lunes, 13 de mayo de 2013

La "enfermedad del empingue"



Los indicadores mostrados por Cuba en los resúmenes anuales del Ministerio de Salud Pública, entre los que destacan la más baja tasa de mortalidad infantil de América Latina, un promedio de vida similar al de países desarrollados, un cuadro de vacunación integral y rigurosos controles epidemiológicos, sitúan a la isla, según la Organización Mundial de la Salud, entre los países con mejor organización y vigilancia en el combate contra enfermedades.

Sin embargo, un estudio que realiza Joaquín Bustamente, investigador y promotor independiente de sanidad (así se auto denomina) arroja un crecimiento desproporcionado de dos enfermedades crónicas que afectan seriamente a la población cubana y el Estado no toma medidas para combatirlas.

Bustamante analiza los comportamientos sociales en pueblos del campo y centra su tesis en la repercusión de la economía en la salud del individuo. Recorre la isla de punta a cabo observando, compilando datos, cotejando el efecto pernicioso en el organismo producido por la crisis económica, política y social que azota a Cuba.

En su estudio morfológico y conductual del ciudadano en diferentes pueblos visitados, define al infarto y la hipertensión como primeras causas de muerte. Pero hace poco descubrió otro padecimiento, muy relacionado con los anteriores porque actúa como su detonante.

Este padecimiento se propaga en sentido proporcional al crecimiento de la crisis y debido al empeoramiento progresivo que ha tenido la economía cubana. El experto considera que pudiera llegar a convertirse en una especie de virus.

La bautizó como la 'enfermedad del empingue'. Dice que se muestra cuando la persona encuentra sin salida los caminos, las múltiples fuerzas externas actuando sobre él, aplastándolo. Y por si no bastara, el discurso oficial, radial y televisivo, erosionando como una burla sobre su equilibrio emocional, psíquico y sus normas de conducta. Los principales síntomas son irritación, malestar, desespero, angustia, carácter huraño, envejecimiento prematuro y una extrema violencia verbal y física.

Su más reciente periplo fue de tres días por provincias del centro del país. Además del alto número de infartados e hipertensos que encontró, también contabilizó numerosos divorcios, lesionados en trifulcas, encarcelados, asesinatos y suicidios.

Tras el panorama desolador que encontró en esos pueblos del campo, donde se vive bajo una desprotección total y una miseria rampante, vio a hombres y mujeres discutir y pelearse no solo en las fiestas populares: también en la bodega, en la cola del pan y hasta en los pozos colectivos, discutiendo por un cubo de agua.

Frank Correa
Cubanet, 28 de marzo de 2013.
Foto: Tomada de Cubanet.

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