miércoles, 29 de abril de 2015

Algunos desastres de Fidel Castro



En 1967, año que representaba la cúspide de las iniciativas sin resultados, surgió el llamado Cordón de La Habana, hermanado con otras desgracias adjuntas para la economía cubana, como la malograda zafra de 1970, la destructiva Brigada Invasora de Maquinarias Che Guevara y la Ofensiva Revolucionaria.

La provincia de La Habana -que tantas veces ha cambiado su nombre y estructura- en esos momentos tenía una extensión territorial de 6,106 kilómetros y una superficie total agropecuaria y silvícola de 4,928. En un discurso de la época -de aquellos grandilocuentes- Fidel Castro planteó que a fines de 1969, estaría sembrado el 95% del total.

Para lograr esta meta, diariamente se movilizaban unos 25 mil trabajadores, por lo que era usual que centros de trabajo y estudios de la capital amanecieran cerrados, con un cartelito que decía: “Estamos para el Cordón”.

Es difícil cuantificar el costo en transporte, en producciones y servicios dejados de brindar y, sobre todo, en maquinaria empleada, pero solamente en salarios significó más de 105 millones de pesos.

¿A quién le importaba, si era una “brillante” idea del Comandante en Jefe?

El café caturra era la joya de todo este intríngulis del Cordón de La Habana. Baste decir que se sembraron ocho veces las matas que se plantan en México en un año. Entonces, la producción cafetalera era 19,7 mil toneladas, en 2013 fue de solo 6,2 mil toneladas. Antes de 1959, Cuba no importaba café, ahora se importan 10 mil toneladas.

Estos datos son suficientes para que tres generaciones sepan por qué no se toma café puro en Cuba, sino mezclado con chícharos.

El gran fracaso del Cordón de La Habana tuvo otras consecuencias. En frutales se habían garantizado 5 millones de posturas de mango, guanábana, anón, marañón, limón criollo, tamarindo, mamey y otras frutas. Actualmente, muchos niños y adolescentes desconocen algunas de estas frutas.

El "Jefe de Todo" hizo otro aporte “importante”: construir terrazas dedicadas a la siembra en 59 lomas de la capital, como si no existieran suficientes y amplias llanuras habaneras. Y mandó a construir más de 80 pequeñas y medianas presas, y una grande, en Palo Seco, que se convertiría en un monumento a la ineficiencia.

Como también se consideraba "padre de la ganadería", orientó sembrar 14 millones de posturas del olvidado gandul, la moringa de aquellos tiempos. Se hicieron numerosas construcciones que no son funcionales en estos momentos y 531 kilómetros de cortinas rompevientos.

Cuando la gente se pregunta ¿cómo se ha destruido la economía cubana?, es necesario recordar algunos de estos desastres, que fueron la base de las “ideas” (destructivas) del régimen. Se sabe cuándo comenzaron, no la fecha exacta en que terminaron. Pero en 1971 ya no existían.

Una día habrá que escribir esa parte de la historia, para poderla mostrar a quienes desconocen por qué se ha llegado al estado de destrucción que tiene el país. Y como a ello contribuyó la tozudez de un solo hombre.

Arnaldo Ramos Lauzurique
Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.
Foto: 1969. Fidel Castro anuncia en la Plaza de la Revolución el inicio de la zafra de los 10 millones de toneladas de azúcar, que resultó un rotundo fracaso. Tomada de El Confidencial.

1 comentario:

  1. Un dia de 1968, creo que fue por ahi, nos despertamos con un inmenso estallido de explosivos. Yo estaba en una escuela trabajando para alumnos menos aventajados en Caimito del Guayabal en una casa de la finca que según decían había sido de Fulgencio Batista, exactamente en la carretera del cementerio contiguo a una de las bases militares de tanque de guerra de protección a la capital. Cuando nos levantamos a medio vestir, pude observar unos proyectiles volando muy cerca de la casa y aterrizaban en un improvisado campo de pelota a unos 100 metros de nosotros. Para asombro nuestro, eran palmas reales y matas de mango de la finca de enfrente./ Habia llegado la brigada invasora Ernesto Che Guevara. Cuando el polvo se despejo, era el resultado verdadero de un campo de batalla, no había nada en pie. Solo pudimos ver los enormes tanques de guerra sin canon arrastrando unas enormes y gruesas cadenas que atadas entre dos de estos equipos dejaba el campo raso. En el camino que conducía a Vereda Nueva habían destruido un campo de papa florecido y uno de hortaliza y todo a nuestro alrededor, hasta donde daba la vista era campo arrasado. Dias después, llegaron unos flamantes camiones Berlie a recoger aquel desastre de maderas retorcidas para preparar la siembra en los "nuevos campos" disponibles para la agricultura, cosa que nunca ocurrio a excepción del frondoso marabu que espontáneamente broto.
    Sobre el cafe caturra, nos llevaron a sembrarlo al Escambray donde habia que pasarse un dia completo para llegar caminando donde las mula no pasaban y allí nos esperaba un contingente enorme de guajiros que no se como habían transportado las posturas de las cuales JAMAS se recogió un solo grano. Después en La Habana, llenamos a la universidad, parques, el pre de La Habana en la Habana Vieja hasta cubrir el mas mínimo espacio disponible del cual no creció ni una sola planta. Millones y millones de pesos y recursos fisicos y humanos se perdieron por el mismo concepto. Recordar aquello da tristeza y rabia.

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