viernes, 13 de septiembre de 2013

Nostalgia por los muñequitos rusos


Darwin Fornés es un joven cubano nacido en los años 80. Tuvo la dicha de vivir una infancia de relativa bonanza económica, puesto que Cuba era mantenida por la URSS. Se crió mirando muñequitos -como llaman los cubanos a los dibujos animados- rusos, o de otros países socialistas. Éstos marcaron una pauta en su forma de ser ante la vida.

De adulto, fue capaz de crear el proyecto Chamakovich, pues sabe que, por increíble que parezca, toda una generación de cubanos siente una cierta nostalgia por la era soviética.

Chamakovich se presentó en el Salón de Mayo, espacio habanero que conduce Marianela Dufflar, como parte de la feria Arte en La Rampa. El proyecto consiste en la impresión de pullovers y bolsas de lienzo con las imágenes de los muñequitos rusos que se veían en la TV cubana, en las décadas 70 y 80.

Darwin, diseñador gráfico, y Yinela Miranda, comercial, son los artífices de este proyecto. Expresaron a la prensa y al público que el objetivo es rememorar aquellos animados procedentes de la ex Unión Soviética y del resto de los países de Europa del Este, los cuales, por años, fueron el plato fuerte de los pequeños de la casa.

La actividad concluyó con la proyección de una selección de animados, entre ellos Deja que te coja, Cheburashka, Orejitas a cuadros y Bolek y Lolek.

El proyecto Chamakovich es una producción del taller de serigrafía René Portocarrero, junto a Génesis Galería. Sus producciones están ya a la venta en los predios de Arte en La Rampa. Darwin y su equipo lograron imprimar 100 pulovers de cada diseño.

El set incluía una variedad de tallas, para niños y jóvenes de distintos tamaños. Los pullovers y jabas de lienzo eran en color blanco, gris y ocre. Los que más rápido se agotaron, en la misma tarde de la presentación, fueron los de Bolek y Lolek.

Cuenta Darwin que tuvo que adaptar los diseños en 3D de los muñequitos al soporte textil. El personaje más gratificante fue el de Cheburashka, ya que viene del denominado 'stop motion' y era muy difícil discernir la mejor pose de ese animado. Otros personajes cuyo diseño les resultó trabajoso fueron Bolek y Lolek, que no son rusos sino polacos.

Antes de hacer el proyecto, Darwin estuvo indagando sobre la popularidad de los personajes de los referidos muñequitos. Luego, llegó a la conclusión de que los más gustados eran: Bolek y Lolek, Cocodrilo Guenna, Deja que te coja, Leche Cortada y Cheburashka. Ahora el diseñador sueña que alguna compañía radicada en Japón haga un videojuego con estos personajes.

El proyecto no fue respaldado, ni apoyado, por la Embajada Rusa en Cuba, ni por el Comité Coordinador Nacional de la Diáspora Rusa en Cuba.

Darwin no espera nada de ellos. Se siente feliz y realizado. Logró crear un proyecto atípico y exponerlo en un espacio de mucha competencia. También logró un rotundo éxito en las ventas, aun cuando Chamakovich no sea sino un remanente nostálgico de la terrible era soviética.

Texto y foto: Polina Martínez Shietvsova
Cubanet, 8 de agosto de 2013
Leer también: Herencia rusa en Cuba, primera, segunda y tercera parte.

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