Una amiga y colega que visitó la exposición Sacrificio en la encrucijada, una retrospectiva de la obra del artista de la plástica Alexis Leyva Machado (Kcho) actualmente expuesta en el Gran Teatro de La Habana, no dudó en escribir en el libro de visitas: “Es una retrospectiva morbosa.”
Estoy de acuerdo con ella. El tema recurrente en los dibujos, esculturas e instalaciones de Kcho son botes y balsas, que muchas veces semejan féretros. Los miles de balseros muertos en el Estrecho de la Florida son un tema demasiado sensible para oportunismos y manipulaciones.
Algunos dirán que precisamente ese horror es lo que quiso reflejar Kcho. Sólo que a juzgar por lo aceptado que es en los predios del arte oficial y por sus frecuentes muestras de adulación al régimen, Kcho seguramente es de los que culpa de los millares de cubanos muertos en el mar exclusivamente a la Ley de Ajuste Cubano. Me parece escucharlo, con su voz gutural, repetir la salmodia oficial sobre “la ley asesina” y que “el gobierno yanqui alienta las salidas ilegales”…
Para nada Kcho es un artista contestatario como quieren presentarlo ciertos críticos y galeristas europeos. Está bien claro hacia dónde rema. Es un artista 100 % oficialista, que sabe dónde pican los pejes gordos, y que por ello no pierde oportunidad de guataquearles. Sólo había que ver cómo se le caía la baba por el Comandante durante la presentación del libro Guerrillero del tiempo. Fue tanta su emoción al escuchar al Jefe, que a falta de palabras para ensalzarlo, por poco se arrastra a sus pies…
En justicia, hay que reconocer que, aparte de pintar, Kcho ha hecho dos buenas acciones por su pueblo. Una, cuando llegó primero que la ayuda oficial, al frente de una brigada de artistas, a su natal Isla de la Juventud para llevar entretenimiento a los damnificados de los huracanes del año 2008. La otra, cuando durante una Bienal, como parte de su instalación Vive y deja vivir, amontonó miles de ladrillos en forma de botes en una calle habanera, que duraron allí lo que un merengue en la puerta de una escuela porque la gente se los llevó en jabas, carretillas y hasta en el hombro, para con ellos levantar paredes divisorias y baños en los derruidos solares de la Habana Vieja.
Digo todo esto en pro y en contra de Kcho porque recientemente declaró a los periodistas: “Me interesa saber qué opinan de mi obra mis compatriotas o qué sensación les provoca”… Pero veo que según un artículo del periódico Granma del 1 de marzo (Kcho y el eco de la gente, de Félix López), todas las opiniones de los visitantes son laudatorias. Incluso las de los que reconocen no entender nada…
A propósito de no entender nada, frente al carrusel con la Virgen del Cobre se me ocurrió una pregunta: ¿A qué encrucijada y a cuál sacrificio se refiere el título de la exposición?
Como una visitante escribió en el libro: “Aché pa tí, mulato”, se me antoja otra pregunta que tal vez sirva de respuesta a la anterior: ¿El sacrificio tendrá que ver con alguna gallina prieta ofrendada a Elegguá para que le abra los caminos al comandante? Con tipos tan fidelistas como Kcho, uno nunca sabe.
Luis Cino
Cubanet, 6 de marzo de 2012
Foto: Tomada de Cubanet.
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