El castrismo siempre ha sido proactivo, ha sabido adelantarse a los acontecimientos para controlarlos, por eso, a diferencia de otras dictaduras que inmovilizan al oponente mediante terror engendrado con violencia, el castrismo se especializa en prevenir cualquier oposición mediante el control de los símbolos, las relaciones laborales, los mitos, la educación, la comunicación, la semántica, la cultura, y todo lo que impida coordinación y acción grupal, dejando a los cubanos, aun en sociedad, aislados entre hipocresía y desconfianza.
Ese monopolio y manipulación de la información que permite un control social tan efectivo es la base del totalitarismo, un Gobierno omnipresente que media toda relación humana y, como Ojo de Saurón, envía sus orcos —policías, chivatones, militares, jueces, burócratas— para abortar cualquier conato de oposición apenas surja, sin esperar que madure.
Digitalizar el comercio no es más que llevar ese control social a un nivel superior, con lo que los rusos no estarían proponiendo nada que el castrismo no esté intentando hacer hace años. Solo que, por falta de recursos, no ha podido conseguirlo.
Desde febrero de 2017 el Consejo de Ministros aprobó la "Política Integral para el Perfeccionamiento de la Informatización de la Sociedad en Cuba", y como afirma Cubadebate, vocero digital oficial del régimen, "uno de los sectores fundamentales para su implementación es el comercio electrónico". Lo que confirmaba el propio Miguel Díaz-Canel en 2021: "El comercio electrónico llegó para quedarse. La vida nos ha demostrado que tenemos que ir al comercio electrónico de inmediato”
Pero en un sistema totalitario "comercio electrónico" no es Amazon, PayPal o eBay, sino plataformas estatales, únicas autorizadas, que usan solo medios de pagos estatales. Sin temor a parecer impositivo, el medio ruso que publica la noticia afirma: "Los participantes en la discusión enfatizaron que, en el marco del concepto, las criptomonedas en Cuba no deben circular".
Según Andrey Vanin, ex vicepresidente senior de Sberbank: "En Rusia se han creado terminales de pago inteligentes que aceptan cualquier método de pago. También son cajas con fiscalización en línea para las autoridades fiscales. Los negocios se han vuelto sin papel".
Y si no hay dinero en efectivo desaparecerá el mercado negro (al menos como lo entendemos hoy), lo que acabará con todo anonimato y posibilidad de resistir las políticas económicas predatorias del castrismo. Además, este sabrá con mucho detalle cómo vive cada cual, de dónde le llegan los recursos y cómo los gasta, dónde estuvo o a quién vio. Así habrá desaparecido cualquier vestigio de libertad en la Isla, y el Estado, final y definitivamente, será dueño de cada cubano.
Puede parecer lejano el momento en que la empobrecida Cuba llegue a ese nivel, pero lejano no es imposible, y es sintomático que sea por ahí, una medida económica con tanta connotación política, por donde comienza el "asesoramiento" ruso. No debe minusvalorarse la resolución y ansia de poder de los herederos de Fidel. No comprender a tiempo cómo Castro demolió la sociedad civil nos ha costado 64 años de dictadura, muertes, separaciones, dolor… No cometamos el mismo error.
Para afianzar la estabilidad interna de su portaaviones caribeño y mantenerlo gobernado por este grupo dispuesto, una vez más, a ponerse bajo su tutela, Rusia podría financiar la bancarización y digitalización monetaria que tanto anhela el castrismo. ¿Sería demasiado caro?
Caro es, pero parece que los rusos ya hicieron sus cálculos y les da la cuenta, pues van muy en serio. "El papel de los bancos en el sistema descrito es muy importante, son ellos quienes crean la plataforma en la que se basa el sistema", especificó Boris Titov, mafioso jefe de la delegación. Quien agregó: "por eso, proponemos crear en Cuba un centro especial de liquidación con licencia bancaria". Algo así no se propone u ordena sin haberse estudiado y analizado profundamente y desde hace tiempo, más cuando, probablemente, sean ellos, los rusos, quienes tengan que pagar para equipar a Cuba con esta tecnología.
Y es que saben que bancarizar y digitalizar la sociedad es extraordinariamente rentable, pues no solo disminuye costos de emisión, transporte y resguardo de dinero físico, sino que reduce costos de transacción, agiliza los intercambios, provee fiabilidad y minimiza conflictos. Además, permite controlar los mercados y potenciar la recaudación fiscal. Económicamente, la bancarización se paga sola, y si a eso le adicionamos el control social que le permite a un Gobierno totalitario, se comprende por qué los rusos, educados en el KGB, quieren comenzar por ahí… para regocijo del castrismo.
Lamentablemente, todo esto se hará con los aplausos de los reformistas (algunos se hacen llamar independientes) que quieren una Cuba más próspera aunque no tenga libertad; es decir, más pollo y aceite bajo el castrismo. Los mismos que se alegran con leyes de MIPYMES, ovacionarán esta modernización financiera y harán loas de las posibilidades que abre para la economía nacional.
Pero como a Martin Luther King, no deberían preocuparnos tanto los gritos de los violentos, de los corruptos o de los deshonestos. Lo más temible es el silencio de los buenos, y hay demasiados cubanos buenos callando hace demasiado tiempo. Ojalá ante esta nueva amenaza, este nuevo abrazo del oso de la Siberia, se alce su voz.
Rafaela Cruz
Diario de Cuba, 1 de febrero de 2023.
Foto: Ojo de Saurón. Tomada de Diario de Cuba.
Leer también: Cubastroika: Una jaula de modelo ruso para los cubanos.
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