En junio de 1898, Estados Unidos ocupó la bahía de Guantánamo y mediante la imposición de la Enmienda Platt lograron que el 23 de febrero de 1903 se les otorgara el arrendamiento perpetuo del lugar, un área de 117,6 kilómetros cuadrados, de los cuales sólo 49,4 están en tierra firme.
Uno de los argumentos más reiterados sobre este tema por los dirigentes cubanos es la presunta ilegalidad del enclave militar. Presunta porque si bien es cierto que la Base Naval surgió debido a una imposición, en 1934 ambos gobiernos anularon la Enmienda Platt y prorrogaron la permanencia estadounidense mediante un nuevo tratado, que reunió todos los requisitos y cumplió las formalidades exigidas por el derecho internacional, no existiendo ninguna causal de nulidad.
¿De qué ilegalidad hablan entonces los comunistas? Cuando se habla del papel jugado por Estados Unidos en Guantánamo, nunca se dice que el poblado de Caimanera existe gracias a la Base Naval ni se mencionan los aspectos positivos que ese enclave militar ha traído para Cuba.
En una entrevista concedida al periódico Juventud Rebelde, el historiador de la ciudad, Eusebio Leal, reconoció que antes de 1959 la Base fue una fuente de empleo para miles de cubanos y caribeños y tuvo una beneficiosa influencia económica. Según sus palabras, en los años 50, aportaba a Guantánamo no menos de 21 millones de dólares anuales, una cifra extraordinaria en cualquier época.
Con posterioridad a 1959 se redujo drásticamente la contratación de personal cubano, que se mantuvo hasta pocos años atrás. En la década de 1990, la Base se convirtió en campamento para los cubanos que se lanzaron al mar durante la crisis de los balseros y en estos 56 años de gobierno comunista, ha sido un refugio seguro para miles de compatriotas.
Las recientes conversaciones entre Estados Unidos y Cuba ha recolocado el tema de la Base en el colimador de los cubanos, sobre todo entre los que vivimos en esta zona del país.
Numerosos descendientes de trabajadores de la Base podrían recibir cuantiosas sumas de dinero que permanecen congeladas en bancos estadounidenses debido al embargo. También se especula acerca de que la Base se convierta nuevamente en una fuente de empleo para los guantanameros, algo que sería muy saludable para una de las provincias más abandonadas y pobres del país.
Entre febrero y marzo de este año, realicé una encuesta a 111 guantanameros. La tercera y última parte estuvo dedicada a la Base Naval. Al respecto, 50 de los encuestados (45.04%) consideraron que la Base ha tenido una influencia económica favorable en la ciudad, mientras 60 (54.05%) opinó lo contrario. Un encuestado prefirió no responder.
Al ser preguntados si desean que los norteamericanos devuelvan la base sin que se produzcan cambios políticos en Cuba, 57 (51.35%) respondieron afirmativamente mientras que 52 (46.84%) desean lo contrario. Dos encuestados no respondieron.
Con respecto al uso que el gobierno cubano le daría a la base en caso de que fuera devuelta por los norteamericanos, 42 encuestados, (37.83%), estiman que sería militar mientras que 58 (52.25%) consideran que sería civil, señalando entre los posibles usos una zona franca, un centro turístico o una zona industrial. Once encuestados no se pronunciaron.
Acerca de si el pueblo de Guantánamo se beneficiaría con la entrega de la base 59 (53.15%) estiman que sí, mientras 47(42.34%) consideran lo contrario. Cinco no respondieron.
De los 111 encuestados, 106 (95.49%) expresaron que la solicitud de mano de obra cubana por la parte norteamericana sería bien vista por los guantanameros. Sólo 3 respondieron negativamente y dos rehusaron contestar.
A su vez, 98 personas (88.28%) se pronunciaron por la contratación directa y libre en caso de que la Base vuelva a solicitar trabajadores cubanos, lo cual demuestra el rechazo hacia las agencias de empleo del gobierno, las que explotan a los trabajadores al apropiarse de gran parte de los ingresos que les pagan las empresas extranjeras. 104 de los encuestados (93.69%) consideran que si eso ocurriera, tendría un impacto favorable en la ciudad de Guantánamo.
Al preguntarles si verían con agrado la visita de los marines yanquis en la ciudad, 67 (60.36%) respondió afirmativamente, mientras que 41 (36.93%) respondieron negativamente y tres optaron por el silencio.
Según una fuente, en días recientes fue aplicada una encuesta similar a ésta en la Universidad de Guantánamo. Los resultados habrían provocado alarma entre los funcionarios del partido, quienes comentaron que el trabajo político ideológico era muy débil allí.
Ojalá que los gobernantes cubanos escuchen los deseos del pueblo y enrumben al país hacia la normalidad y la democracia.
Roberto de Jesús Quiñones Haces
Cubanet, 11 de mayo de 2015.
Foto: 1960. Marines revisan a obreros cubanos después de éstos terminar su jornada en la Base Naval de Guantánamo. Tomada de Wall Street Journal.
Ver también: Base de Guantánamo, años 60.