En diciembre de 2010 el legendario pelotero capitalino Agustín Marquetti viajó a los Estados Unidos en visita familiar para encontrarse con sus hijos y nietos que residen en ese país. La presencia en la Florida de quien por más de veinte años escribió páginas de gloria como titular de la primera base de los equipos habaneros y la selección nacional, significó un acontecimiento de enorme resonancia.
Los aficionados cubanos de varias generaciones afincados en los Estados Unidos dieron una calurosa bienvenida a uno de los atletas más talentosos y carismáticos de las últimas décadas. El propio Marquetti se mostró sorprendido por la cantidad de entusiasta público reunido en el homenaje que se le tributó en un estadio de Miami.
Cuando fue remozado el Estadio Latinoamericano de La Habana para acoger la nueva edición de la Serie Nacional de beisbol se instalaron cuatro gigantografias en las torres del estadio para homenajear a figuras emblemáticas del béisbol capitalino en el último medio siglo. La ausencia de Marquetti entre los cuatro elegidos -Pedro Chávez, Santiago “Changa” Mederos, German Mesa y Pedro Medina- confirmó la certeza de que el popular slugger nacido hace 65 años en el poblado habanero de Alquízar, había decidido permanecer en los Estados Unidos.
Nadie como Marquetti merecería tal homenaje, esté donde esté, porque desde finales de la década de los 60, cuando comenzó a destacarse como recio bateador en una época de reconocida calidad en el béisbol cubano, escribió varias páginas de gloria en la historia reciente del pasatiempo nacional. En 1969 vistiendo la franela de La Habana implantó records de home runs con 19, en el campeonato mundial de Nicaragua 1972 decidió con batazo de vuelta completa el juego final frente al equipo de Estados Unidos. Marquetti defendió con éxito por una década los colores del team Cuba para contribuir a lograr varias victorias en campeonatos mundiales, juegos panamericanos y centroamericanos.
En la arena nacional ganó varios títulos con los equipos de la capital, pero uno de los momentos más inolvidables de su trayectoria es el campeonato que decidió en 1986, en las postrimerías de su carrera, con espectacular vuelacercas ante el conjunto de Vegueros.
Sin embargo, no todo significó felicidad para Marquetti a su paso por el béisbol cubano. En plenitud de facultades y rendimiento deportivo fue apartado en 1981 de los equipos nacionales, a los que no regresaría jamás. Muchos años después pude conocer que para aplicar la drástica medida el señor Servio Borges, por aquella fecha una especie de Zar del béisbol cubano - a la vez director del equipo nacional, comisionado nacional de beisbol y director de deportes con pelota del Instituto Nacional de Deportes- tomó como pretexto que un hermano de Marquetti había abandonado el país recientemente.
El señor Servio Borges, quien perjudicó a más de uno a su paso por el béisbol cubano, finalmente también abandonó el país hace pocos años. Al parecer esta tragedia ha durado tanto tiempo que víctimas y victimarios se encuentran en el exilio.
Hace alrededor de una década, Marquetti también fue excluido de una selección de veteranos que enfrentó en Caracas a un similar de Venezuela, presumiblemente porque su hijo del mismo nombre había escapado hacia República Dominicana con la esperanza de jugar en el béisbol profesional.
Llama la atención que estas represalias no tomaron en cuenta la reconocida trayectoria revolucionaria que tejió el siempre afable Marquetti desde que era prácticamente un niño. Una vez retirado del béisbol, ocupó varias responsabilidades como entrenador y como colaborador en varios países de tres continentes. Sin embargo, a pesar de su prestigio y experiencia nunca se le designó director de un conjunto de la serie nacional, tal vez por ser una persona de criterios firmes y transparentes que no se ha limitado para hacer certeras críticas al devenir actual del béisbol cubano..
Ahora llega la noticia de que el ídolo deportivo de mi niñez emprende un nuevo camino junto a su hijo Agustín Marquetti Jr, como principales entrenadores de la Academia de Béisbol Miami Shaks (MSBA), fundada en noviembre de 2011, la cual debe ser un nuevo espacio para el desarrollo de jóvenes talentos del popular y complejo deporte.
Como lo ha hecho a lo largo de su brillante carrera, Marquetti de seguro imprimirá a su nuevo proyecto la sabiduría, pasión y simpatía que lo caracteriza. Desde aquí, con la admiración de siempre a quien, en la época en que se borraban en Cuba todos los títulos de cortesía, se ganó a fuerza de caballerosidad y talento el merecido apelativo de Don Agustín. Una leyenda a quien le deseo buena suerte.
Leonardo Calvo Cárdenas
Cubanet, 1 de marzo de 2012
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