En 1927, el millonario estadounidense de origen francés, Irenée Dupont, de 49 años, se retiró de la presidencia del imperio químico que en 1802 había creado su abuelo Éleuthère y comenzó a buscar un lugar tranquilo donde pasar su jubilación. Al igual que muchos norteamericanos de aquella época lo encontró en Cuba.
Ese mismo año, por 90 mil pesos compró 180 hectáreas de tierra en la Península de Hicacos, larga y estrecha franja de tierra que se adentra en el mar y donde se encuentra Varadero. La propiedad incluía 8 kilómetros de terrenos vírgenes, pero él escogió las colinas rocosas de San Bernardino. El diseño de la casa le fue encomendado a Govantes y Cabarrocas, una de las firmas de arquitectos más prestigiosas que ha tenido Cuba. La construcción costó un millón 300 mil dólares y estuvo a cargo de la Frederick Sneard Corporation. Se terminó el 30 de diciembre de 1930.
Con once habitaciones e igual número de baños en sus inicios, a la residencia se le incorporaron tres terrazas, siete balcones y un embarcadero privado. En su decoración exterior e interior destaca el empleo de maderas preciosas, especialmente traídas de Santiago de Cuba, como caoba, cedro, jiquí y sabicú, que hacían una armoniosa combinación con mármoles procedentes de Cuba, España e Italia. Muebles, instrumentos musicales y cuadros fueron suministrados por Theodore Baily & Co. y Meras y Rico.
La bautizaron con el nombre Xanadu, como el exótico palacio construido por el legendario conquistador y guerrero chino Kublai Khan. Según la leyenda, Xanadu fue el antiguo reino de los tártaros, que se extiende desde Asia Central a China Occidental y partes de Rusia. En 1932, Dupont instaló en la casa un órgano, cuyo funcionamiento era manual y automático, con un costo cercano a los 110 mil dólares. Se consideraba el más grande entre los existentes en residencias privadas de América Latina.
Cada año, desde principios de enero, Dupont se quedaba unos meses en Xanadu, a veces invitaba a importantes ejecutivos de la compañía. En la década de 1950 se alojaron estrellas de Hollywood como Ava Gardner, Cary Grant y Esther Williams, entre otros que regularmente visitaban Varadero, entonces un paraíso desconocido. A Varadero le cabe el honor de haber sido la primera playa en Cuba donde las personas se bañaron al aire libre en el mar y donde por primera vez se usaron trajes de baño ligeros.
La parte de la finca comprada por Dupont llegó a tener 1,328 hectáreas, abarcando tierras de lo que hoy es el municipio de Cárdenas. Había sido comprada al ridículo precio de cuatro centavos de dólar por metro cuadrado. Años más tarde, después de terminadas las construcciones de la carretera, el acueducto y una planta de energía eléctrica, el valor se incrementó. Posteriormente, Dupont vendería varias hectáreas a estadounidenses ricos.
En los jardines se plantaron cocoteros y flores en las laderas, junto a un huerto con matas de plátanos, aguacates y papayas. Loros y cacatúas fueron importados, para darle más sabor tropical.
El arquitecto Herbert Strong diseñó un primer campo de golf de 18 hoyos, pero más tarde se construiría uno de 9 hoyos, siguiendo el diseño de Sim Cuthrie. Los cuatro primeros hoyos fueron construidos en suelo natural, mientras que para los otros hubo que rellenar el terreno. La construcción se inició en diciembre de 1931, y se terminó en 1933, pero en septiembre un huracán lo arrasó. Entre abril y diciembre de 1934, más de 10 mil dólares tuvieron que ser invertidos y no fue hasta 1936 que el nuevo campo de golf estuvo listo.
Entre las obras filantrópicas se destacan las donaciones que Dupont hizo a la edificación de una iglesia y el mantenimiento de la escuela parroquial. En marzo de 1957, Dupont visitó Xanadu por última vez. Nunca más volvería: fue expropiada poco después de la llegada de Fidel Castro y sus barbudos al poder.
El 12 de diciembre de 1963 abrió sus puertas como restaurante Las Américas, con la astronauta soviética Valentina Tereshkova como invitada de honor. El 19 de diciembre, una semana después, a la edad de 86 años, Irenée Dupont fallecía en los Estados Unidos.
El restaurante sigue existiendo, pero el régimen decidió convertir Xanadu en una de las instalaciones más exclusivas de Cuba, dirigida a turistas ricos. El principal atractivo es un espacioso campo de golf de 18 hoyos, que por su ubicación lo convierte en uno de los más singulares del mundo: por un costado tiene la playa de Varadero y por el otro la bahía de Cárdenas.
Tania Quintero, con informaciones de internet.
Foto: Tomada del blog Posh Voyage.
Leer también: Los nuevos ricos y la vieja pobreza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios en este blog están supervisados. No por censura, sino para impedir ofensas e insultos, que lamentablemente muchas personas se consideran con "derecho" a proferir a partir de un concepto equivocado de "libertad de expresión". También para eliminar publicidad no relacionada con los artículos del blog. Por ello los comentarios pueden demorar algunas horas en aparecer en el blog.