¿Alguien ha escuchado lo que dicen algunas canciones de reguetón? Yo casi no las entiendo, me resulta difícil comprender las letras, pero cuando le he prestado atención, no me han gustado.
Es cierto que el ritmo es contagioso. Confieso que he bailado con varios temas en alguna que otra fiesta, pero el mensaje que traen consigo casi todos los temas, deja bastante que desear.
Detrás de mi casa hay una discofiñe, una discoteca para niños. Funciona todos los viernes y sábados y reúne gran cantidad de muchachos que, sin tener a donde ir y tener poco dinero, acuden cada fin de semana en busca de diversión. Hasta aquí bien. La idea es buena y barata y hasta ofrecen bocadillos a precios módicos.
El único problema es que no ponen otra música que no sea reguetón. No cualquier canción, sino las más vulgares que puedan imaginar. Una y otra vez se escuchan los mismos temas, dos, tres y más veces por noche. Y vuelvo a preguntar: ¿alguien se ha puesto a pensar en lo que dicen las letras de esas canciones? ¿O es que solo a mí me llaman tanto la atención?
Por lo general, las letras suelen plantear problemas, sociales, familiares, conyugales y políticos, entre otros. Junto con los problemas, proponen también soluciones. Y esas “soluciones” no son siempre las más adecuadas, por decirlo de alguna forma.
Lo más triste es ver cómo muchos jóvenes -y también algunos adultos- hacen del reguetón una filosofía de vida. Estribillos de las canciones pasan a formar parte del argot popular, y donde quiera se puede escuchar a alguien que cita un fragmento de cualquier tema reguetonero.
El cubano es dicharachero, en su hablar cotidiano utiliza refranes, frases jocosas, pero de ahí a incluir en las conversaciones y en su quehacer diario partes de los temas más vulgares, hay un gran trecho. Y sin una pizca de elegancia o de humor.
Dicho esto pienso en esos niños y adolescentes que cada noche de viernes y sábado acuden a la discofiñe, y lo que están aprendiendo es a seguir una modo de vida vulgar. Pienso también en los dueños del lugar y en el mensaje que indirectamente le envían a seres en plena formación.
¿Dónde están los padres de esos muchachos? Como madre de una niña, confieso que el tema me preocupa. Sé de otros padres jóvenes -y no tan jóvenes- que igualmente se sienten preocupados.
No hago crítica del género, solo llamo a la reflexión. Si usted no lo ha hecho aún, siéntese y póngale atención al mensaje de uno de esos reguetones de moda y pregúntese si haría de ello su filosofía de vida. Pregúntese más ¿es eso lo que queremos para el futuro de nuestros hijos, de nuestra familia, de nuestra sociedad?
Paula Henríquez
Havana Times, 20 de junio de 2016.Leer también: El reguetón no tiene que ser vulgar.
no hy comentario
ResponderEliminarpor que lo boran
en el pais de esclevo que vives
xxxxxxxxxxxxxxxxx dale gracias a la robo ilucion
cubana que laq mayoria apoyan y apoyan