lunes, 20 de junio de 2016

Esteban o el sueño de un niño cubano


Esteban se titula la ópera prima de Jonal Cosculluela. Se trata de un drama intimista sobre un niño de diez años que descubre casualmente su talento musical y se enamora del piano. Es una historia de imposibles posibles que aborda la perseverancia y determinación del protagonista para alcanzar sus sueños.

La historia de Esteban es una historia sencilla, que bien pudo ser el relato de la infancia de alguno de nuestros grandes músicos. El filme, coproducido por el Instituto Cubano de la Música y RTV Comercial y bajo el auspicio de la Asociación Hermanos Saíz, de 90 minutos de duración, podrá apreciarse muy pronto, pues ya su equipo se encuentra finalizando la fase de postproducción de sonido.

¿Cómo surge la idea de realizar este filme?, le preguntamos a Cosculluela, su director.

-Recibo el guion de Amílcar Salati, un guionista de televisión para hacer un teleplay (adaptación televisiva). En un inicio, sería una adaptación para la pequeña pantalla. La idea de llevarlo al cine fue de Vilma Montesinos, de la Casa Productora del ICRT. Entonces empezamos a trabajar en esto hace tres años, buscando financiamiento.

-Fue muy difícil conseguir el presupuesto para el filme porque es una de las pocas películas contemporáneas que carece de sexo, lenguaje de adultos y violencia, por tanto puede ser apreciada por todo tipo de público y esto nos obligó a tocar muchas puertas. Pero el filme corrió con suerte porque enamoraba a todos por lo sensible del tema abordado. Una vez que tuvimos el dinero, que no fue un gran presupuesto ni mucho menos, sino bastante modesto, empezamos a trabajar en el guión.

-Como el texto era para televisión, tuvimos que convertirlo al cine. Aunque cada día se desdibujan más las fronteras entre los dos medios, aún existen ciertos códigos que los diferencian. Cada uno tiene sus especificidades, su tiempo, su fotografía y la forma de suministrar la información a los espectadores es distinta.

¿Qué cuenta la historia de Esteban?

-Si te tuviera que resumir el filme en una oración sería con una frase popular: “no sabía que era imposible y por eso lo hice”. Es una historia sobre los sueños, no dejar vencerte y hacer cada día algo por alcanzar tus objetivos. No creo en los obstáculos sino en la perseverancia. El filme narra cómo el sueño de convertirse en pianista de este niño se realizó a pesar de que la madre estaba en contra.


-En la Cuba de hoy, con tantas carencias y dificultades, las clases de piano son muy costosas y los padres quieren que los hijos se dediquen a algo más práctico que dé dinero de una forma inmediata. Las limitaciones mentales de la madre no le permitían apreciar el talento de su hijo y verle futuro a una carrera de músico.

-Esta historia va de no perder los anhelos y de los procesos de alcanzarlos. Es un canto a la realización profesional, a la vocación porque las personas realizadas siempre tienen una sonrisa en el rostro y algo que aportar, a diferencia de los frustrados. No abandonar los sueños aunque parezcan imposibles, eso es lo más importante.

¿Cómo fue la selección y el trabajo con los actores?

-Manuel Porto es el profesor de piano, Yuliet Cruz es la madre del niño, la hija del profesor es Mónica Alonso, Ismael Isaac, el padre, estos últimos se encontraban residiendo en el exterior y tuve la suerte de contar con ellos. Encontrar al niño fue todo un reto, un niño de raza negra, entre ocho y diez años que tocara piano y que no fuera actor fue complejo. El seleccionado fue Reynaldo Guanche. Gracias a la Asociación Hermanos Saíz lo encontramos.

-Hicimos un casting muy numeroso y este niño me gustó desde que le hice la primera entrevista. Al final seleccionamos a cinco niños y los insertamos en un taller de actuación porque había que prepararlos, si no era un riesgo enorme de que todo saliera mal, porque en ese personaje descansa gran parte de la trama.

-Este niño para mí es todo un héroe. No tuvo vacaciones, estuvo con nosotros todo el tiempo, entrenando el tema musical compuesto por Chucho Valdés, que aunque le pedí que lo compusiera de la forma más simple posible, porque el niño debería interpretarlo en escena, siempre la obra de este maestro tiene su complejidad. Convertimos a Reynaldo en parte de nuestra familia, porque lo tuvimos casi todo el tiempo con nosotros.

Se dice que dirigir niños constituye uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta un realizador...

-Lo primero que me planteé fue desarrollar una buena relación personal con el niño antes de que este se adentrara en el personaje y luego seguir apoyándolo en todo. Otra estrategia que me tracé fue la de buscar actores consagrados con una carrera sólida para que no hubiera ningún bache y se mantuviera alto el nivel de actuación de la película.

-Esto me sirvió para poder dedicarme de lleno a trabajar en la actuación del niño, sin tener que esforzarme demasiado con los otros intérpretes, más experimentados. Más bien buscar que la esencia de la escena estuviera más que en la actuación, que él tuviera el sentimiento que debía llevar cada secuencia, ésa fue mi intención. En ocasiones él estaba libre hasta del texto y podía improvisar siempre y cuando tuviera esa coherencia.

Viva Cuba, La edad de la peseta, Conducta, Y sin embargo… son algunos de los recientes largometrajes protagonizados por niños. Según el género y las especificidades de su historia ¿cómo cree que se inserte el filme dentro de esta reciente tendencia del cine cubano?

-Puede tener puntos en contacto con muchas de las películas cubanas que le precedieron, sobre todo con los dramas. Tiene referentes cinematográficos sin temor a mencionarlos que son coherentes en cuanto a despertar sensaciones, pasiones, sentimientos y convocar a la reflexión.

-También tiene muchos referentes literarios porque desde Sófocles, Eurípides y Esquilo aquí no hay nada nuevo, lo novedoso consiste en la forma de hacer, la manera de contar la historia y la puesta en escena. Trabajamos con un tipo de fotografía distinta a la que sabemos se está manejando en el actual cine cubano, el montaje es también diverso.

-Es una película sin grandes pretensiones, un melodrama con un final muy esperanzador y un mensaje hermoso. Identificarse con la película será algo sencillo porque a todos, de una forma u otra, nos toca.

¿Qué destacaría de Esteban?

-Las actuaciones, sin duda alguna. Todas estuvieron muy bien. El niño fue toda una revelación y también la interpretación de Yuliet, memorable. Ella encarnó el personaje de una forma magistral, a veces no sabía si estaba hablando con Yuliet o con Miriam. Se metió muy bien en su piel, ella es madre en la vida real y sus experiencias personales contribuyeron a esta construcción.

-También se prendió del personaje porque le encontró muchos puntos en contactos con su propia madre y a partir de ahí lo asumió. Manuel Porto es uno de los mejores actores cubanos en este momento, se sintió identificado con el personaje a pesar de nunca haber desempeñado ninguno similar durante su trayectoria. Me dijo cuando lo llamé: “tú tienes que estar loco en proponerme un profesor de música porque no se tocar nada de nada y jamás he cantado”.

-Se identificó con el personaje y eso fue lo más importante. Lo pusimos a dar clases de piano y descubrieron que tenía talento, que afina y que puede hasta a cantar. Ahora Porto está haciendo una novela en la que canta, por tanto le sirvió lo aprendido en esta producción para su carrera.


¿Cómo logró sumar a Chucho Valdés al proyecto?

-Como Esteban, soy una persona que siempre está soñando y tengo una productora, Maritza Ceballos, que es increíble. Yo sueño y sueño y ella se encarga de aterrizarme y de decirme hasta donde dan nuestras posibilidades reales. Un día estábamos en un Festival del Habano donde también estaba Chucho Valdés y le digo a Maritza: "Si la música de la película me la hiciera Chucho".

-De inmediato ella se levantó y fue a conversar con Chucho y le plantea el proyecto. Acordamos vernos en su casa, le llevé el guión y le encantó el proyecto y me dijo que quería ser parte de él.

-Con su participación, se abrieron más puertas y su presencia fue un plus a la hora de distribuir la película, pues yo soy prácticamente un desconocido en el medio. Pero cuando lees en los créditos que la música en su totalidad es compuesta e interpretada por Chucho Valdés es todo un honor. Se adentró en la historia y la hizo suya.

Cecilia Crespo
On Cuba Magazine, 3 de enero de 2015.

Nota.- Cuando la periodista realizó esa entrevista, en enero de 2015, no pensó que la película demoraría más de un año en estrenarse. Finalmente, la premier de Esteban tuvo lugar la noche del miércoles 13 de abril de 2016 en la sala Chaplin, en la Calle 23 entre 10 y 12, Vedado, La Habana (TQ).

1 comentario:

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