tiene una definición científica oficial. Se utiliza para describir alimentos ricos en nutrientes, especialmente aquellos con concentraciones altas de antioxidantes, vitaminas, minerales o grasas saludables.
Aunque la expresión ha sido criticada en diferentes ámbitos por su ambigüedad y por alimentar ciertas modas, también ha servido para destacar el valor de productos naturales frente a los ultraprocesados. Así, el debate entre nutricionistas y científicos permanece abierto. ¿Realmente existen los superalimentos o son solo una estrategia de marketing?
Algunos expertos advierten que ningún alimento por sí solo garantiza una buena salud, y que la clave está en la variedad y el equilibrio. Aun así, reconocer los beneficios de ciertos ingredientes, especialmente en contextos de alimentación popular, puede ser un paso hacia una nutrición más consciente e inteligente.
Aunque el acceso a alimentos en Cuba está fuertemente condicionado por factores económicos, la dieta tradicional incorpora una serie de productos que destacan por su valor nutricional. A continuación, algunos de los más relevantes.
Aguacate. Con su textura cremosa y su alto contenido de grasas saludables (omega-9), fibra y antioxidantes, el aguacate es más que un acompañante en la mesa cubana. Su versatilidad lo hace ideal para ensaladas, meriendas o como sustituto de grasas menos saludables.
Plátano. Ya sea en tostones, maduros fritos o hervido como vianda, el plátano es fuente de energía y nutrientes como potasio, fibra y vitamina C. Además, aporta carbohidratos complejos, esenciales en la dieta cotidiana.
Frijoles negros. Pilar de la alimentación cubana, los frijoles negros no solo aportan sabor, son una excelente fuente de proteína vegetal, hierro, antioxidantes y fibra, con un índice glucémico bajo, ideal para el control del azúcar en sangre.
Mango. Abundante en los meses de verano, el mango cubano es un manjar natural que ofrece vitamina A, C y enzimas digestivas. Se consume fresco, en jugos, mermeladas o dulces caseros.
Pescado. Cuando está disponible, el pescado es una opción saludable. Las variedades de pescado azul como el jurel o el bonito aportan ácidos grasos omega-3, proteínas magras y vitaminas como la D y B12. Pero definitivamente el pargo es de los preferidos de los cubanos, muy popular frito entero, al horno con mojo criollo o a la plancha, es rico en proteínas magras, ideal para el desarrollo y mantenimiento muscular; también fuente de omega-3, que beneficia la salud cardiovascular y cerebral; bajo en grasa, perfecto para dietas hipocalóricas o saludables; contiene selenio, un antioxidante que protege las células, y B12 que ayuda en la formación de glóbulos rojos y al buen funcionamiento del sistema nervioso, y además es fácil de digerir, por lo que es recomendado para personas con digestión sensible.
Malanga. Este tubérculo, fácil de digerir y rico en fibra y antioxidantes, es fundamental en la dieta cubana, especialmente en purés para niños o personas con problemas digestivos.
Boniato. Es rico en antioxidantes, betacarotenos precursores de la vitamina A esenciales para la salud visual, inmunológica y celular; fuente de fibra que ayuda a la digestión, mejora el tránsito intestinal y contribuye a mantener estables los niveles de azúcar en sangre gracias a su índice glucémico moderado, lo que lo hace una buena opción para personas con diabetes si se consume con moderación. Además, contiene vitamina B6, potasio, magnesio y hierro, nutrientes fundamentales para la energía, el sistema nervioso y la salud muscular. Para completar, resulta un alimento con gran versatilidad culinaria.
Yuca. Conocida en otros países como mandioca o cassava, la yuca no suele figurar entre los superalimentos más populares, pero sí tiene varias propiedades que justifican su inclusión en esta categoría. Es fuente rica en carbohidratos complejos que la convierte en una excelente fuente de energía de liberación lenta, ideal para personas con alta demanda calórica o como base energética en dietas balanceadas. Libre de gluten, es segura para personas con enfermedad celíaca o sensibilidad a esta proteína, y sus almidones resistentes (si se cocina y enfría) benefician la microbiota intestinal, mejoran la digestión y ayudan a controlar la glucosa. Con muy buena digestibilidad al ser cocida correctamente, la yuca se usa con frecuencia en dietas terapéuticas o para personas con problemas digestivos. Contiene minerales importantes como potasio, magnesio, calcio, y algo de vitamina C, que apoyan la salud muscular, ósea e inmunológica.
Coco. Presente en dulces tradicionales y platos salados, el coco y sus derivados (leche, aceite, pulpa) contienen grasas buenas y propiedades antimicrobianas. Un sabor tropical con beneficios reales.
Miel. Utilizada tanto en postres como en remedios caseros, la miel cubana es valorada por sus propiedades antibacterianas, antioxidantes y energéticas. Es un edulcorante natural que trasciende lo culinario.
Más allá de las tendencias globales, los llamados superalimentos empleados en la cocina cubana son prueba de que una alimentación nutritiva no siempre depende de productos importados o costosos. La clave está en valorar lo que se tiene a mano y producirlo, en rescatar saberes tradicionales y en fomentar el conocimiento sobre el poder de los ingredientes locales.
Magela Tosar Riambau
Texto y dibujo: Diario de Cuba, 2 de mayo de 2025.
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