En septiembre de 2003, cuando la larga sombra de la oleada represiva desatada en el mes de marzo de ese año todavía se cernía sobre los periodistas independientes cubanos, desde París nos llamó un periodista francés de la revista Politique International. A mi hijo Iván García y a mí nos pidió un reportaje sobre la salud y la educación, las 'dos vitrinas de la revolución'. A más tardar debíamos enviarlo en diciembre: su fecha de publicación sería enero de 2004, coincidiendo con el 45 aniversario de la llegada de los barbudos al poder.
Cuando recibimos la llamada, yo me encontraba en los trámites para viajar a Suiza como refugiada política. Aceptamos el reto porque el periodista francés dijo que pagarían entre 300 y 400 euros, un dinero que Iván iba a necesitar hasta que yo tuviera posibilidad de enviarle algo desde tan lejos. Nos pidieron un reportaje objetivo, donde se mostraran las dos caras, la buena y la mala. Lo primero que hicimos fue dividirnos el trabajo. Iván se encargaría de la salud y yo de la educación.
Antes de empezar a redactar, nos dimos a la tarea de crear un 'archivo', con recortes de prensa y las escasas publicaciones sobre esos temas encontradas en La Polilla, una librería al doblar de nuestra casa. El título lo decidió Iván: Lo que la Revolución nos dejó.
Una semana antes del 25 de noviembre, día de mi salida de Cuba, a través de un amigo diplomático envié Lo que la Revolución nos dejó a la persona y la dirección que nos habían dado en París. Recuerdo que en la primera llamada que desde Suiza pude hacer a Iván, en diciembre de 2003, me dijo que estuviera al tanto de si el trabajo se publicaba en el mes de enero y si se publicaba, contactara con el periodista para que me enviara a mí el pago de la colaboración y yo después se lo hacía llegar a La Habana.
En la segunda llamada, le dije a Iván que no había localizado el trabajo publicado en Politique International ni al periodista, que a lo mejor nunca lo recibieron y antes que envejeciera y perdiera actualidad, lo enviara a la Sociedad Interamerica de Prensa, en cuya web Iván y yo desde hacía tiempo colaborábamos. Y así lo hizo. Salió publicado en el mes de enero, como pueden leer aquí.
En 2009, cuando ya mi blog había cumplido dos años, decidí actualizar Lo que la Revolución nos dejó y reproducirlo, con fotos. Como era un texto largo, lo dividí en 8 partes: primera; segunda; tercera; cuarta; quinta; sexta; séptima y octava y final.
No fue el único trabajo extenso, serio y profesional, que Iván y yo redactamos en el aciago verano de 2003 y que la SIP nos publicara. Los dos primeros con estas características abordaban la discriminación racial. Iván escribió Prisioneros de su raza, sobre los negros cubanos, y yo A flor de piel, acerca de la mujer negra cubana.
En los próximos días, en este blog, en dos partes podrán leer Prisioneros de su raza. A flor de piel, saldrá en cuatro partes y con nuevo título: La mujer negra cubana, prejuicios a flor de piel. Por haber sido escritos en momentos tan difíciles, Lo que la revolución nos dejó, Prisioneros de su raza y A flor de piel son nuestros textos más apreciados.
Tania Quintero
Foto: Geri Krebs, periodista alemán residente en Suiza. Iván, en piyama, leyendo una carta en la sala de su apartamento, una mañana de diciembre de 2003.
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