lunes, 25 de noviembre de 2024

Cuba, lo que queda del "hombre nuevo"

 

Después de seis horas de cavar fosas comunes, colocar flores en jarrones de barro y limpiar con una frazada deshilachada los magníficos panteones emplazados en la Necrópolis de Colón, Arsenio, 58 años, se sienta a un costado de la Capilla del cementerio y se empina un trago de ron casero de un pomo plástico que guarda en el bolsillo trasero de su sucio overol.

Hace cuatro décadas, Arsenio combatió en la selva angolana contra las guerrillas de Jonas Savimbi. Le gusta trabajar en el cementerio por “el silencio que hay. Es el único lugar de La Habana donde no se escuchan escándalos ni reguetón a todo volumen. Y puedo ganar un dinerito por la izquierda, de personas que te pagan por mantener limpias los tumbas de sus familiares. Cuido el panteón donde está enterrada la cantante Farah María. Un dinero que gano sin tener que caer en el vandalismo o robar osamentas de difuntos para vendérselas a algún palero”, cuenta a Diario Las Américas.

Arsenio, quien al regresar de Angola estuvo preso un par de veces por sacrificio ilegal de ganado, asegura que perdió la casa y su matrimonio por la adicción al alcohol. Come poco y mal y bebe mucho. Vive como un gitano. “Por las noches, en combinación con los sepultureros, entran individuos a robarse las lápidas de mármol, ropas, zapatos y otros artículos de los difuntos. Es un negociazo. El personal que trabaja en el cementerio no tiene escrúpulos. Yo tengo tanta necesidad como ellos, pero respeto a los muertos”.

La Necrópolis de Colón, ubicada en Zapata y Calle 12, en la barriada habanera de El Vedado, es uno de los 21 cementerios de la ciudad y está declarado Monumento Nacional. Con sus 57 hectáreas, es el camposanto más importante del país. Posee un gran número de obras escultóricas y arquitectónicas, razón por la cual muchos especialistas lo consideran como el segundo de importancia mundial, precedido por el de Staglieno, en Génova, Italia.

Inaugurada el 2 de julio de 1886, es una de las necrópolis más valiosas de América, aunque a partir de 1959 comenzó a ser vandalizada reiteradamente. En la puerta de entrada del cementerio hay un monumento de mármol de Carrara de 34 metros de largo y 21 de alto donde están representadas las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad. Al traspasar la gigantesca portada de estilo bizantino, dos amplias avenidas, llamadas de norte a sur Cristóbal Colón y Obispo de Espada y de este a oeste Fray Jacinto, sirven de marcador principal para la división del cementerio en cuatro áreas. Su estructura es rectangular en forma de campamento romano y está compuesto por un laberinto de calles, manzanas y lotes.

Cuenta con numerosos panteones que son una recreación a pequeña escala de las mansiones coloniales de sus dueños originales en otras épocas. Los arcos, las cúpulas, y los característicos vitrales de su magnificente arquitectura decoran las construcciones funerarias artísticamente.

Según Arsenio, “la mayoría de los trabajadores del cementerio lo han desvalijado. Se han robado tumbas, farolas, tarjas de bronce. Algunos de esos ladrones son del sindicato o el partido. Pero cuando se trata de dinero no creen ni en su madre. Lo que yo he visto hacer aquí es digno de una película de terror. Ya no hay valores, ni en los colectivos laborales ni en muchas familias. Estando preso, mi madre y mi hermano vendieron la casa sin contar conmigo. Duermo en el cementerio o en un parque cercano. Este gobierno ha engendrado una lacra de sinvergüenzas que se pisotean unos a otros sin escrúpulos. No respetamos ni a nuestros muertos. Cuba está maldecida”.

La pérdida de valores en la sociedad cubana es alarmante. Con el ascenso al poder de Fidel Castro en enero de 1959, comenzó el declive de los buenos modales, el respeto al prójimo y la decencia. En nombre de una ideología se dividió a la familia y a los amigos. Era más importante la lealtad al castrismo que los nexos familiares y la amistad. Los creyentes fueron expulsados de las universidades. Homosexuales, testigos de Jehová y amantes del rock fueron demonizados por Fidel Castro porque en su opinión eran nocivos para la sociedad.

Los adversarios al régimen tenía dos caminos: el exilio o la cárcel. Castro no respetó la propiedad privada ni el patrimonio familiar. Decomisó empresas y bienes a ciudadanos cubanos o extranjeros que generaban riquezas. Confiscó la prensa libre y prohibió el pensamiento liberal.

El castrismo transformó a Cuba en un gigantesco campo de concentración a cielo abierto. Al desaparecer la sociedad civil y los mecanismos democráticos, 'Papá Estado' premiaba o castigaba a la gente de acuerdo a su escala de valores. El régimen decidía el día que los niños debían comprar juguetes y era el encargado de repartir entre los trabajadores, radios, cafeteras, ventiladores y televisores si eran fieles al proceso revolucionario.

Para Carlos, sociólogo, la "Fidel y la revolución estaban por encima de la familia, los afectos y las creencias. Las personas se debían al Estado. Se erradicaron las buenas costumbres porque eran valores pequeñoburgueses. No era bien visto decir señor y señora. El termino correcto, dictado por el marxismo, era llamarlo compañero y compañera. El adoctrinamiento fue feroz desde el circulo infantil hasta la universidad. Castro transformó a los cubanos en una especie de bonsáis. Se les extirpó la capacidad de disentir públicamente y reclamar derechos considerados universales".

"Para entender la obediencia y el miedo todavía existente en la población, hay que conocer los mecanismos de coacción a los que ha sido sometido el pueblo cubano durante 65 años. El experimento social de Fidel Castro y Ernesto Guevara de diseñar un hombre nuevo, alejado de las costumbres occidentales y que fuera una máquina de matar para enfrentar al imperialismo yanqui, fracasó porque el ser humano no puede ser programado por ingeniería política. Lo que ha quedado de ese ensayo es un tipo simulador, inescrupuloso y mal educado”, concluye el sociólogo.

Para escapar del manicomio socialista beben alcohol a pulso o se enganchan a las drogas. Robar cualquier cosa es una forma de cobrar el peaje al adoctrinamiento que han sido sometidos por el Estado. En los barrios son bien las jóvenes que se prostituyen y luego se casan con un extranjero que puede ser su abuelo. Incluso las consideran heroínas, porque les pueden comprar una casa a sus padres y cuando viajan a la Isla, a su familia pueden pagarle una estancia en hoteles todo incluido.

“Mi sobrina no quiere estudiar en la universidad. Su meta es largarse del país. Mientras, prefiere trabajar en un bar de mesera, vendiendo plátanos en un agromercado o jinetear con un 'yuma' (extranjero). Cualquiera de esas tres opciones le permite ganar más dinero que como profesional. Es una muestra de la depauperación social que estamos viviendo”, confiesa Mirta, profesora de secundaria.

Cuba hace agua por todas partes. No se vislumbra la puerta de salida a la profunda y larga crisis económica que vive el país. Los servicios básicos no funcionan. Y las infraestructuras han colapsado. Si algún día la democracia aterriza en la otrora Llave del Caribe, revertir el desastre económico es posible. Lo preocupante es recuperar los valores cívicos en una sociedad que ya ni siquiera respeta la paz de los sepulcros.

Iván García
Foto: Muchas tumbas han sido profanadas y vandalizadas en el Cementerio de Colón de La Habana. Tomada del blog de Alberto Arego.

lunes, 18 de noviembre de 2024

La novela que nunca escribiré

 

I

El adiós fue un riesgo calculado.

Las normas de seguridad indicaban que ese invitado debía llegar y partir bajo el manto de la más estricta austeridad.

Nada de recibimientos y despedidas protocolares.

Para los reyes, quitrines, así reza un viejo lema de la Dirección General de Inteligencia.

Para ese visitante, entonces, bastaba con dos autos Lada y la llave de la Casa de los Cosmonautas en Varadero. Después de todo, a eso había ido a Cuba, a vacacionar en una de las playas más lindas del mundo.

La partida, en buena lid, tendría que haber sido tan austera como la llegada; pero no fue así.

El visitante entró en el aeropuerto José Martí y las puertas se convirtieron en paredes y las paredes en puertas. Fue llevado por un laberinto de pisos pulidos hasta que llegó a una sala amueblada con lujo y habitada por un sólo hombre.

Raúl Castro sonreía con su uniforme de gala, la gorra de plato bajo el brazo y una medalla en el pecho: Héroe de la Unión Soviética.

Los dos hombres se abrazaron con fuerza. No había tiempo para mucho más. El avión ya estaba listo. Las luces parpadeaban y el visitante partió con un murmullo de suerte a sus espaldas.

Antes de que llegara a la puerta de salida, sin embargo, Raúl Castro lanzó la gorra de plato sobre un butacón y se abalanzó sobre su invitado.

Frente a frente los dos una vez más, las manos apretando los hombros, los brazos acortando la distancia, las caras cada vez más cerca y el beso eslavo sobre los labios asombrados del ruso.

Después Raúl Castro hizo una pregunta y la respuesta que escuchó le hizo soltar una carcajada con olor a coñac barato.

Unas horas después todavía se estaba riendo.

II

Aquí podemos detener la ficción y pasar a los hechos.

Ya hoy se sabe que en la extinta Unión Soviética también existió un “Lobby cubano”. Así lo llama en su libro “La Alianza Soviético-Cubana: 1959-1991” (Transactions Publishers, 1994), el señor Yuri Pavlov, traductor al español de Nikita Jrushchov antiguo embajador de la URSS en Costa Rica y jefe, desde el año 1987, del Departamento del Ministerio de Relaciones Exteriores de la URSS encargado de las relaciones con Latinoamérica.

En la página 177 de su libro el señor Pavlov escribe: “El influyente “Lobby cubano” en la Unión Soviética no se limitó a los antiguos embajadores soviéticos en La Habana que terminaron ocupando altas posiciones dentro del Comité Central del PCUS y dentro del gobierno, como es el caso de Vitaly Vorotnikov, miembro del Buró Político del PCUS; Konstatin Katushev, ministro de Comercio Exterior; y Alexander Kapto, jefe del departamento ideológico del PCUS. El Lobby cubano también incluyó innumerables funcionarios del gobierno y del partido, periodistas, generales y oficiales del ejército, directores de fábricas y expertos que en un momento u otro pasaron meses e incluso años en Cuba”… La mayoría conservadora del Buró Político y los secretarios del Comité Central, Oleg Baklanov, Vladimir Kryuchkov, Yegor Ligachev, Ivan Polozkov, Nikolai Ryzhkov, Oleg Shenin, y otros, compartían la preocupaciones de Castro (Fidel) sobre el curso radical que estaba tomando la perestroika”.

El fin de la posición privilegiada de Cuba dentro de la élite política de la Unión Soviética es analizado con más profundidad por el académico Mervyn J. Bain en su libro “Las relaciones Soviético-Cubanas 1985-1991” (Lexington Books, 2007). Como las fechas indican, se trata de un estudio que abarca el período de tiempo que medió entre el inicio de la Perestroika (1985) y el golpe de estado de agosto de 1991. En la página 65 de ese libro leemos: “El significado del golpe de agosto para Cuba estuvo en el hecho de que la junta consistió de sus más cercanos amigos en Moscú. Oleg Baklanov (secretario del comité central del PCUS que había estado en Cuba en 1990), Vladimir Kryuchkov (jefe de la KGB que había hecho una visita no oficial a Cuba en 1991), Konstatin Katushev (antiguo embajador en Cuba y en 1991 Ministro de Comercio Exterior de la URSS), el General Mijail Moiseyev (Vice Ministro de Defensa de la URSS) y el Mariscal Dimitri Yazov (Ministro de defensa de la URSS) —Moiseyev y Yazov tenían lazos con Cuba desde la época de la Crisis de los Misiles— todos estuvieron implicados en el golpe”.

De la “Banda de los Ocho”, que es como hoy se conoce al transitorio “Comité estatal para el estado de emergencia” que decretaron los golpistas (en agosto de 1991), más de la mitad habían expresado abiertamente sus apoyos al castrismo y sus renuencias a eso que ellos llamaban “abandonar a Cuba”. Algunos de ellos estuvieron de visita en La Habana los meses previos al golpe, siendo la más sorpresiva y extraña de esas visitas la que hizo el jefe de KGB, Vladimir Kryushkov, en mayo de 1991.

Una vez desarticulado el golpe, desmantelada la Unión Soviética y abiertos los archivos de la KGB se supieron muchas cosas sobre los orígenes y las relaciones del famoso “Lobby cubano” en Moscú. Una de las más interesantes —y que ha dado lugar a una revisión casi total de ese tema— es el hallazgo de un telegrama (cable codificado) del 18 de julio de 1962 enviado por Vladimir Kryuchkov al jefe de la Inteligencia cubana en aquel momento, el comandante Ramiro Valdés. En esa comunicación Kryuchkov “sugirió” a los cubanos que le echaran una mirada a un ciudadano estadounidense que acababa de regresar desde la URSS hacia su país y que, a pesar de ser “inestable”, podía ser de interés para los cubanos. El nombre de ese ciudadano era Lee Harvey Oswald, el futuro asesino de John F. Kennedy. Los cubanos, ya hoy está comprobado, le echaron una mirada y le dieron el “tratamiento” adecuado a esa recomendación de la inteligencia soviética.

Otro de los hallazgos interesantes fue la existencia de una directiva secreta, ordenada por Mijail Gorbachov en 1990 y titulada: “Medidas de emergencia para organizar la actividad económica comercial y extranjera del Partido”. Un decreto cuyos objetivos describe muy bien el desertor de la KGB Serguei Tretiakov en el libro de Pete Earley titulado “Camarada J” (G. P. Putnam’s Sons, 2007) . En la página 287 de ese libro Tetriakov dice: “Cuando se hizo evidente que el viejo sistema soviético estaba por terminar, los líderes del Partido Comunista empezaron a preguntarse qué pasaría con la vasta riqueza del Partido. Para protegerla decidieron transferir millardos de dólares fuera del país, pero debido al carácter restrictivo del sistema financiero soviético que ellos habían ayudado a crear, no tenían una forma fácil de transferir dinero desde el Banco Central de Moscú al extranjero. En busca de ayuda fueron a ver al entonces jefe de la KGB Vladimir Kryuchkov, quien firmó un decreto secreto que autorizaba a la KGB a crear negocios privados en Moscú con el “propósito de proteger la seguridad del estado” aunque la propiedad privada fuera todavía ilegal en aquellos tiempos. El dinero de los cofres del Partido fue movido hacia compañías tapaderas y secretado a través de éstas hacia el exterior de la Unión Soviética. Ese pillaje sistemático de los fondos del Partido Comunista fue documentado en un memorándum de la KGB titulado “Medidas de emergencia para organizar la actividad económica comercial y extranjera del Partido”. Lo escribió el director administrativo del Partido Comunista, Nikolai Kruchinin, para explicar por qué los líderes del Partido habían tomado un paso tan drástico. De acuerdo con el memorándum, el dinero se pondría a salvo hasta que pudiera ser utilizado para financiar el retorno del comunismo en Rusia. Ese documento estaba supuesto a permanecer secreto pero fue encontrado y desclasificado después del fallido golpe que Kryuchkov intentó contra Gorbachov en agosto de 1991”.

Todo ese entramado de corrupción financiera y lavado de dinero utilizando los fondos del Partido y del gobierno de la extinta Unión Soviética fue analizado en el año 1999 en una audiencia del Comité de Servicios bancarios y financieros, de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. En ese informe, titulado “Lavado de dinero en Rusia” se detalla y comprueba una buena parte de los hallazgos y declaraciones aquí mencionados; así como sus implicaciones para el sistema financiero internacional y, en particular, para una serie de bancos suizos que sirvieron de tapaderas o de intermediarios en esos esquemas de corrupción. Es importante señalar que, ¿casualmente?, el gobierno de los Castro también ha tenido problemas por la utilización fraudulenta de algunos bancos suizos.

Hay otro detalle interesante —aunque sin confirmación, claro está— en la página 179 del libro “Comrade J”, y dice así: “Dentro del SVR (Servicio de Inteligencia de Rusia), ese término —Contacto No Oficial Especial— sólo se utilizaba para identificar a una fuente de inteligencia de alto nivel que tenía un status político y/o social elevado y cuya identidad era necesario proteger con mucho cuidado… Por ejemplo, el hermano de Fidel Castro Raúl Modesto Castro Ruz había sido reclutado por la KGB durante la era Jrushchov como un Contacto No Oficial Especial y trabajó en secreto para los rusos continuamente durante la administración Yeltsin, dijo Serguei (Tretiakov)… Raúl fue utilizado por el Centro para acceder e influenciar al presidente cubano durante los períodos en los que Fidel Castro se tornó hostil hacia los líderes soviéticos. La KGB/SVR siempre tomó precauciones especiales para mantener su papel como Contacto No Oficial Especial escondido de Castro y del pueblo cubano”.

Hasta aquí unos hechos que sobran para hilvanar una novela. Una historia con millardos robados, bancos en Suiza, desertores cansados de tanta corrupción, letonas hermosas y policías honestos rastreando monedas escondidas alrededor del mundo. Podría haber, también, jefes de la KGB que llegan a La Habana en visitas “no oficiales” y son despedidos con besos en la boca. Y no debe faltar, creo, un venezolano cansado de tanta vaina, y de tantas toneladas de petróleo, mucho petróleo, malgastadas… pero el tema me aburre.

III

Raúl Castro recibió, a inicios de 1991, la noticia de que Vladimir Kryuchkov quería pasar unas vacaciones en Cuba.

Una solicitud habitual. Muchos generales y dirigentes soviéticos la habían hecho antes. Unos cuantos, incluso, habían llegado a la heroicidad de morir entre las exigentes piernas de alguna mulata cubana.

Para sorpresa de los edecanes de Raúl Castro en la lista de ruegos y favores solicitados por los asistentes del general soviético había un objeto anacrónico: Coñac Tres Toneles.

Se desataron los recuerdos y hubo una certeza: la visita era importante, habría contacto.

Bucarest, 1953, Comité Preparatorio del IV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. La plata sólo le alcanzó a Raúl Castro para llevar unas pocas botellas de coñac barato.

Las dos últimas botellas las bajaron un cubanito lampiño y dos rusos que en medio de la borrachera confesaron con orgullo sus nombres y apellidos verdaderos: Alexander Shelepin y Vladimir Kryuchkov, el grande y el genio.

Viva la amistad de los pueblos y el Coñac Tres Toneles.

Las vueltas que da la vida, señores. ¿A quién se le podía ocurrir que en aquella borrachera estaban dos futuros jefes de la KGB y un Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas?

Treinta y ocho años después de aquel coñac sólo quedaban diez botellas en los almacenes refrigerados del antiguo Ministerio de bienes malversados. Las mandó a buscar.

Kryuchkov fue recibido con la austeridad conveniente. Lo alojaron en Varadero y tuvo unas vacaciones muy gringas. Casi todos los días caminó por la arena a la hora más conveniente para los satélites americanos. Se dejó ver mucho antes de esconderse por un corto período de tiempo, unas horitas cuando más.

Hubo contacto ejecutivo y conversación directa al grano. Dentro de un tiempo prudencial habrá un golpe de estado contra Gorbachov. Ese golpe de estado está supuesto a fracasar, y fracasará. El Partido vuelve a la clandestinidad. Los fondos necesarios para financiar el regreso de Rusia al comunismo son cuantiosos y ya están a buen recaudo. Necesitamos la ayuda de la Isla de la Libertad para el manejo y protección de esos fondos. Sabemos que el talón de Aquiles de la economía cubana es el petróleo. Para resolver ese problema estamos dispuestos a colaborar con ustedes en algo en lo que probablemente ya ustedes estén trabajando por su cuenta. Esta colección de microfilmes contiene el archivo completo de la KGB para Venezuela. Cuando ustedes lean toda la información contenida en ese archivo se darán cuenta de que han tomado posesión de una agentura que nosotros hemos estado desarrollando desde los años treinta, y que se extiende a todos los niveles de la vida venezolana, desde delincuentes hasta generales, desde banqueros hasta líderes sindicales, desde prostitutas hasta santos varones de la Iglesia. Es nuestra opinión que toda esa agentura nuestra, combinada con la que ya ustedes deben tener dentro de ese país, y con las cercanías culturales entre las dos naciones, alcanzarán para que ustedes logren influir a sus antojos dentro de la vida política venezolana y, más importante aún, dentro de la economía de ese país. Todo eso les permitirá lograr una acceso irrestricto a una fuente cercana y barata de petróleo. Para decirlo con palabras claras, compañeros: con la información que les estamos suministrando ustedes serán capaces, si así lo deciden, de poner un mono a gobernar en Venezuela.

Después tomaron Tres Toneles y recordaron los viejos y buenos tiempos.

La despedida debió haber sido tan austera como la llegada; pero Raúl Castro no pudo evitar el deseo de un último beso y abrazo. Así hizo.

Antes de dejar partir a su invitado le preguntó:

– ¿Un mono?

Kryuchkov sonrió antes de responder:

– Y dos también.

César Reynel Aguilera
Aguilera, el blog de César Reynel, 13 de abril de 2013.

Foto: Tomada de internet.

lunes, 11 de noviembre de 2024

Libros convertidos en pulpa de papel

 

Varios lectores me han expresado asombro e incredulidad a propósito de mi artículo “Panait Istrati, entre los autores vetados por el castrismo”, donde referí cómo, a fines de 1970, centenares de ejemplares de las novelas Mijail y Kira Kiralina, del escritor rumano, luego de ser publicados por Ediciones Huracán, fueron recogidos de las librerías y convertidos en pulpa de papel.

Aquella barbarie antiliteraria era una práctica común en la Cuba de las décadas de 1960 y 1970, cuando fueron recogidas y destruidas tiradas enteras de libros que luego de publicados, los comisarios culturales consideraron que eran ideológicamente nocivos.

La lista sería larga: Condenados de Condado, de Norberto Fuentes; Lenguaje de mudos, de Delfín Prats; Pasos sobre la hierba, de Eduardo Heras León, y hasta el mismísimo Paradiso, de José Lezama Lima, por aquel capítulo VIII que revolvía la moralina homofóbica de los comisarios comunistas.

Fue particular el ensañamiento de los comisarios en el caso de Fuera del juego, de Heberto Padilla y Los Siete contra Tebas, de Antón Arrufat, contra los que no bastó el prólogo-coletilla incriminatorio firmado por el Comité Director de la UNEAC que aseguraba: “esa poesía y ese teatro sirven a nuestros enemigos, y sus autores son los artistas que necesitan para alimentar su caballo de Troya”.

Allá por 1988, cuando trabajaba en la Empresa Provincial de Demoliciones, en una nave-almacén en desuso que estaba en la Vía Blanca, en el límite entre El Cerro y Santos Suárez, entre los escombros encontré varios números de la revista literaria mexicana El corno emplumado y decenas de ejemplares de Fuera del juego, y de Los Siete contra Tebas, con aquel infame y ridículo prólogo-coletilla. Todos estaban rasgados al medio y a algunos les faltaban páginas. Parece que a los mata-libros se les olvidó recogerlos en aquel almacén y allí permanecieron durante 20 años.

Conseguí llevarme algunos ejemplares que distribuí entre varios amigos. La que más los agradeció fue mi buena amiga la poetisa Elena Montes de Oca, ya por entonces disidente y hoy en el exilio. Desgraciadamente, el ejemplar que dejé para mí lo presté y nunca me lo devolvieron. Ojalá todavía exista.

Recuerdo que hace unos años pastores de iglesias evangélicas independientes denunciaban la quema de Biblias y otros libros religiosos decomisados por las autoridades.

También hace varios años, una periodista del Noticiero Nacional de Televisión (NTV), en un reportaje, confesó su espanto al descubrir centenares de libros amontonados en un almacén de materia prima reciclable, en espera de su turno para ser convertidos en pulpa. Y no era para menos la consternación de la periodista: además de decenas de ejemplares del Directorio Telefónico de La Habana, había libros escolares de varias asignaturas, de economía, poemarios y novelas, entre ellas, Crimen y castigo, de Fiódor Dostoyevski.

En el reportaje del NTV, un funcionario de poca monta, en jerga burocrática, explicaba que dichos libros “ya habían cumplido su ciclo de vida útil”, por lo que serían hechos pulpa para hacer nuevos libros.

A juzgar por la actual política editorial y la pobre oferta existente en la mayoría de las librerías, compuesta casi toda por adoctrinamiento y politiquería castrista, puede uno imaginar qué tipo de libros harán con esa pulpa. Y esos libros, a su vez, después que duerman unos años, amontonados entre el polvo de los anaqueles en las librerías, sin que alguien les eche siquiera una ojeada, los volverán a recoger y a convertir en pulpa, y así ad infinitum.

Luis Cino
Texto y foto: CubaNet, 6 de septiembre de 2024.

lunes, 4 de noviembre de 2024

Cuba es un calvario

 

El cuerpo de guardia del hospital Clínico Quirúrgico Joaquín Albarrán, ubicado en la Avenida 26, al suroeste de La Habana, es un retrato fijo de las penurias que sufren los cubanos. Hace tiempo que no funciona el aire acondicionado y han sustituido las ventanas de cristal por un chapucero enrejado de cabillas. El piso, muy sucio, y la mayoría de los bombillos están fundidos.

Las personas aguardan por su turno médico sentados en incómodos bancos de cemento. Todos tienen cara de hastío. Llevan varias horas esperando para ser atendidos entre el calor, una nube de moscas y un olor fétido que inunda el salón.

Casi todos son pacientes de la tercera edad con padecimientos crónicos que necesitan tratamientos específicos de un especialista. María de Carmen, 71 años, padece de gastritis. “No puedo seguir el tratamiento médico porque hace tres años que no entran los medicamentos a la farmacia. Recibo una pensión de 2,000 pesos (unos 7 dólares) que malamente me alcanza para pagar la luz, comprar el pan y algunas frutas".

La anciana debería tener una dieta de leche, carnes blancas y malanga, "pero el Estado me la quitó. Y una libra de pescado en la calle cuesta más de mil pesos y la libra de pollo que me toca por la carnicería hace cuatro meses que no viene. Por culpa de la guerra que tiene el gobierno con los cuentapropistas ha desaparecido el pollo en los bodegones particulares de las Mipymes. Cuando aparece, te lo quieren vender por cajas. Y una caja de pollo cuesta once o doce mil pesos”.

“El médico me dijo que debo tener una alimentación balanceada y saludable, que sería el mejor tratamiento para mi enfermedad. Pero no tengo a nadie en el extranjero que me envíe dólares ni comida. Estoy pasando hambre. En cuatro años he bajado más de treinta libras. El panecito que me toca por la libreta se lo doy a mi nieto. Estamos viviendo una verdadera pesadilla”, se queja María de Carmen.

Gladys, ama de casa, estuvo más de cuatro horas esperando para poder ingresar a su esposo. "Hay camas, pero todas están rotas o no tienen colchones. Además del colchón, de la casa tuvimos que traer piyamas, toallas, sábanas y un ventilador. Antes de ingresarlo, mi nuera y yo le dimos tremenda limpieza al baño. Era una asquerosidad, con la mierda saliéndose por fuera de la taza. El almuerzo y la comida tenemos que traerlo de la casa. Lo que dan en el hospital es un bodrio que no se lo comen ni lo puercos. Y para colmo tengo que darles ‘regalitos’ a los médicos y enfermeras que lo atienden. De lo contrario se me muere”, dice molesta.

Alberto, 66 años, padece de colitis, y asegura que “Cuba está en bancarrota por culpa de un gobierno inepto. No le demos más vuelta al tema. Si no nos quitamos ese lastre de encima, esta gente (el régimen) nos va a enterrar en vida. Ni durante el Período Especial se pasó tanto trabajo. En los hospitales que atienden a la población no hay medicamentos básicos como paracetamol, agujas desechables, algodón... Los pacientes tienen que llevarlo todo. Desde hace tres años debía hacerme una colonoscopía. Cuando el equipo no estaba roto, faltaba la anestesia o simplemente el médico me daba el bate al no poder hacerle regalos ni darle dinero".

Cuenta Alberto que tuvo que plantarse para que lo atendieran. "Porque llegan los pacientes con posibilidades, que hasta la anestesia traen, y les hacen la colonoscopia. A mí me trataron como a un perro. Me sedaron con cinco benadrilinas y cuatro alprazolan por falta de anestesia. El dolor durante el examen fue tremendo. Estuve casi dos días drogado. No me acordaba de nada. Me hicieron firmar un documento por si algo sucedía. Ya no te hablo de la suciedad, en la sala había cucarachas. El país se viene abajo y el gobierno se la pasa mintiéndole al pueblo. Si las cosas no cambian pronto, esto va a explotar”.

El día a día de los cubanos es una auténtica pesadilla. Apagones de hasta veinte horas, alimentos cada vez más caros y servicios básicos que no funcionan.

Glenda, jubilada, lleva más de tres horas esperando una guagua en la parada. "En Cuba todo es una tragedia. En mi barrio no entra el agua hace una semana, hace dos días nos quitaron la luz quince horas seguidas y la basura nos va a sepultar. Estos gobernantes más hijos de puta no pueden ser. No les importa el sufrimiento de la gente. Viven a toda trapo, gordos y rozagantes. A ellos no les falta el combustible, se atienden en clínicas exclusivas y se alimentan bien. Mientras, los jóvenes solo piensan en emigrar y los viejos muriéndose de hambre sin que nadie los atienda. Y el noticiero de televisión cada noche inventa una isla de fantasía que no existe”.

En los últimos tres años han emigrado más de 850.000 mil personas solo para Estados Unidos. Analistas consideran que el éxodo ronda el millón de personas. El 18% de la población ha escapado del manicomio comunista. El demógrafo y economista Juan Carlos Albizu-Campos, tras una exhaustiva investigación, informó que en los últimos cuatro años, la población cubana descendió de once millones habitantes a 8.62.

Y la bomba demográfica no se detiene. La emigración masiva de jóvenes y personas económicamente activas, ha acelerado el envejecimiento poblacional.

“Somos una de las naciones de la región más envejecidas. Se esperaba que para 2030 el 28% de la población fuese mayor de 60 años. Pero al marcharse del país una cantidad considerable de niños, adolescentes y personas menores de 50 años, se ha precipitado el envejecimiento nacional. Probablemente dentro de un lustro, la cifra de personas mayores de 60 años se acerque al 35%”, explica Carlos, sociólogo.

En su opinión, “una nación empobrecida y con los servicios públicos colapsados no podrá sostener a esa masa de ancianos. Ya existe un déficit importante de mano de obra en la agricultura, la construcción y otras profesiones. Por el paso que vamos, Cuba acabará siendo un país de viejos. Y quienes no tengan familia en el exterior que les ayuden, estarán hambrientos, sucios, enfermos y decrépitos”.

María de Carmen considera que los cubanos han perdido la alegría y la sonrisa. “El estrés cotidiano pasa factura. Se vive para comer, no lo que quieras o necesites por tu salud, si no lo que encuentres. Lo notas, gente con mal aspecto por falta de higiene. Muchas mujeres ya no se maquillan, algunas andan sin ajustadores, a lo mejor también sin blumers: al igual que las íntimas (almohadillas sanitarias), la ropa interior femenina y masculina brilla por su ausencia".

La mala noticia es que las cosas en Cuba pueden empeorar.

Iván García
Foto: Una de las muchas muestras de arte callejero que se pueden ver en La Habana Vieja. Imagen de Ernesto González Díaz tomada de Havana Times.