domingo, 21 de octubre de 2012

Los 15 en Cuba: ilusiones y gastos



Y llegó el día. Rogelio y Maritza López se despertaron bien temprano para asegurar todos los detalles de la fiesta de 15 años de Yailén, su única hija.

Nerviosos y satisfechos dan carrera por toda La Habana. En una libretica tienen anotados los asuntos pendientes. Ver si el hombre encargado de elaborar los cakes (tartas) ya los tiene listos. E insistentemente llamar, para confirmar la participación, de un locutor de la televisión, contratado para ejercer como maestro de ceremonia.

Todo empezó doce años atrás, cuando con paciencia asiática, los padres comenzaron a guardar en el bolsillo de un viejo abrigo, parte del dinero que le enviaban sus parientes al otro lado del estrecho de la Florida. “Nos privamos de muchas cosas, pero siempre tuvimos en mente hacerle una fiesta por todo lo alto a nuestra hija. Valió la pena. Nos salió estudiosa y educada, se merece todo el sacrificio que hemos hecho”, comentan los felices padres a pocas horas de que su hija arribe a la edad de la ilusión.

Es una tradición cubana que al cumplir 15 años, a las adolescentes les celebren una fiesta fastuosa con coreografías, bailes con trajes largos y sesiones interminables de fotos y videos. Los más pobres también se las agencian para conmemorar la fecha. Los hijos varones no forman parte de esa costumbre.

Alrededor de las quinceañeras se ha montado un jugoso negocio particular, sobre todo en La Habana. Tomen nota. Este matrimonio habanero tuvo que pagar 110 pesos convertibles (cuc), por dos álbumes de fotos y un CD con efectos especiales. 70 cuc por el alquiler de diferentes vestidos para cambiarse durante las fotos, hechas en diferentes locaciones. Por utilizar 6 horas el salón de un elegante hotel capitalino, 150 cuc. A eso súmele que entre comida, ron, cerveza, buffet y ostentosos cakes, gastaron 600 cuc.

Por si no bastara, una semana antes de la fiesta, además de comprarle a Yailén tres conjuntos de ropa y calzado, desembolsaron 900 cuc para pasar los tres un fin de semana en un hotel de Varadero, playa a 130 kilómetros al este de la ciudad. El joven que montó la coreografía del baile para quince parejas cobró 60 cuc. Más cara fue la tarifa del locutor que hizo de maestro de ceremonias: 100 cuc.

El grifo de la moneda dura no se cerró ahí. Casi 300 cuc costó alquilar una flota de taxis y minibuses. Luego de darse un trago amplio de ron Havana Club añejo 7 años, el padre sonríe. No cree que todavía es momento de pasar raya y sacar cuentas. Aunque por lo bajo señala que "entre una cosa y otra, hemos gastado 4 mil cuc, toda la plata que llevábamos doce años guardando".

Para que se tenga una idea: 4 mil cuc equivalen a 100 mil pesos cubanos. Esa cantidad sería lo que ganaría en 14 años un profesional que por su trabajo mensualmente recibiera 600 pesos (unos 24 dólares) y que al año sumarían 7.200 pesos. No todos en Cuba pueden tirar la casa por la ventana como han hecho Rogelio y Maritza. Pero por tal de celebrarle los 15 a su hija, hasta las familias pobres gastan lo que no tienen y se endeudan.

Es la tradición. Tal vez en Europa y otras partes del mundo la consideren kitsch e inexplicable: gastar el dinero que no abunda en festejos suplerflúos, donde no faltan sesiones de fotos como si la muchacha fuera una modelo internacional.

Son pocas las familias cubanas que a pesar de comer poco y mal y desayunar solo café, no despilfarren dinero ese día. Unos, como este matrimonio, lo van guardando en el bolsillo de un abrigo. Otros venden artículos de valor, piden prestado o se empeñan. Lo que sea. Por tal de celebrarle los 15 a la hija.

A la mañana siguiente, sin un centavo en la cartera, con la resaca de la bebida ingerida y la felicidad de haber organizado una fiesta que sonó en todo el barrio, es cuando empieza lo bueno. En esos casos, Rogelio tiene una filosofía muy particular. “Mañana será otro día”, dice. Y con emoción contenida vuelve a mirar el video de los 15 de su única hija. “Vale la pena. Es una fiesta que se celebra una vez en la vida".

Iván García

Este trabajo, tomado del blog Desde La Habana en febrero de 2010, es una versión de Extravagantes fiestas de 15 años en medio de la pobreza, publicado en El Mundo/América y tuvo más de 300 comentarios.

Leer también: Mis 15 y Los 15 de Yania.

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