domingo, 23 de octubre de 2011

Seguir las Grandes Ligas, una aventura en Cuba


La información beisbolera en la isla vale oro. Joel, 28 años, paga 5 pesos convertibles (algo más de 6 dólares) a un vecino suyo que trabaja en el aeropuerto internacional José Martí para que le traiga prensa deportiva española, brasileña o norteamericana que se roba de los aviones.

Luego de informarse cómo marchan las Grandes Ligas, NBA, ligas de fútbol europeas y preparación del once brasileño para la Copa América, Joel le presta los periódicos a sus amigos de una peña deportiva para que se pongan al corriente.

A falta de información deportiva, sobre todo del deporte en Estados Unidos, la gente en Cuba se las arregla para no estar desactualizado. Tomás, 33 años, informático en una empresa con acceso a internet, se pasa media jornada laboral copiando informaciones deportivas y estadísticas de las Mayores.

“Cuando los jefes no andan cerca y la conexión es fluida, bajo juegos de beisbol, fútbol o baloncesto de la NBA. Luego se lo vendo a dos ‘chavitos’ (tres dólares) cada partido, a un tipo que se dedica a alquilar videos”, confiesa Tomás.

En la isla, los empleados y funcionarios que en sus puestos de trabajo tienen internet, deben firmar un código de ética donde se comprometan a no visitar páginas “contrarrevolucionarias” como El Nuevo Herald, Diario de Cuba o blogs alternativos.

Tampoco pueden hacer uso de una cuenta de correo internacional o bajar información o videos de la red. Pero en la isla, las leyes están para violarlas. Al menos así piensa Dagoberto, un arrebatado al béisbol estadounidense.

Y lo primero que hace cuando prende el ordenador en el hotel donde labora, es conocer los resultados y sucesos de la última jornada de las Grandes Ligas. Después, en una memoria copia todo lo que puede sobre béisbol, baloncesto, atletismo y fútbol. Busca estadísticas actualizadas acerca del desempeño de peloteros cubanos que han desertados y juegan en organizaciones de las Mayores.

Por la tarde, toda esa información corre de boca en boca entre sus amigos del barrio, sedientos de saber los últimos acontecimientos del deporte en Estados Unidos y el mundo. Para burlar la malla de censura y los controles en la red, Dagoberto ha creado una serie de atajos y proxis indetectables para su servidor.

Los espacios deportivos en los medios locales no brindan informaciones de la Grandes Ligas ni la NBA. Dos de las pasiones de muchos en la isla. La emisora capitalina C.O.C.O, en un programa nocturno llamado Tribuna Deportiva, lo intentó por un tiempo.

Su conductor, Yasel Porto -junto a Reinier González, Porto figura entre los periodistas cubanos más informados y con más conocimientos del béisbol de Estados Unidos- tenía una sección del béisbol mundial donde daba detalles y estadísticas de las ligas japonesas, sudcoreana y estadounidense.

Según una fuente, la dirección de la emisora prohibió la sección. Y Porto cambió el perfil de su espacio. Ahora comenta sobre luminarias del béisbol profesional criollo antes y después de Castro, aunque a ratos, desliza información del acontecer en el mejor beisbol del mundo.

Las noticias del béisbol jugado en otras latitudes es casi una herejía en Cuba. Oficialmente se suministra a cuentagotas. A pesar de ser una nación que respira béisbol, el fanático local es de los más desinformados del planeta en materia de pelota y baloncesto profesional.

Tienen que hacer mil piruetas. Burlar cercos informativos, censuras o robar prensa en los aeropuertos. O convertirse en hacker, como Dagoberto, que accede a noticias deportivas sin dejar trazas, para no ser detectado por la policía virtual que desde hace un tiempo se ha montado en el país.

Otra forma de estar actualizado del acontecer del deporte profesional en Estados Unidos es mediante las ilegales antenas de cable, que por diez pesos convertibles, (12 dólares) te permiten seguir las noticias de la gran carpa.

Incluso, en ciertos barrios habaneros, tipos como Gregorio, 46 años, dueño de tres antenas clandestinas que le dejan mil dólares mensuales, por 15 ‘chavitos’ (20 dólares) al mes alquila exclusivamente ESPN a los amantes del deporte.

Y créanme, son bastante los cubanos que pagan el servicio. A costa de ciertos sacrificios, es verdad, como dejar de comprar comida o llevar a pasear a sus hijos. Pero hay fans al béisbol en La Habana que piensan vale la pena.

Iván García
Foto: Derek Jeter (http://en.wikipedia.org/wiki/Derek_Jeter), capitán de los Yankees de New York.

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