lunes, 15 de abril de 2019

Luis David Fuentes, habanero y kentubano




Me llamo Luis David Fuentes. Nací en 1972 en La Habana. Me gradué como ingeniero mecánico en la CUJAE en 1995 y dos años más tarde emigré a Chile. Hasta lograr trabajar como ingeniero, fui vendedor a domicilio y portero en centros nocturnos. .

En el 2000 vine para Estados Unidos y me establecí en Frankfort, capital del estado de Kentucky, donde pretendía estar dos o tres años, con el objetivo de aprender el idioma y la verdadera cultura estadounidense y luego establecerme en Florida. Han transcurrido 19 años y aún vivo en Kentucky, con la familia que constituí: mi esposa Yamilet y mis dos hijos Fernanda y Luis Manuel, de 15 y 12 años respectivamente.

Los primeros años en Kentucky fueron muy difíciles. Trabajé en una factoría barriendo el piso por $7/hora. A los pocos meses logré obtener un puesto mejor como Coordinador Ambiental, a cargo del cumplimento de las regulaciones estatales para la emisión de desechos y contaminantes al aire y al agua. Entre el 2002 y 2006 me dediqué a estudiar durante las noches y fines de semana para tratar de revalidar el título de ingeniería. Luego de los dos exámenes correspondientes, me convertí en Ingeniero Profesional en la especialidad de Ambiente.

En 2006 comencé a trabajar para el gobierno de Kentucky, en el Department of Environmental Protection como Ingeniero Profesional Ambiental, actividad que realicé por casi once años, hasta que en el 2017 decidí dedicarme a tiempo completo a ayudar a la comunidad cubana de Kentucky a través de la publicación El Kentubano.

Cuando en el 2000 llegué a Kentucky, el número de cubanos no pasaba de 500, pero en 2006 ya existían cerca de 5,000 cubanos, la mayoría procedentes directamente de la Isla, ubicados por las agencias locales de ayudas (Kentucky Refugee Ministries y la Catholic Charities). Lo que más necesitaban esos recién llegados era información básica (cómo abrir una cuenta bancaria, sacar la licencia de conducir, obtener un seguro de auto, pagar impuestos), cosas que son completamente nuevas para quienes procedemos de Cuba.

Por esa razón tuve la idea de imprimir un tabloide con informaciones les orientaran, pero que a la vez contuviera secciones sobre Cuba que les ayudaran a mantener vivas nuestras raíces, historia, arte, deporte, chistes, opiniones, entrevistas... En agosto del 2009 nació El Kentubano, el apodo que le puse a mis dos hijos cuando nacieron, la combinación de Kentucky y Cuba.

El primer número de El Kentubano fue de 1,000 copias y de 20 páginas, y a pesar de lo rústico y poco profesional fue inmediatamente aceptado como una referencia obligada para los cubanos que llegaban a Kentucky y también para los que ya aquí vivíamos. Mes tras mes fue creciendo en páginas y secciones, así como en calidad de papel, contenido y diseño. La publicación es gratuita, financiada por patrocinadores o anunciantes y se distribuye en los lugares donde concurren cubanos (tiendas, restaurantes, mercados, oficinas de trámites, notarias, agencias de viajes y de seguro).

Con el paso del tiempo, más cubanos han continuado llegando a Kentucky, principalmente a Louisville, la ciudad más grande del estado, atraídos por los precios más baratos de propiedades, rentas, seguros, impuestos. También por los mayores salarios y mejores oportunidades, si se compara con Florida. En la actualidad se estima que la cantidad de cubanos en Louisville sobrepasan los 25,000, aunque la cifra no será definitiva hasta el Censo Nacional del 2020.

En los últimos años, los cubanos han sido el grupo emigrante de mayor crecimiento en Kentucky, y la ciudad de Louisville está entre las primeras ciudades, después de Miami, con mayor número de compatriotas. Además, este grupo tiene una característica muy especial, a pesar de venir directamente de Cuba, con conocimientos muy limitados en casi todas las esferas y valores resquebrajados producto del desastre social cubano, es una comunidad muy pujante y emprendedora. A los pocos años de estar lidiando con el frío, el idioma inglés y costumbres muy distintas, se involucran rápidamente en la sociedad, aspiran a cargos más calificados, compran sus casas, envían sus hijos a las universidades y tratan de abrir un negocio propio.

Como resultado, se pueden encontrar muchas tiendas, restaurantes, oficinas y otra infinidad de pequeños negocios de cubanos, así como muchos profesionales (médicos, dentistas, oficiales de policía, ingenieros, abogados, informáticos) ocupando importantes cargos en grandes compañías o en oficinas estatales. Sin temor a equivocarme, pienso que la comunidad cubana de Kentucky es una de las más prósperas de los Estados Unidos, y es per cápita, donde mayor cantidad de pequeños negocios cubanos existe en todo el mundo.

Actualmente la revista El Kentubano imprime 10,000 ejemplares mensuales, con 90 páginas de variadas secciones, fundamentalmente dirigidas a ayudar a la comunidad cubana, exaltar sus éxitos y acciones positivas y a promover los pequeños negocios en el idioma español.

El equipo de producción de El Kentubano es muy pequeño: una diseñadora (Elizabeth Alarcón), una periodista local (Yany Diaz), y una distribuidora (Yunixsi Tamayo). En los primeros siete años tuve que hacer todo, excepto el diseño. Escribía, hacía entrevistas, editaba, buscaba patrocinadores, distribuía la publicación... Fue una tarea titánica, pues en la medida que crecía la publicación menos tiempo yo tenía para descansar, y tampoco quería robarle tiempo a mi familia, especialmente a la educación y el deporte de mis hijos.

Con tantas responsabilidades, dormía solo unas cuatro horas diarias. Esa fue la razón por la que hace dos años decidí hacer una pausa en mi trabajo como ingeniero y dedicarle mayor cantidad de tiempo a la comunidad a través de El Kentubano y la Asociación Cubano Americana de Kentucky (ACAK), creada hace poco más de un año con un grupo de excelentes personas que desinteresadamente y con sus propios recursos sirven y representan los intereses de nuestra comunidad. En 2018 realizamos varias conferencias y entrenamientos gratis para personas recién llegadas, peñas literarias, campeonatos de dominó, conversatorios políticos... Logramos que el Gobernador Matt Bevin, recibiera a cerca de 200 líderes cubanos y dueños de negocios en su mansión, en una recepción en reconocimiento a nuestro aporte económico y cultural al estado de Kentucky.

En lo personal estoy muy orgulloso de haber creado una publicación que ha beneficiado a miles de cubanos que han escogido Kentucky como su nuevo hogar. Una revista que cada mes se esmera en difundir las cosas positivas de una comunidad que desafortunadamente ha tenido que abandonar su patria a causa de un sistema que ha sumido en la pobreza a la mayoría de la población, establecido una economía paupérrima, acabado con los valores sociales y limitado las libertades individuales y ni siquiera permite sugerencias de cambio.

A través de todos estos años, he sido honrado con varios premios y reconocimientos, entre ellos: Mosaic Award, concedido por Jewish Family and Career Services of Louisville (2015), Kentucky Minority Owned Small Business of the Year, otorgado por el gobierno de Kentucky y U.S. Small Business Administration (2017) y Annual Incredible Award for Inclusion and Diversity, de la ciudad de Louisville, Kentucky (2018).

También en 2018 fui nombrado por el Gobernador de Kentucky como uno de los Comisionados de la Comisión de Derechos Humanos (Humans Rigths Comission) del estado, puesto en el que orgullosamente represento los intereses de la comunidad cubana y a través de la cual sirvo al resto de los ciudadanos. Una muestra del agradecimiento que le profeso a Estados Unidos y especialmente al estado de Kentucky.

Luis David Fuentes
Video: Del programa Cubanos en Kentucky, realizado en 2013 por el programa Punto Final de Miami.


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