jueves, 21 de septiembre de 2017

¿Se destapó la caja de pandora racial?



Un supuesto acto de discriminación racial perpetrado por el chofer de un almendrón (auto particular) contra la joven Yanay Aguirre Calderín, en Marianao, y publicado el pasado día 2 de julio en la sección Buzón Abierto del semanario Trabajadores, abrió al público la caja de pandora de la discriminación por el color de la piel, con cierta repercusión a nivel nacional.

Según denunció Yanay, al advertirle al chofer que se bajaría una parada después de lo acordado, éste le respondió en forma descompuesta que “cada vez que se montaba un negro en su carro era lo mismo y por eso no los soportaba”, y que al llamarlo falta de respeto la obligó a bajarse, no sin antes decirle que en su auto no quería negros.

Este incidente puntual, más allá de los mensajes de solidaridad con la joven, residente en Artemisa y estudiante de la carrera de derecho en la Universidad de La Habana, y de repudio en contra del conductor del auto, es sólo la punta del iceberg de la discriminación existente en Cuba, que con diversos matices, suceden a diario en la vía pública, un centro laboral o estudiantil, una firma extranjera, un programa de televisión y en el barrio, a lo largo y ancho del país.

De acuerdo con un artículo posteriormente publicado con el título No basta con el repudio, la denuncia por discriminación racial efectuada por la joven Yanay había recibido decenas de comentarios en el sitio web de Trabajadores, así como en su sección Buzón Abierto, donde también llegaron numerosas llamadas repudiando una actitud y comportamiento imperdonables y repelidos en Cuba y en cualquier parte del mundo.

El semanario también señaló que el caso fue llevado ante Atención a la Ciudadanía de la Fiscalía General de la República, y se hizo la denuncia en la Dirección General de la Policía, donde el supuesto hecho fue tipificado como Delito Contra el Derecho a la Igualdad, por lo que el conductor del auto está sujeto a una investigación preliminar.

Sepultada bajo más de cinco décadas de manipulaciones, mentiras y otros paletadas de olvido revolucionario, la discriminación racial se corporiza y anda entre los escombros de una sociedad forjada sobre el ocultamiento de sus males y el espejismo de un devenir integrador, cuando la realidad desentierra a cada paso, un acto de racismo en el país.

Un hombre de la raza negra, de unos 70 años, quien a un costado del estanquillo de prensa ubicado en Zanja y Hospital, Centro Habana, revendía ejemplares de Trabajadores, en voz alta pregonaba: “¡Vaya!, coge tu negrita cimarrona aquí”, en referencia al artículo sobre Yanay.

El revendedor fue interpelado por una señora que le advirtió: “Mi viejo, esa es una expresión de racismo, y como el chofer, también puede ser empapelado y quién sabe si van los dos a prisión”. El hombre le respondió: “Señora mía, estoy preso en esta piel desde que nací, y muy mal que me va por no tener el valor de rebelarme como Yanay”.

Y agregó: “Ser cimarrón es un mérito en esta sociedad de aguantones y mira-pa-un-lao. ¿O usted no ve cómo cada día nos afrijolan más, nos tiran más pal rincón, ante la vista de todos y no pasa ná. De ahí que admire a la jovencita por su valor de denunciar, aunque no creo que todo lo dicho sea verdad. Hay que oír la versión del chofer. Existe racismo a tutiplén, pero la gente lo disfraza o cantinflea como la ideología y la opinión”.

Como si hubiera sacado una bomba casera de la especie de zurrón en que portaba los periódicos, varias personas que aguardaban el paso de un ómnibus por la parada de ese lugar, dieron un paso atrás y se alejaron del señor, que sonriente continuó pregonando: “¡Vaya! Coge tu negrita cimarrona aquí. ¡Vaya! Coge tu negrita cimarrona aquí”.

Lo cierto es que el acoso policial a jóvenes de la raza negra que a diario circulan por la capital, el nivel de precariedad en que subsiste la mayoría de negros y mestizos en el país, y la impronta de un racismo soterrado que hoy sale de los oscuros salones de la academia más allá de las manifestaciones del folklor y toma panaderías, calles, parques y esquinas de la ciudad, es un trepidante eco que pronto se extinguirá.

Casualidad, azar del destino o influencia de los ancestros africanos, en el momento que ocurrió este incidente discriminatorio en La Habana, un grupo de intelectuales, antropólogos, sociólogos y otros sabichosos cubanos, casi de forma clandestina, en la intimidad del salón Martínez Villena, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en El Vedado, debatían el tema “El color cubano hoy: situación, alcances y perspectivas”.

Ojalá hagan un tiempito en sus ardorosos debates y se monten en un almendrón, se den una vueltecita por el bulevar de San Rafael, se paren frente a la estación de policía de Zanja y Lealtad, dirijan sus inmaculados pies por los cimientos de una construcción cualquiera, puedan recorrer sin previo aviso las cárceles Combinado del Este o Nieves Morejón y verán como allí el mosaico cultural que dibujan en su imaginación adquiere un solo color: el negro.

Víctor Manuel Domínguez
Cubanet, 24 de julio de 2017.

Foto: Según el último censo, realizado en 2012, de los 11,2 millones de habitantes que tiene Cuba, el 9,3 por ciento pertenece a la raza negra y el 26.6 por ciento es de piel mestiza. Tomada de IPS.

1 comentario:

  1. Me parece bien el racismo sea condenado, todos de algun u otro modo hemps sido victimas de él y es repugnante q suceda.
    Pero en el caso muy particular de Cuba, pregunto...y cuando las autoridades del régimen y su fiscalía, darán curso legal como arece ser q estan dandole a este caso, a las flagrantes violaciones a las libertades, a los derechos ciudadanos y anla dignidad humana, q ese mismo régimen comete a diario contra el pueblo cubano?
    No seria mejor comenzar por ahí?
    En pais esclavizado por una mafia corrupta y violadora impune de todas las libertades de sus ciudadanos, un supuesto hecho como el del taxista, es nada, pero nada, comparado con la descriminacion habitual y manofiesta de la tirania contra todos sus ciudadanos?!

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