lunes, 18 de diciembre de 2023

FELICES DÍAS DE NAVIDAD Y FIN DE AÑO


A los lectores del blog, les deseamos Iván García Quintero y Marco Antonio Pérez López.

lunes, 11 de diciembre de 2023

Ana Echegoyen, maestra sentenciada al anonimato

Entre los excluidos por la regla impuesta en 1961 "Dentro de la revolución todo, fuera de la revolución nada", Ana Echegoyen Montalvo (1901-1970), conocida también como Ana Echegoyen de Cañizares, encarna un caso absurdo y paradigmático, entre otras razones, por ser la primer mujer no blanca —en un medio caracterizado por los prejuicios raciales— que llegó a ocupar la Cátedra de Metodología Pedagógica en la Facultad de Educación de la Universidad de La Habana; y por dirigir un proyecto para eliminar el analfabetismo en Cuba, antecedente de la Campaña de Alfabetizadión de 1961. Sometida al anonimato, Echegoyen fue una eminente personalidad de la enseñanza, maestra normalista, investigadora, doctora en pedagogía y activista feminista,

En 1941 visitó Estados Unidos para entender cómo se eliminaba allí el analfabetismo entre jóvenes y adultos. En una entrevista sobre esta visita, expresó la fuerte impresión que le causó el trato recibido en los estados del sur de Estados Unidos por ser de descendencia africana y encontrarse con personas similares a ella en cargos importantes en aquel país.

Desde la Secretaría de la Comisión Reorganizadora de la Enseñanza, de la Cátedra de Metodología Pedagógica, Echegoyen promovió diversos cursos de perfeccionamiento para los maestros, y redactó varios textos: Guía didáctica de la Escuela Nueva (en colaboración con Alfredo Miguel Aguayo), Cuaderno de trabajo para la práctica de observación de Metodología Pedagógica, Libro primero de lectura para adultos, El continente de la esperanza, y las cinco cartillas del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL), en colaboración con el mexicano Jesús Isáis Reyes, (a partir del método ideofónico de Echegoyen). Por esa labor fue designada en los años 50, especialista de Educación para adultos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La obra de Echegoyen rebasó la enseñanza. Para Luis Javier Pentón, la doctora Ana Echegoyen fue tan pedagoga como líder social. Su labor en la presidencia de la Asociación Cultural Femenina demostró la potencialidad de las mujeres afrocubanas para combatir las barreras raciales y de género que dominaban en Cuba.

Diversas asociaciones cívicas, y organismos públicos y privados —la Universidad de La Habana, la Federación de Escuelas Privadas, la UNESCO y el Bloque Cubano de Prensa— cooperaron en la preparación de la campaña alfabetizadora de 1956. A fines de 1955, se inscribieron los alfabetizadores y se les impartió el curso "La alfabetización y sus problemas", y de marzo de 1956 a febrero de 1957 se imprimieron las cartillas y se desplegó la campaña. El plan inicial consistía en alfabetizar 10.000 adultos, pero por razones financieras solo se pudieron incluir 5.000. Este proyecto trazó un camino para eliminar el analfabetismo sin paralizar el resto de las actividades docentes, como sí ocurrió en 1961.

La cartilla alfabetizadora Enseñe a leer —basada en el método ideofónico de Echegoyen y preparada por ella— para motivar a los alfabetizadores razonaba lo siguiente: "Erradicar el analfabetismo debe ser cuestión de honor para todo cubano que ame a su Patria. Robarle unas horas al sueño o al descanso para dedicarlas a enseñar al que no sabe, es la más hermosa labor que puede hacerse por el engrandecimiento de la tierra que nos viera nacer". Ella no fue la primera en diseñar una cartilla de alfabetización, pero sí en crear un programa de alfabetización que incluía una cartilla y un manual para educadores.

Partiendo del principio de que los adultos deben aprender a leer y escribir de la misma manera que los niños, la investigación de la campaña se enfocó en validarlo o rechazarlo. Para ello, Echegoyen realizó un estudio cuyos resultados revelaron que la hipótesis estaba equivocada: los adultos aprenden de forma diferente, porque hacen "resistencia a la memorización de las frases y oraciones incluidas en la unidad de lectura". Esas conclusiones la llevaron a una serie de reflexiones para mejorar las futuras campañas alfabetizadores. A pesar de la inadecuación del principio ideofónico a los adultos, su método reflejaba un mensaje cívico-educacional para que la alfabetización culminara en una labor social.

Al concluir la campaña, Echegoyen redactó un informe para la UNESCO, titulado Métodos de alfabetización de adultos en Cuba. Educación de adultos y jóvenes, que marcó pautas en la investigación sobre los métodos y conceptos de la alfabetización de adolescentes y adultos en América Latina y el mundo.

Mas allá de los esfuerzos y sacrificios de cientos de miles de cubanos para enseñar a leer y escribir, la campaña de 1961 fue el primer paso para fomentar el analfabetismo cívico. La cartilla y el manual empleados conformaron dos instrumentos de adoctrinamiento ideológico.

La cartilla contenía 14 temas, comenzando por la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo primer ejercicio consistía en buscar las vocales O, E y A en las palabras Cuba, Camilo, Fidel y Raúl. Algunos de los trece restantes eran: "La reforma agraria nació en la Sierra", "La reforma agraria da tierra a los campesinos", "Ya los campesinos son dueños de la tierra", "Los pescadores ahora viven mejor", "El campesino compra bueno y barato en la tienda del pueblo", "No habrá bohíos ni solares en años venideros", "Ganamos todas las batallas guiados por Fidel", "¿Qué podemos leer? ¡Patria o Muerte! Venceremos".

De José Martí, principal figura política de nuestra historia —con un avanzado pensamiento pedagógico, por si fuera poco, y un caudal de textos ricos en enseñanzas universales— aparece solo una foto en las páginas finales con un poema de Nicolás Guillén que cierra con el verso "Vino Fidel y cumplió, lo que prometió Martí".

Por su parte, el Manual del Alfabetizador fue una guía técnica y política, de 24 temas, entre ellos: "La Revolución", "Fidel es nuestro líder", "La tierra es nuestra", "El imperialismo", "La revolución gana todas las batallas", y "La Declaración de La Habana".

La similitud didáctica y metodológica entre los textos empleados en ambas campañas (1956 y 1961) demuestra —aunque hubo una evolución del modelo didáctico utilizado por Echegoyen— que algunos rasgos de la primera perduraron en la segunda: las cartillas para los estudiantes y el manual para el alfabetizador (metodologías análogas), así como la estructura de la enseñanza de la lectura y la escritura. Las diferencias en ambas están en los objetivos y resultados: la de 1956 propugnaba el conocimiento moral y cívico como herramientas para la superación del individuo y de la sociedad; la de 1961, la conversión del ciudadano en súbdito del Estado totalitario.

El Gobierno revolucionario, al tomar el poder en 1959, le ofreció a Echegoyen el cargo de ministra de Educación. Ella no lo aceptó: perdió su cargo, se jubiló, su labor académica desapareció de las páginas de la pedagogía cubana, y su ejemplar labor en la campaña alfabetizadora de 1956 no está registrada en el Museo Nacional de la Alfabetización. La versión de la enciclopedia oficialista EcuRed es esta: "Al triunfo de la Revolución se jubila y ve con simpatía el logro de la alfabetización en Cuba, campaña por la cual había luchado individualmente en la década de los años 50".

Nada dice la oficialista EcuRed de la censura que el régimen revolucionario le impuso. A pesar de ello, su obra y ejemplo —orgullo de la pedagogía cubana—, marcaron una pauta en la educación, al crear el primer modelo didáctico de alfabetización en Cuba. En la historia por reescribir, a pesar de la sentencia al anonimato, Ana Echegoyen ocupará el lugar que le corresponde y le han negado.

Dimas Castellanos
Texto y foto: Diario de Cuba, 29 de octubre de 2023.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Toma chocolate y paga lo que debes

En las ruinosas calles del barrio La Boca, Mariel, municipio de la provincia Artemisa, a 45 kilómetros al oeste de La Habana, pasadas las dos de la tarde, el asfalto reverbera y los perros sin dueño se refugian del calor en una desierta parada de ómnibus.

En el horizonte se divisan cuatro enormes grúas pintadas de verde olivo y un barco portacontenedores que está siendo descargado en el puerto del Mariel. Los vecinos de La Boca ven la dársena como a un intruso. “Pa’llá no se puede pasar. Hay una cerca perimetral por toda la carretera y garitas en las entradas. El puerto es zona prohibida”, señala Pastor, quien vende tamales calientes a 60 pesos.

La rada, obra estrella del gobierno de Raúl Castro, costó 957 millones de dólares y fue financiado por la empresa brasileña Odebrecht, involucrada hace unos años atrás en sonados escándalos de corrupción en América Latina. Nueve años después de su inauguración, el puerto no ha traído beneficios constatables al país. Ni siquiera en la llamada Zona Especial de Desarrollo del Mariel donde está enclavado.

Diosbel trabajó durante año y medio en la construcción de almacenes y cuenta que “en el puerto del Mariel se trabaja doce o trece horas diarias. Como si fueras un esclavo. En un mes puedes ganar de 12 a 15 mil pesos, que en tiempos de inflación es menudo. GAESA, el dueño del puerto, se queda con la mayor parte del dinero que pagan los inversionistas extranjeros. Es un robo a la cara. Se quedan con los dólares y te pagan en pesos”.

Según Diosbel, un especialista vietnamita de una empresa que produce detergente en la zona industrial del puerto, le comentó que "su compañía por un operario de la construcción como yo, al gobierno cubano le pagaba el equivalente a dos mil dólares. GAESA te valora cada dólar en dos pesos y te paga cuatro mil pesos. El salario se completa con otros incentivos. Nunca gané más de 15 mil pesos mensuales, que al cambio en la calle son 60 dólares. Cada mes, el gobierno me fachaba 1,940 dólares”.

Susana, informática, labora en una empresa de alimentos radicada en el Mariel y dice que "el propietario es mexicano y por cada especialista, al gobierno le paga casi cuatro mil dólares. Existe una legislación especial para los trabajadores del Mariel, considerada zona franca, donde por cada dólar el Estado te paga dos pesos. En otras firmas extranjeras y misiones en el exterior el despojo es aún mayor. La gente está muy descontenta. Quiere cobrar en dólares, pagar un impuesto razonable y administrar sus salarios como les dé la gana”.

Ni Susana ni Diosbel han pensando en demandar a las autoridades por explotación laboral. “En Cuba los militares poseen el bate y la pelota. Si te quejas, el primer rebote lo vas a dar a Villa Marista y te acusan de contrarrevolucionario. Nadie está pa’ buscarse un lío”, indica Diosbel.

Susana reconoce que al igual que mayoría de los cubanos, ella es una analfabeta en materia jurídica y se pregunta: “¿En qué bufete legal voy a hacer la denuncia? ¿Tú crees que un abogado cubano va a acusar al gobierno de explotación laboral? Además del lógico temor, no creo que resuelva nada. Quizás en el futuro muchas personas, afectadas como yo, que trabajaron en empresas extranjeras puedan denunciar a las autoridades por despojarnos el 90 por ciento de nuestros salarios. Ahora es perder el tiempo”.

Selma quisiera buscar asesoría jurídica "para demandar al gobierno, a ETECSA, a la empresa mexicana CITEL y la italiana STET por explotación laboral. Llevo 36 años trabajando en telecomunicaciones. Cuando comencé, aun no existía ETECSA. La empresa se fundó en 1994. El primer socio extranjero fue la empresa mexicana CITEL. El dueño era Mario Vázquez Raña, amigo de Fidel que dirigía también una organización deportiva. Mi sueldo como especialista entonces era de 1,500 dólares. La empresa mexicana le entregaba mi salario al gobierno y este a su vez me pagaba 430 mensuales", explica y añade:

"Después la empresa italiana compró las acciones de CITEL y mi salario subió a 2,500 euros. Pero yo seguí cobrando 430 pesos más 27 cuc (pesos convertibles) de estimulación. Eso fue hasta 2011, cuando se fueron los italianos. Actualmente la empresa es cien por ciento cubana. Está bajo el control de los militares. Y no nos pagan divisas. Resumiendo: en 18 años que trabajé para una empresa extranjera el gobierno se quedó con el 98 por ciento de mi salario. Según rumores de pasillo (las estadísticas son secretas), hasta 2020, ETECSA ingresaba entre 900 y 1,200 millones de dólares anuales por ventas de servicios, y a los trabajadores no se les paga ni un dólar. En el futuro quiero demandar al gobierno”.

Tras tres años de investigaciones, la organización Prisoners Defenders radicada en Madrid, ha reunido 1.111 testimonios de profesionales contratados en el exterior por el régimen castrista. 900 de los denunciantes son testigos protegidos. Entre ellos hay médicos, entrenadores deportivos, músicos, arquitectos, marineros y camareros de cruceros de lujos. Exportar mano de obra barata probablemente es el negocio más rentable de la dictadura cubana. En 2018 el régimen ingresó 8.500 millones de dólares solo por la exportación de servicios médicos.

Un cirujano dijo que en sus tres años de trabajo en Qatar, "el gobierno me pagó menos del 15 por ciento de mi sueldo. Mi salario era de 10 mil dólares. Me pagaban 1,300 dólares al mes para gastos en un país donde una botella de agua mineral cuesta 5 dólares. Y era de los mejor pagados, pues colegas de otras misiones médicas cobran entre un cinco o diez por ciento de sus salarios en divisas”.

El cirujano considera que “por el desconocimiento jurídico y la necesidad que tenemos en Cuba de ganar algunos dólares para resolver el montón de problemas familiares acumulados que tenemos, las autoridades se aprovechan de esas necesidades y te ofrecen contratos con condiciones leoninas. Luego te dicen que lo invierten en Salud Pública, pero los hospitales están deteriorados y sin el equipamiento adecuado”.

Serguey, residente en Estados Unidos, trabajó ocho años en una empresa petrolera en Luanda y asevera que el gobierno de la Isla “me robó el 90 por ciento de los ocho mil dólares que me pagaban. En aquellos tiempos uno estaba adoctrinado. Los comisarios que nos vigilaban te decían que ese dinero que nos quitaban era para desarrollar la economía. Mientras el país se caía a pedazos y los cubanos vivían cada vez peor".

Gerardo, abogado, afirma que “las denuncias de abogados disidentes en instancias internacionales ha visibilizado el fenómeno y es una de las causas de por qué Estados Unidos tiene a Cuba en la lista de países que cometen trata de personas. Además de despojarle la mayor parte de la remuneración que reciben los cooperantes, el gobierno cubano retiene sus pasaportes, algo que está prohibido en la legislación internacional, y usan a sus familias para presionarlos y que no abandonen la misión. Si deciden marcharse les impide entrar al país durante ocho años”.

En su opinión, esa evidente violación de los derechos humanos, conseguirá que a mediano plazo "se multipliquen las demandas en materia de explotación laboral contra las autoridades cubanas y también contra las empresas extranjeras de naciones democráticas que han invertido y siguen invirtiendo en la Isla. Porque han transgredido deliberadamente normativas internacionales y son cómplices en esa explotación laboral. Y llegará el día que el gobierno tenga que pagar a ciudadanos cubanos por las confiscaciones de sus propiedades y negocios decretadas por Fidel Castro”.

Cuba, incluso con un gobierno democrático, tendrá que lidiar en el futuro con miles de demandas, tanto de ciudadanos cubanos como de empresas y bancos extranjeros, para compensar las expropiaciones, robos de salarios y el pago de deudas millonarias.

Parodiando el chachachá El bodeguero, de Richard Egües (durante muchos años flautista de la Orquesta Aragón), que el régimen cubano tome chocolate, pero que pague lo que debe.

Iván García
Foto: Tomada de la revista mexicana GQ.