viernes, 5 de junio de 2015

Por qué la zafra azucarera cubana es peor que hace un siglo



El 60 por ciento del azúcar que contenía el chocolate en barras o la leche condensada que consumían las tropas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial se elaboraba en un algún ingenio de la Cuba profunda.

La producción en aquellos años rondaba los 5 millones de toneladas de azúcar y en 1952 superó los 7 millones. En 1958, un año antes de que Fidel Castro tomara el poder a punta de fusil, la industria produjo más de 5 millones de toneladas de azúcar en solo 83,4 días de molienda.

Antes de la llegada del barbudo, 121 de los 161 ingenios existentes en la Isla eran propiedad de cubanos. El 56,7% de la riqueza agrícola correspondía a la caña de azúcar; 6,6% al arroz; 5,3% al café; 2,5% al tabaco y 28% a diversos cultivos (frutas, hortalizas, viandas, frijoles, algodón, maíz, cacao y kenaf, entre otros). En 1958, Cuba contaba con 6 millones de cabezas de ganado vacuno y anualmente producía 488 millones de libras de carne de res y 785 mil toneladas métricas de leche de vaca.

Volviendo a la realidad. Según medios oficiales, el pasado 12 de abril, la zafra 2014-2015, superó la magra producción de la campaña anterior, un millón 600 mil toneladas. Y es la mejor en los últimos tiempos.

En 56 años, la autocracia verde olivo ha logrado un singular y negativo giro: de haber sido Cuba la 'azucarera del mundo', pasó a importar azúcar para el consumo en el sector turístico. La otrora primera industria nacional, que llegó a involucrar a más de un millón de personas en su producción y comercialización, a duras penas constituye el quinto rubro económico en aporte de divisas al Estado.

Hablando con varios especialistas y obreros, en activo o jubilados, encontré que cada uno tiene su teoría, pero existe consenso que el gran culpable del desastre tiene nombre y apellidos: Fidel Castro Ruz.

“Algunos afirman que la locura por una zafra de 10 millones, en 1969-1970, fue el detonante del desastre actual, pero yo me remontaría diez años atrás. Después de la revolución, el primer desacierto fue expropiar a los pequeños latifundistas. Ellos sabían extraer altos rendimientos a las cosechas. La producción de azúcar es una combinación de la tierra con la industria", argumenta Pedro, quien durante 25 años laboró como administrativo en diferentes centrales.

Pedro recuerda que el experto agrícola cubano Álvaro Reinoso, afirmaba que la producción azucarera se gana en el campo, y explica que "la ola de cambios alocados, el voluntarismo y el compromiso ideológico fueron un freno al crecimiento azucarero. Pesaba más la lealtad a Fidel que los conocimientos. Con una política azucarera adecuada, Cuba tenía todas las condiciones para cada año haber elaborado, de forma estable, entre 8 y 9 millones toneladas de azúcar. A los 10 millones se hubiera llegado de forma natural, no por delirios ni caprichos políticos. 1970 fue el tiro de gracia a la industria azucarera, pero la sentencia de muerte comenzó en 1959”.

Un ex funcionario del otrora poderoso Ministerio del Azúcar, considera que “la introducción de nuevas variedades de cañas, inferiores en rendimiento a las de antaño, y la compra de maquinaria de pésima calidad, insuficientes piezas de repuesto para los centrales y mala planificación de las cosechas, contribuyeron a la devastación de la industria azucarera”.

Osvaldo, obrero con cuatro décadas de experiencia en el ramo, añade: “Son muchos los factores que han provocado la caída en picado de la producción azucarera en Cuba. En mi opinión, la causa principal fue la errónea decisión de Fidel Castro, hace trece años, de cerrar un montón de centrales azucareros. A ese disparate el gobierno lo llamó 'Tarea Álvaro Reinoso'. Desmantelaron decenas de ingenios y miles de trabajadores que no sabían otra cosa que sembrar y cortar caña o producir azúcar se quedaron sin empleo”.

Roberto Álvarez Quiñones, ex periodista de Granma, una vez contó que en 2002, "Fidel Castro tuvo una rabieta debido a la ineficiencia azucarera y sin convocar al Consejo de Ministros o al Buro Político del Partido Comunista, levantó el teléfono y cual emperador, ordenó al general Ulises Rosales, ministro de esa industria, desmantelar, en dos etapas (2002 y 2004), 95 de las 156 fábricas azucareras del país y reducir la superficie cañera de 2 millones de hectáreas a 750 mil. En segundos, el dictador ordenó masacrar casi dos tercios de una industria que fue la azucarera del mundo desde fines del siglo XVIII hasta 1993. Y por televisión declaró que 'el azúcar es la ruina del país'. Precisamente cuando el mercado se recuperaba".

Desguazar casi cien ingenios fue clave para el decrecimiento azucarero. A pesar de ese disparate, y todavía con las secuelas de los años duros del 'período especial', en 2001 se pudo rebasar los 3,5 millones (cifra inferior a la zafra de 1919, cuando por primera vez se produjeron 4 millones de toneladas de azúcar). Pero en 2010, se retrocedió hasta 1,1 millón, cantidad inferior a la alcanzada en 1895.

En 2012, el régimen decidió cerrar el Ministerio del Azúcar, un descomunal entramado burocrático con una estructura y un presupuesto solo superado por las Fuerzas Armadas. Con un tercio de los antiguos empleados del Minaz, fundó Azcuba. Un intento por buscar eficiencia y ganancias netas en una industria que debido a sus múltiples materias primas, se ha revalorizado a nivel mundial en los últimos años. Pero aún no ha arrojado grandes resultados.

Para la campaña 2017-2018, Azcuba pronostica la elaboración de millones de toneladas de azúcar. Actualmente la industria azucarera también está abierta a inversiones extranjeras.

Desde hace dos años la empresa brasileña Odebrecht administra un ingenio en la provincia de Cienfuegos. Y magnates como Alfonso Fanjul, el rey del azúcar, quien en 1959 huyó del castrismo con su familia, han realizado viajes exploratorios a la Isla. Un botón de muestra: en la Florida, seis centrales producen alrededor de dos millones de toneladas de azúcar.

La crisis de la que fuera la principal industria de Cuba no es por falta de caña. Es por el sistema, que no funciona.

Iván García
Foto: Central destruido. Tomada de Azúcar y revoluciones.

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