lunes, 1 de noviembre de 2021

Patria y Vida, camino del Grammy y fuera del Granma

Un gobierno acobardado por una canción, concluyen cancillerías y academias culturales, ante la desproporcionada reacción de la dictadura más antigua de Occidente frente a Patria y Vida, ordenando a la EGREM y a la prensa estatal que financia, eliminar la canción de la lista de nominados cubanos a los premios Grammy Latino 2021, haciéndola brillar por su ausencia.

El periódico Granma censurando y agrediendo a cubanos nominados a los Grammy, porque "aquí todo el mundo censura", como alardeó el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, cuando hace un tiempo anunció el cierre del sitio digital OnCuba que, afortunadamente, nunca materializó, y mantener en la cárcel a Maykel Osorbo, uno de sus autores.

Si el gobierno no hubiera reaccionado cual Capuletos ante Montescos, Patria y Vida no habría alcanzado la dimensión mundial que ahora tiene, como símbolo de libertad y desgaste del poder sexagenario, pero Díaz-Canel y su combo ya tocan a ritmo de Kid Gavilán y disparan a todo lo que se mueve para aliviar el miedo político con que viven.

Que Patria y Vida esté entre los nominados a los Grammy Latino, cuya ceremonia de premiación tendrá lugar el jueves 18 de noviembre en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, responde a la libre elección de discográficas. Pero que haya sido borrada en el listado de la EGREM sobre el más importante premio musical del mundo y la renovada comunicación social financiada por el partido comunista haya hecho mutis por el foro, es responsabilidad de Díaz-Canel, máximo dirigente político de Cuba.

Las piruetas en política salen caras, especialmente cuando los protagonistas fingen. Y los cubanos ya no saben si creerse al mandatario que asistió al concierto de Gente de Zona en La Habana o al que acusó de mal gusto musical al presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle, en la reciente cumbre de CELAC. Un presidente que -actuando delicitivamente- llamó a la guerra civil el 11 de julio y que mantiene en su nómina a un Ministro de Cultura que golpeó a un periodista para romperle su teléfono móvil y evitar que filmara su reacción ante la protesta del 27N, solo es un rehén de su guapería chabacana e inútil.

Díaz-Canel tiene la rara virtud de meterse solito en las patas de los caballos, cuando reacciona emocionalmente ante desafíos, y los retos del 11J y de la convocatoria a una marcha cívica el 20N, parecen haber bloqueado la capacidad de pensar en el Palacio de la Revolución, donde quizá nadie se atreve a parar la sinrazón e imponer una mirada serena que reconozca la crisis sistémica terminal y su evolución hacia la democracia, la creación de riqueza con justicia social y la libertad, incluida la cultural.

Pero tampoco hay que extrañarse excesivamente por los ataques y omisiones del tardocastrismo hacia Patria y Vida: forma parte del sexagenario gris contra la cultura cubana, silenciando a Félix B. Caignet, Ernesto Duarte, Bebo Valdés, Rolando Laserie, Celia Cruz, Meme Solís, Ela O'Farrill y un largo etcétera, hasta el extremo de cerrar cabarets durante la Zafra de los Diez millones y destruir el Teatro Musical, de viva tradición.

Los crímenes silenciadores contra artistas y músicos forman parte del catálogo totalitario ahora aplicado contra Luis Manuel Otero Alcántara, Mykel Osorbo, Yunior García Aguilera, Tania Bruguera, Hamlet Lavastida, Katherine Bisquet, Yotuel Romero y Gente de Zona.

La diferencia es que antes no habían redes sociales, la mayoría de los cubanos apoyaba a la revolución, despreciando a gusanos y desviados, y el mundo democrático alababa las genialidades de Fidel Castro, cual David contra Goliath, y era cómplice del silencio en torno a la brutalidad en Cuba, salvo honrosas excepciones como Plinio Apuleyo Mendoza, Mario Vargas Llosa y Jorge Edwards.

A Díaz-Canel le tocó bailar con una terrible herencia en todos los ámbitos, incluido el quiero y no puedo reformista de Raúl Castro. Y cuando se pone solemne, suelta obviedades como "hay una obra hecha"; desconociendo que el problema no es constructivo ni histórico, sino de libertad y democracia, de asumir en el ámbito oficial la pluralidad natural de millones de cubanos, que son fraternos, respetuosos y solidarios por encima de militancias políticas.

Débil, muy débil debe sentirse el tardocastrismo, cuando embiste a una canción y el presidente abandona momentáneamente su responsabilidad institucional para devaluarse en crítico musical sectario y violento, desconociendo la máxima martiana de la justicia antes que el arte. Pero Díaz-Canel debe haber leído tan mal a José Martí, que apela al Apóstol como si fuera militante de un núcleo del PCC y no aquel avisador de que la Patria es ara y no pedestal.

Carlos Cabrera
CiberCuba, 1 de octubre de 2021.

Correo enviado desde Miami por el compositor Jorge Luis Piloto: "Es muy importante la nominación de Patria y Vida, es un golpe muy fuerte a la dictadura. También he sido nominado al Latín Grammy 2021, en la categoría Canción Tropical del Año, por Un sueño increíble, homenaje a Jairo Varela. Varela fue el fundador y creador del grupo Niche de Colombia, el número lo canta Charlie Cardona, una de las voces insignes de ese grupo, y la orquesta es la del trompetista cubano Dayhan Díaz, radicado en Colombia hace más de veinte años. Dayhan vivía en Infanta y Cruz del Padre, Cerro. Su padre, Domingo Díaz, gran amigo mío, tocó el bajo en la orquesta del cabaret Tropicana por muchos años con su hermano Yuyo, que es guitarrista".

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