lunes, 22 de julio de 2013

Otro fósil de El Vedado


Con la llegada del llamado Período Especial, en la década del 90, numerosas fábricas cerraron, debido a su dependencia exclusiva de materia prima y tecnología soviética, que dejó de entrar a Cuba.

Pero no todas corrieron la misma suerte. La ensambladora de ómnibus Girón, ubicada en Línea y 18, en El Vedado, que durante muchos años cubrió con una parte importante del transporte urbano y escolar de la isla, encontró un nuevo rumbo donde ubicar a sus trabajadores.

Por orden expresa de Fidel Castro, a partir de 1994 la fábrica Girón se convertiría en armadora de bicicletas chinas, para la transportación alternativa de gran parte de la población. Esta labor se truncó en el 2000, a raíz de un incendio que provocó el cierre total de su nueva actividad, perdiendo el empleo la mayoría de sus trabajadores. Fueron enviados a sus casas con un por ciento del salario, hasta un 'nuevo aviso' que nunca llegó.

Trece años después, una parte de la inmensa nave durante un tiempo funcionó como ensambladora de motos eléctricas de la empresa CIMEX. Y últimamente ha servido de almacén de bienes y consumos del comercio en la capital, sin que haya señales de restauración del inmenso recinto.

Un vecino del lugar dijo que, la desvencijada fábrica es el mayor símbolo visible de la improductividad y deterioro, generado durante los últimos 25 años en el sector industrial del otrora elegante barrio habanero de El Vedado.

Maité, una vendedora de dulces residente en los alrededores comenta: “Mi hermano trabajaba ahí y me dijo que había una propuesta para convertir aquello en un mercado de productos en dólares, pero no funcionó, porque la inversión era muy costosa. Tampoco la del cantante X Alfonso (hijo de Carlos Alfonso, fundador del grupo Síntesis), quien a través del Ministerio de Cultura, ha estado gestionando una inversión para poner en marcha un proyecto cultural que pueda beneficiar a la juventud, huérfana de diversión, pero al parecer, no se concedieron los permisos”.

Al margen de estos comentarios, lo cierto es que la popular fábrica Girón, silenciada y quebrada indefinidamente por la incapacidad y falta de voluntad del régimen, exhibe hoy un penoso deterioro. Techos levantados, huecos, rajaduras en las paredes, falta de pintura y mugre son visibles a todos los que en una dirección u otra atraviesan el túnel de la calle Línea. Una muestra de la incapacidad de las autoridades de La Habana.

Lamentablemente, no es un caso aislado. Sitios emblemáticos como el restaurante El Jardín, en Línea y C; el Hospital Infantil Pedro Borrás, en 27 y G, y el hospital materno Clodomira Acosta, antigua clínica Cardona, en 19 entre 8 y 10, entre otros, se convirtieron en fósiles, a la espera de reparaciones que nunca llegan.

Parece una ironía que El Vedado, que alcanzó su máximo esplendor en la primera mitad del siglo XX, esté pasando por tan terrible olvido. Un territorio que en la actualidad, alberga la gran mayoría de oficinas políticas y administrativas de la capital cubana, así como compañías extranjeras. ¡Qué vergüenza!, ¿no?

Texto y foto: León Padrón Azcuy
Cubanet, 3 de mayo de 2013
Leer también: La calle Línea.

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